Cualquier balance que se haga de estos dos años no va a alcanzar. El contexto epidemiológico impuesto por el Covid-19 permanece tanto como las medidas para su contención, en particular las extensas campañas de vacunación. Y aunque por momentos pareciera que el final está cerca, siempre será mejor prevenir que curar: no bajar los brazos debiera ser la síntesis individual y comunitaria. La pandemia carece de fecha de cierre.
Sin embargo, desde la CPE vale un mínimo balance que refleje algunas impresiones. El amplio y complejo entramado de servicios —varios esenciales y obligatorios—, la cantidad de sectores y de personal —más de 500 trabajadores/as permanentes— y la relación cotidiana directa con miles de asociados/as, representaron —y representan— un enorme desafío institucional.
Alfredo Carrascal, presidente del Consejo de Administración, Iara Arcuri Lahoz y Luis Usero, gerentes de Telecomunicaciones y de Energía respectivamente, Sergio Dutto a cargo de Funeraria, y Alfredo Giordano, responsable del Servicio de Salud Ocupacional de la CPE, resumieron sus impresiones. “¿Qué nos queda?” fue apenas una pregunta síntesis que motorizó algunas reflexiones y comentarios para repasar estos dos últimos años de labor.
El trabajo en equipo
- Alfredo Giordano: Quedaron varias cosas. El primer periodo fue muy agotador tanto físico como emocionalmente. Resalto el trabajo en equipo con gente comprometida hasta el extremo de dar su tiempo y su descanso para la coordinación de tareas, asumiendo compromisos que incluso iban más allá de sus funciones. Se reacomodó el funcionamiento de casi todos los sectores. Nos encontramos con algunas falencias en nuestros lugares de trabajo, hubo varias dificultades para acondicionar espacios seguros, ventilados. Y también se revalorizaron áreas como Servicios Internos, Maestranza, Depósitos, Compras, Prensa, etc.
- Claro que hubo cosas no tan buenas pero son menores, gente que obró con un espíritu muy personal cuando otros, aún en peores condiciones, tuvieron otros comportamientos.
- Resalto también el apoyo incondicional del Consejo de Administración y de Gerencia Administrativa porque se generaron gastos impensados y urgentes, y nunca hubo objeciones. Un dato no menor: apenas tuvimos un solo empleado con contagio intralaboral, lo que demuestra claramente que los cuidados que se dispusieron, los aislamientos preventivos, los testeos, el seguimiento de los positivos y aislados y de sus familias, etc. todo eso rindió sus frutos.
Hacia la transformación digital
- Iara Arcuri Lahoz: Sin entrar en concreto con lo hecho en Telecomunicaciones (adecuaciones de lugares de trabajo, homeoffice, el uso de la Usina para atención comercial, etc.) a nivel institucional quedó demostrado que es imperativo caminar hacia la transformación digital. Adaptarnos lo más rápidamente a las nuevas herramientas digitales es lo que hizo la diferencia, obviamente de la mano de un equipo comprometido.
- Dentro de ese contexto, lo negativo fue y es la crítica situación económica agravada como consecuencia de la pandemia. Frente a ello, y considerando el carácter esencial de los servicios de telecomunicaciones, se avanzó con planes de refinanciación de deudas como una manera de acompañar a nuestros asociados.
- Lo importante es tomar esa experiencia y convertirla en algo que trascienda el momento de la pandemia, identificando qué necesitamos reforzar y fortalecer aspectos que nos permitan estar más preparados. La tendencia hacia la digitalización no tiene vuelta atrás; por ejemplo, revisar de qué modo resolver el alta de un servicio sin que el asociado deba acercarse personalmente; es un tema de continuo debate —venta por canales digitales, logística de equipos—. Aumentamos el uso de redes sociales y plataformas digitales, y se invirtió en soluciones digitales que facilitan la comunicación con los asociados.
Aprender a usar los protocolos
- Sergio Dutto: El ejercicio de resolver problemas interdisciplinarios, de plantear dudas, de trabajar en equipo, fue muy positivo. Trabajar en acciones de contingencia, aprender a utilizar protocolos y rescatar la confianza de contar con el compromiso del personal. Quizás lo negativo, y que nos puso a prueba, fue la incertidumbre que nos dominó y paralizó a principios de la pandemia. Luego revertimos a través de información, recomendaciones, protocolos y aplicando sentido común.
En la urgencia, compromiso y responsabilidad
Luis Usero: La situación nos impuso la necesidad de desarrollar las actividades habituales con modalidades totalmente inéditas, en particular el trabajo virtual. Algunas ya eran ideas en análisis pero el contexto extremo obligó a implementarlas en el menor tiempo posible.
- La CPE, fiel al mandato de sus principios y valores, procuró dar cumplimiento a las disposiciones de las autoridades nacionales y provinciales, preservar la salud de su personal, establecer vías de comunicación eficientes, y garantizar la distribución de energía y el alumbrado público.
- Incorporamos el trabajo administrativo desde los domicilios, incluido el personal operativo y de conducción del área, con la sola excepción de la Guardia. Se intensificaron las formas de atención no presencial, sea por gestiones, reclamos como pagos de facturas.
- Valoro el compromiso y responsabilidad de gran parte del personal que aún en situaciones nuevas fue cumpliendo con éxito su trabajo.
El potencial de las empresas sociales
- Alfredo Carrascal: La CPE quedó expuesta en su potencial y sus debilidades, como sucedió con todas las organizaciones sociales, las personas y las instituciones. Vale reiterarlo: la Cooperativa se reveló como una extraordinaria prestadora de servicios esenciales, con un nivel de excelencia que es permanentemente destacado que nos llena de orgullo, no sólo a quienes compartimos la jornada diaria desde cualquier lugar dentro de la organización sino también para las y los asociados que tenemos por nuestra cooperativa y sus servicios, una altísima valoración.
- El Consejo de Administración, por su responsabilidad, por la permanente demanda de cada sector afectado a servicios esenciales, por la indelegable responsabilidad de conducir una organización de más de 500 empleadas/os, no fue ajeno a este esfuerzo. Nos parece haber superado una enorme y desafiante prueba, aunque nadie puede decir que esto ya terminó.