Nuevo 1° de Octubre es una publicación mensual y gratuita de la CPE.

UNLPam

  • La revista institucional cooperativa “1º de Octubre” publica hoy una nueva nota sobre Villa del Busto, barrio emblemático que alberga desde hace casi cien años la sede central de la CPE. Las notas, realizadas durante el ciclo 2024 por estudiantes de la Universidad Nacional de La Pampa, se enmarcan en el Programa de Prácticas Comunitarias de la asignatura Problemas del Conocimiento Histórico, del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Humanas. En enero, se publicó un informe sobre la historia de la Plaza Tomás Mason, un ícono del barrio reconocido en toda la ciudad. En esta entrega, Mateo Alcaraz Frencia, Morena Molina Martínez, Tatiana Aylén Nungesser y Mariano Reynosoescriben sobre Lucía Tartaglia, desaparecida pampeana y alumna de la Escuela 4, institución elegida como Sitio de la Memoria en 2019.

  • El salón “Los Pioneros” de la CPE fue escenario de un encuentro sobre “La participación de las mujeres en la economía: trabajo y políticas públicas”, en el marco del Proyecto de Extensión Universitaria (PEU) “Diálogos sobre violencia política: sin mujeres no hay democracia”, de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam).  Son sus directoras las docentes de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas, Guadalupe Bustos y Micaela Valderrey, acompañadas por integrantes de las cátedras de Sociología Jurídica y Derecho Político de la misma unidad académica.

  • A principios del siglo XX, a la Iglesia Católica le costaba hacer pie en el Territorio Nacional de La Pampa Central. El flujo migratorio incesante y heterogéneo, con una fuerte presencia de cultores del liberalismo laicista, hacía de la provincia un lugar propicio para la expansión de anarquistas, socialistas, espiritistas y también masones; todas expresiones en tensión con la doctrina religiosa oficial, en ocasiones hasta el punto de la abierta confrontación. Célebres apellidos de la historia pampeana fueron protagonistas del auge de la masonería local en aquellos primeros años del 1900.

  • En los primeros años, la asambleísta fue la forma de legitimar cada acción, pero el órgano ejecutivo fue el Directorio (doce titulares y seis suplentes) que concentraba su accionar en organizar y supervisar las actividades. Un dato no menor es que los dirigentes no tenían todo el tiempo a disposición de la entidad; no recibían absolutamente ninguna remuneración, por lo que sus ocupaciones particulares no podían ser dejadas de lado.

  • La Primera Guerra Mundial determinó, entre otras consecuencias, el desmembramiento del antiguo Imperio Turco. Irak, posesión del pasado imperio, fue paulatinamente controlado por el Imperio Británico, primero bajo la forma de un protectorado y luego en un territorio semi independiente aunque siempre bajo control inglés.

  • En 1921, como parte de los esfuerzos del Estado nacional para “argentinizar” a una sociedad con una gran presencia de inmigrantes, se realizó la Encuesta de Folklore, un relevamiento de expresiones culturales y saberes populares en todo el país. Ahora, un grupo de docentes, no docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de La Pampa, junto con personal del Archivo Histórico Provincial, está llevando adelante una Acción de Extensión Universitaria para la digitalización, sistematización y difusión de los documentos que contienen lo relevado en nuestra provincia.

  • La semana pasada,  en el centenario Teatro Español de la ciudad cordobesa de Villa Dolores, dio un paso significativo el proyecto para crear la Universidad Cooperativa y Mutual Argentina (UCMA), impulsada hace años por la cooperativa de electricidad CEMDO. Nuestra cooperativa fue especialmente invitada al acto, después de que el titular de la CEMDO se reuniera en Santa Rosa con autoridades y gerencias de la CPE para comentar los objetivos e historia de esta iniciativa.

  • El diagnóstico medioambiental de un área urbana y los sectores socioeconómicos que la habitan se expresan cartográficamente volcando sobre un plano de la ciudad las áreas que presentan diferentes grados de bienestar. A la determinación del mismo se llega analizando dos grandes grupos de variables: las de servicios públicos y las de nivel socioeconómico.

