Un año de pandemia que frenó la producción y las intensas tormentas que se sucedieron entre diciembre y enero obligaron a acudir a las reservas de columnas que la Fábrica de la CPE tenía en stock. No obstante, la producción está recuperándose, con nuevas inversiones y más automatización de las tareas.
Con una amplia nave de producción industrial y una superficie cubierta y semicubierta de 2.500 metros cuadrados que incluye talleres, herrería, oficinas y vestuarios, la Fábrica de Columnas de la CPE es uno de los sectores que, de manera silenciosa, ayuda a sostener –literalmente– el funcionamiento de los principales servicios de la Cooperativa: Energía y Telecomunicaciones.
El sector, que funciona en el Parque Industrial de Santa Rosa, lleva fabricadas desde sus inicios en 1980, la impactante cifra de 76 mil columnas, con longitudes que van de los 7,50 hasta los 15 metros. A esto se suman diversas piezas para su ensamble en el tendido de redes además de pilares portables para conexiones monofásicas y trifásicas. En todos los casos, los productos se construyen bajo la normativa de IRAM nº 1584, a partir de moldes de acero.
Como el resto de los sectores, la Fábrica de Columnas no escapó a la realidad que impuso la pandemia del Covid-19, por lo que, a lo largo de más de un año, debió restringir su producción habitual prácticamente a menos de la mitad y solamente para abastecer a las necesidades indispensables de la propia CPE. A lo largo del Ejercicio 2019-2020 había elaborado 1.130 columnas, a las que se agregan 760 entre julio del año pasado y el 1 de abril último. En tiempos “normales”, la planta destina el 70% al uso interno y el restante 30% a la demanda de otras cooperativas, empresas o particulares.
El supervisor y los siete operarios especializados con que cuenta actualmente debieron ajustar su actividad –horarios, producción, etc.– a los protocolos sanitarios para minimizar los contagios de Covid. “Tuvimos que aprender a convivir con esta situación, pero el equipo se adaptó, dentro de todo, muy bien”, señala el responsable de la Fábrica, Marcelo Dupuy a la consulta de esta revista.
Esta inédita situación tuvo su lógico impacto en las previsiones de stock de un insumo fundamental, especialmente en la temporada estival, cuando las tormentas suelen afectar las redes atendidas por la Cooperativa en toda su área de cobertura. El reciente verano, en particular, supuso un gran desafío por los fuertes temporales que azotaron la provincia, por lo que, tanto Energía como Telecomunicaciones demandaron columnas prácticamente hasta agotar el stock de la planta a principios de año.
Entre los proyectos a futuro está el de incorporar una nueva trenzadora –máquina destinada a trenzar el alambre de acero que va en el interior de las columnas– y mejorar el proceso de elaboración mediante la automatización de todo cuanto sea posible. Además, se proyecta el reacondicionamiento a nuevo de una vieja caldera, para que quede en reserva ante la eventualidad de que se rompa la que se encuentra en funcionamiento y evitar de este modo que se interrumpa la producción.