En 1921, el Consejo Nacional de Educación encomiendó a todas las escuelas llamadas Láinez, una encuesta, a modo de un censo moderno, de folclore. El fin era recuperar y recopilar distintos aspectos de las costumbres y prácticas culturales de todo el país. Esta labor fue desarrollada por maestros y maestras que, mediante una serie de guías e instrucciones, tomaron testimonios orales y los pasaron a la redonda letra cursiva para mandar papeles junto con dibujos, fotos, croquis y mapas, entre los múltiples y variados elementos que aportaron desde cada escuela rural o desde pequeños pueblos. La Pampa —entonces Territorio Nacional—, no quedó excluida. Estas encuestas permiten conocer de primera mano la pervivencia de aquel material, parte de nuestro patrimonio cultural, que data de cien años atrás.
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