  • La Cooperativa La Comunitaria, de Santa Isabel, fue anfitriona de un encuentro regional que reunió a productores y productoras de La Pampa, Mendoza, Neuquén y Buenos Aires, protagonistas de la economía social y popular, para compartir experiencias y debatir sobre sus problemáticas comunes, como el acceso al agua y la propiedad de la tierra.

  • La de Simplicio Albornoz y su familia es una historia parecida a la de cientos de puesteros del oeste pampeano. Tal vez sea una de las más conocidas, porque resistieron. Pelearon con un destino en contra y no le allanaron el camino a los personeros del despojo.

  • El 24 de marzo de 1976 comenzó en nuestro país un proceso histórico que marcaría nuestra historia. El Golpe de Estado encabezado por el Teniente Coronel Jorge Rafael Videla tuvo como objetivo primordial “ordenar” a la sociedad argentina, por ello este momento histórico fue denominado “Proceso de Reorganización Nacional”. Según las Fuerzas Armadas, Argentina estaba en desorden, reinaba el caos porque existía un supuesto “enemigo” al que se debía combatir, ese enemigo era la subversión. Y “subversivo” era todo aquel que se oponía al orden esperable del país, que no cumplía con los valores de la moral cristiana y del “ser nacional”.

    Durante este período, las instituciones educativas debían ser ordenadas, vigiladas y disciplinadas. Algunos autores, como Eduardo Duhalde, Carolina Kaufamnn, Romina De Luca, Pablo Pineau, entre otros/as, afirman que durante este período, fueron comunes las prácticas represivas tales como la desaparición forzada de estudiantes, docentes, investigadores y parte del personal no docente, encarcelación por motivos ideológicos, despidos, cesantías, cierre de instituciones y de carreras, prohibiciones de autores, libros, textos, teorías, y otras formas de censura.

    Parte de lo que sucedía en las grandes urbes, se replicaba en nuestra provincia. Las ideas de que en la Pampa “no se sintió el proceso represivo” durante la última dictadura o que nuestra provincia fue “una isla”, lejos están de seguir sosteniéndose como afirmativa. Al respecto, hay varios trabajos de investigación —como “El Informe 14: La represión ilegal en La Pampa” de Norberto Asquini y Juan Carlos Pumilla—,  que nos muestran los efectos del Terrorismo de Estado en La Pampa. Aquí, hablaremos sobre cómo se desplegaron estas prácticas represivas en las instituciones educativas, en particular el Colegio Nacional República de El Salvador, Sección Comercial Anexa, de la localidad de General Pico.

    A inicios de la década del `40 General Pico contaba con 12 mil habitantes; una localidad que progresivamente registró un importante crecimiento y que se convirtió en el sueño de muchos. La educación pasó a ser una demanda, una posibilidad de crecimiento para los jóvenes de la ciudad. Había cuatro escuelas de nivel primario pero no existía ninguna institución secundaria. Padres, abuelos, pero también la juventud, deseaban un lugar donde hacer crecer sus sueños, instruyéndose. Fue así como a finales de 1942 y por iniciativa de la comunidad piquense, se comenzó a idear y a trabajar en un instituto de enseñanza superior al ciclo básico de la enseñanza para que todo aquel joven que terminaba sexto grado pudiera adquirir conocimientos superiores. Un 25 de abril de 1943 se labró el acta constitutiva y el 22 de mayo se inauguró el Instituto de Enseñanza Secundaria, de entidad privada:

    Un lustro después, un 30 de mayo de 1948, el instituto pasó a depender del Consejo Nacional de Educación y comenzó así la historia del Colegio Nacional “República de El Salvador”. Sin embargo, y a causa de interés y necesidad poblacional y de inquietudes de una amplia zona aledaña, el 17 de mayo de 1958 se inauguró la Sección Comercial Anexa al Colegio Nacional.

    Una mirada al colegio

    Para comprender las prácticas represivas que circularon en el colegio Nacional durante entre 1975 y 1984, retomamos a Carolina Kaufmann (2007) quien afirma que en Argentina se dieron dos tipos de prácticas pedagógicas: por un lado las pedagogías autoritarias, es decir, las que tuvieron lugar antes del Terrorismo de Estado, y por el otro, un conjunto de prácticas pedagógicas procesistas, características de la última dictadura militar. Es decir, que para poder entender cómo funcionó el sistema represivo en el Nacional durante la última dictadura militar, debemos echar la mirada unas décadas hacia atrás, y atender a qué tipo de prácticas ya venían siendo visibles.

