La realidad es en extremo dolorosa y las estadísticas que la reflejan son aterradoras: el sistema implantado desde la década del ochenta (con precedentes correlativos tan sólidos, claro), ha venido in crescendo y rebasados sus cálculos más extremos, hasta vomitar tantos trabajadores al desempleo que estamos alcanzando la escalofriante cifra de más de 2.800.000 hombres y mujeres sin trabajo y, por lo tanto, arrojados a la marginalidad y la pobreza. Es casi el 20 % de la población económicamente activa del país.
El envejecimiento poblacional es uno de los mayores triunfos de la humanidad pero también uno de sus mayores desafíos. En un mundo que hace de lo nuevo un valor en sí mismo y de lo viejo algo irremediablemente obsoleto, las personas que transitan su vejez muchas veces se topan con una sociedad que no les da cabida, cuando no las hace sentir casi como una molestia. Ante esa realidad, en 2018 la CPE abrió sus puertas al taller “La memoria que nos une”, un espacio en el que las y los adultos mayores pueden pensar la vejez como una etapa de la vida en la que es posible el disfrute y el bienestar.
Desde principios de 2016 se ha producido un marcado incremento de precios en el Mercado Eléctrico Mayorista (M.E.M.). Hasta el último valor establecido por el Gobierno Nacional en febrero de 2018, el aumento fue de 1.082 por ciento. El precio pasó de 94,79 pesos el megavatio hora (MWh) en enero de 2016, al actual de 1.120 pesos.
Pasó casi un año. Entre el vivir y el sobrevivir. Entre el natural miedo ante lo desconocido y la patética manipulación politiquera (de parte de algunos) de la información indispensable que debería promover tranquilidad y no alarmismo social. Los límites nos los puso un virus cuya cepa de perfil letal se desparramó democráticamente por todo el planeta.
El Coral de La Pampa nació en una sala de ensayo, durante una charla informal del por entonces Vocal del Viento, del Coro de Cámara de General Acha. Regresaban de un encuentro en otra provincia y se preguntaron por qué no hacer algo similar en La Pampa. Los sueños están primero. Luego siguieron los planes y la organización. En 2018 concretaron la 16º edición consecutiva.
La ley de Etiquetado Frontal de Alimentos es una normativa que obliga a las empresas a colocar en los productos ultraprocesados (todos aquellos alimentos y bebidas empaquetados que encontramos en el súper), sellos de advertencia que indiquen el exceso de nutrientes e ingredientes que son nocivos para la salud, como azúcares, grasas, sodio y edulcorantes. Aún no es ley pero puede resultar en una herramienta muy buena a favor de la salud alimentaria.
Son casi 16 mil chicas y chicos, de entre 13 meses y 4 años, en todo el territorio provincial a los que se pretende llegar con la vacunación masiva, gratuita y obligatoria, contra sarampión, rubéola, paperas y poliomielitis. Es una campaña nacional y provincial que nos debe comprometer como sociedad y a la que la CPE adhiere con su difusión: que nadie quede afuera para tratar de eliminar estas enfermedades.
“Somos la primera generación que intenta vivir sin eso; salió mal y estamos tratando de corregir el error”. “Eso” es la conexión del ser humano con su entorno natural, su disposición para producir al menos una parte de los alimentos que consume, y es algo que se perdió hace apenas medio siglo. Quien lo dice es Alejandro Rabinovich, docente e investigador de Historia de la UNLPam que, junto con su compañera, Dolores Linares –también docente e investigadora, pero de Geografía y Ciencias Sociales–, hace nueve años se embarcaron en la aventura de vivir de otro modo, mucho más arraigado a la naturaleza, tomando como modelo la permacultura.
El pasado 4 de septiembre, la CPE participó como invitada del acto de colación de grado de la Universidad Nacional de La Pampa, fecha en que simultáneamente la institución festejó sus primeros 65 años de vida. Como es habitual, estos acontecimientos permiten atender palabras de los protagonistas. El actual contexto político-electoral ha generado incertidumbre sobre el futuro de la educación pública, en este caso el modelo universitario argentino, en particular a partir de las posturas de un sector partidario que se juega por eliminar la educación pública aunque presentándolo con un singular sistema de “vouchers”.
"El grupo de nuestros chicos", lo llaman y a pesar de haberse conocido por la experiencia más dolorosa de sus vidas, estas mujeres ríen, se abrazan y reconstruyen sus días con alegría. Son una docena de madres y algunos padres que han perdido algún hijo y que integran Renacer, un grupo de "ayuda mutua", como ellos mismos lo definen, en el que aprenden a enfrentar el dolor. Están marcadas y la sola mención de los nombres de "los chicos" humedece los ojos de estas mujeres. Pero no se trata de olvidar, sino por el contrario, de recordarlos aunque duela, de no negar la angustia. "Ellos no nos querrían ver tirados en la cama", dicen y es el mayor aliento de su lucha contra la tristeza y la desesperanza. Porque, como reza el lema que preside cada una de las reuniones, "a pesar de todo: sí a la vida".
Esta semana se anunció el ciclo 2025 del programa de Talleres cooperativos en Santa Rosa y Toay. Ya está abierta la inscripción para participar de las clases que se inician el martes 1 de abril. Las personas interesadas deberán contactarse en forma directa con cada docente. Autoridades de la Cooperativa, encabezadas por las consejeras Silvina Reynoso, Viviana Arias, María Elena González y Ángel Mendizábal, hicieron el anuncio en rueda de prensa. Abarcarán temáticas como Adultos Mayores, Salud Integral, Arte, Oficios, Recreativas, y se incorpora Género. Hubo casi cien propuestas presentadas durante la reciente convocatoria. En las próximas semanas se anunciarán talleres para Anguil y Lonquimay.
Se llama Olga Ester Sandoval y es la única zapatera que se conoce en Santa Rosa. Hace poco tiempo se mudó al barrio Los Fresnos, a metros del parque industrial. De mediana edad, amable, demuestra confianza pues sin conocer ni esperar presentación alguna, sin saber el motivo de la visita, franquea el paso hacia el interior de su nueva vivienda. Sentada entre zapatos y herramientas de trabajo, sin preguntas previas, comienza a relatar, quizás por necesidad, jirones de su vida. En una pausa de esa vorágine de palabras y frases apuradas que descubren una historia extraña a la intención primigenia de esta nota, escucha por primera vez que el interés hacia ella radica en su oficio de zapatera.
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