    A partir del análisis de documentos escritos como Hojas de conceptos, medidas disciplinarias, circulares, normativas y testimonios, pudimos hacer un breve recorrido y examinar básicamente las características del sistema educativo del Nacional durante las décadas del 60 e inicios de la del `70. Ya desde los primeros años de la década del `70 fueron comunes los llamados de atención a estudiantes por cuestiones conductuales, como utilización de vestimenta inapropiada, faltas de respeto a las autoridades o incumplimiento de las normas de convivencia establecidas en la institución. Estos llamados de atención derivaban en amonestaciones como medida disciplinaria. El control y el disciplinamiento fueron moneda corriente tanto en los pasillos como en las aulas.

    Pero también lo percibimos en las Hojas de Concepto que se le daba a fin de año a cada docente, donde se evaluaba su desempeño pedagógico. Tras la lectura, pudimos registrar que desde la década del `60 se realizaban apreciaciones a docentes basadas en la construcción de un tipo de docente ideal que respondía a una pedagogía autoritaria. El concepto de “control” aparece fuertemente marcado en varias devoluciones a docentes. En una Hoja de Concepto de 1959 una profesora recibió una felicitación puesto que “en sus clases impone disciplina”. También en 1960 la vicedirectora de la institución recibió en su apreciación anual lo siguiente: “su experiencia y sus inquietudes intelectuales le han conferido amplia cultura e idoneidad para su cargo. Revela condiciones directivas. Es eficaz en la orientación de la enseñanza y en el control general.” En 1962 recibe una valoración similar: “controla con habilidad y constancia el normal desarrollo de la autoridad escolar.” En otras hojas de conceptos, también de la década de 1960, aparecen ideas y valoraciones como por ejemplo: “se destacan sus condiciones para el control disciplinario.”, “maneja la clase con habilidad y pericia”, “digno de destacar su voluntad para cubrir horas libres y trabajar fuera de horario”, “muy buena puntualidad”, “ha trabajado con la misma dedicación a pesar de haber soportado problemas de salud”, etc. Queda claro el seguimiento estricto que se le hacía al cuerpo docente, detallando todo, desde la “capacidad” del docente, su “dedicación” y “compromiso” con la institución y las actividades escolares, su trabajo áulico, sus conocimientos, llegadas tarde e inasistencias por enfermedad.

    Las voces de los protagonistas

    Podemos decir entonces que el Colegio Nacional República de El Salvador Sección Comercial Anexa fue protagonista de un conjunto de prácticas educativas con un tinte autoritario, basadas en el control, la disciplina, el orden y el respeto, desde las décadas previas al tiempo estudiado. Estas características autoritarias se sostuvieron en el tiempo y la sociedad llegó a “normalizarlas”;  pero se agudizaron a partir del inicio del régimen dictatorial, sumando otras particularidades típicas del proceso.

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    Solicitud de Aplicación de Medidas Disciplinarias. Fuente: Colegio República de El Salvador.

    Al disciplinamiento, el control y el orden típicos de las décadas previas ya mencionadas, se le sumaban la severidad, el miedo, el silencio y la figura del detenido-desaparecido, entre otras.

    Traemos a colación a modo de justificar esta idea, las voces de algunos/as entrevistados/as, como ex docentes y ex estudiantes de la institución. De esos testimonios surgieron ideas como: “entonces uno tenía miedo y se cuidaba, eran los límites y ahí los límites estaban totalmente claros y establecidos”, “como el miedo no es tonto, nosotros cumplíamos al pie de la letra;” “era tanto el miedo que nos auto-controlábamos”; “y bueno, teníamos que callarnos”; “Acá si no tenías un vínculo directo con alguien que le había pasado algo, no te dabas mucho cuenta porque al ser una provincia pequeña, por lo menos en las familias nuestras, como que era que no se hablaba o no había tanto medio de comunicación, no sé, vivíamos un poquito en la ignorancia.”; “Una época difícil. También estábamos un poco, (…) como si ahora en este momento llegan los militares. Mucha gente que no sabía. Esa gente que no sabía, los padres de nuestros alumnos, no había la cultura de ahora, no había los medios de comunicación de ahora.”

    A esa frase “vivíamos un poquito en la ignorancia” o a la idea de falta de cultura, podríamos pensarla desde la existencia de un miedo latente, ya que decir que “no se hablaba” no es lo mismo que ignorar lo que sucedía.

    Podríamos afirmar entonces que parte de la sociedad naturalizó el autoritarismo, sostenido por un miedo oculto a la ley y quizá un poco de desconocimiento, pero también de desinterés para analizar la realidad. Un desinterés que podemos relacionar directamente con una sociedad aterrada. El miedo definió el accionar de distintos actores sociales. Un miedo basado en ciertas prácticas intimidantes, modeladoras e imperativas que eran generadoras de un silencio social, quizás como dijimos recién, por elección o por desconocimiento.

    Es decir, ante el miedo existente y la incertidumbre del contexto, se correspondía el silencio y, por ende, la falta de acción; de ahí la pasividad de los agentes sociales, particularmente en el sistema educativo. No hacía falta que la represión sea explicita, que hubiera violencia física, que se estacionara fuera del colegio un auto Falcon verde, símbolo de la desaparición forzada, porque sí existía todo este entramado pedagógico-social que venimos mencionado.

    En otras provincias tal vez la dictadura tuvo su cara visible en la cotidianeidad, como por ejemplo en la militarización de las calles e instituciones. Esto no se vio en los colegios secundarios de General Pico, pero sí podemos afirmar que tras analizar los cambios y continuidades dentro del sistema educativo, podemos entender de qué manera los sujetos educativos, y quizá parte de la sociedad piquense, fueron víctimas de este sistema de facto.

    La contracara de este repertorio coercitivo basado en las prácticas pedagógicas autoritarias procesistas, fue la salida democrática, momento en el cual en algunas subjetividades el miedo siguió latente; pero en otras, se logró una liberación muy notoria que daba cuenta de un sistema represivo previo. Una entrevistada nos contaba “En el 83 estábamos ya, yo termine en el 81 la secundaria; en el 83 viene Alfonsín con la Democracia y ahí si ya se flexibilizaron los uniformes. (…) Después hubo como una explosión de libertad. Ello llevó a exceder los límites de los alumnos.  (…) Me acuerdo que por ejemplo pintaban los baños, era como que viva la libertad, entonces ahí aparece la sociedad que no sé, no sé qué nos pasa… como que sacaron el bozal entonces sí, rompe todo.”

    Queda claro que tras el retorno democrático se vivió rápidamente un aire de emancipación, donde la libertad de expresión y la participación estudiantil comenzaron a ser moneda corriente. Esto puede ser motivo para comprender cómo los años previos respondieron a una lógica educativa procesista; si los agentes educativos no hubiesen vivenciado su práctica escolar bajo el autoritarismo, el orden, la disciplina, el respeto y claramente, bajo la sumisión, el miedo y el silencio, no hubiese sido tan efervescente, inquieta y liberada la etapa posterior. 

     

    *Victoria San Martínes profesora y Licenciada en Historia.
    Instituto de Estudios-Socio-Históricos, Facultad de Ciencias Humanas.
    Universidad Nacional de La Pampa.


    Bibliografía

    ASQUINI, Norberto y PUMILLA, Juan Carlos (2008) El Informe 14: La represión ilegal en La Pampa, 1975-1983. Santa Rosa, La Pampa. Ed: LyM.
    DUHALDE, Eduardo Luis (1999) “El Estado terrorista argentino: quince años después, una mirada crítica” en Catálogo colectivo de la Universidad de Buenos Aires,  Bs.As. Ed: Eudeba.
    Métodos cualitativos II. La práctica de la investigación”. Centro Editor de América Latina.
    DE LUCA, Romina (2013) “La educación argentina en épocas de la última dictadura militar: regionalización y descentralización del nivel primario de educación (1976-1983)” en Contextos Educativo, s, N° 16 (2013).
    KAUFMANN, Carolina (2007) “El discurso autoritario en el dispositivo pedagógico. La unicidad pedagógica. Argentina 1976-1983” URI, recuperado de  http://hdl.handle.net/2133/4347
    KAUFMANN, Carolina (2007) “El discurso autoritario en el dispositivo pedagógico. La unicidad pedagógica” en Kaufmann y Doval, Paternalismos Pedagógicos. Las políticas educativas y los libros durante la Dictadura, Buenos Aires, ed: Laborde.

     

  • El movimiento cooperativo argentino inició su ciclo a fines del siglo XIX con la creación de las primeras entidades, pero su desarrollo más importante se produjo desde los años veinte estimulado, a partir de 1926, por la sanción de la Ley que regula a estas instituciones. Por lo tanto, cuando surgen las primeras cooperativas eléctricas, a finales de los años veinte, se suman al auge expansivo del movimiento cooperativo nacional que comienza a producirse a partir de esta década.

  • El periodo que está cerrando fue muy particular para la Biblioteca de la CPE, una transición dirigida a prestar más y mejores servicios a sus adherentes pero también para vincularse de otra forma con bibliotecas populares, archivos y entidades educativas y sociales, particularmente de La Pampa. Como parte de un acuerdo con el rectorado de la UNLPam, se inició un proceso de digitalización con la incorporación del sistema KOHA para la modernización y el ingreso a esa nueva etapa.

  • Un equipo de investigadoras de la UNLPam participa de un estudio impulsado por el Estado Nacional sobre los efectos de la pandemia, a partir de la aplicación de una serie de políticas públicas durante el transcurso del primer año de la misma. Son más de 200 grupos distribuidos en casi todo el país. Andrea Lluch, Betsabé Policastro, Dolores Linares y Stella Cornellis, integrantes del equipo universitario local, comentaron los objetivos y metodología de trabajo implementados.

  • El cooperativismo local reconoce sus antecedentes en un movimiento "popular" que cobró forma en 1925, y cuyo reclamo se concentraba en el cuestionamiento a la calidad del servicio de energía eléctrica, en manos por esos años del Molino Harinero que explotaba esta industria como un anexo a su actividad principal. A fines de los años veinte comienza a vislumbrarse como "preocupante" el avance de "capitales extranjeros" que paulatinamente se "iban adueñando" de un servicio esencial. Así, la llegada del grupo SUDAM a Santa Rosa no hace más que agudizar esta discusión ya instalada en la sociedad.

  • Fue poeta, ensayista, deportista, narrador, periodista, artista plástico, crítico literario, editor y docente en todos los niveles educativos. Este 19 de agosto se cumplen 104 años del nacimiento de Juan Ricardo Nervi, unas de las figuras más importantes de la cultura, la educación y el periodismo de La Pampa, territorio que trascendió nacional e internacionalmente.

  • Los espacios públicos de las ciudades como calles y plazas constituyen un lugar de encuentro y recreación. Allí también se materializan fiestas populares y manifestaciones que, de manera espontánea u organizada, intentan cambiar el rumbo de la historia.

  • La universidad desarrolló en los últimos años una apertura hacia el sistema cooperativo. A su vez la economía social se mueve, en nuestro país, dentro de un modelo económico y financiero por lo menos hostil, cuando no francamente antisolidario. La confluencia entre universidad pública y cooperativismo presupone una alianza estratégica en beneficio de la comunidad en general. Por ahora son pequeños pasos, pero el desafío para avanzar es inmediato.

  • Las autoridades de la Universidad Nacional de La Pampa y de la CPE firmaron un convenio marco de colaboración recíproca cuyo objetivo general es instrumentar la digitalización de los servicios de la Biblioteca Popular “Domingo Gentili”. El acuerdo prevé la instalación de un sistema de gestión integral y la capacitación del personal de la Biblioteca cooperativa, que en julio cumplió 31 años de labor.

  • Hace cuarenta años, un grupo de estudiantes de la carrera de Geografía de la Universidad Nacional de La Pampa, con la idea de “salir de las aulas a recorrer territorio”, organizó —de manera independiente— el primer viaje de estudio por el país. Un año después, el profesor Fernando Aráoz, docente de la cátedra de Geografía de Argentina, se hizo cargo del primer viaje de la carrera, gestando, así, la idea de realizar un viaje anual para recorrer distintas regiones de la República Argentina.