La revista institucional cooperativa “1º de Octubre” publica hoy una nueva nota sobre Villa del Busto, barrio emblemático que alberga desde hace casi cien años la sede central de la CPE. Las notas, realizadas durante el ciclo 2024 por estudiantes de la Universidad Nacional de La Pampa, se enmarcan en el Programa de Prácticas Comunitarias de la asignatura Problemas del Conocimiento Histórico, del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Humanas. En enero, se publicó un informe sobre la historia de la Plaza Tomás Mason, un ícono del barrio reconocido en toda la ciudad. En esta entrega, Mateo Alcaraz Frencia, Morena Molina Martínez, Tatiana Aylén Nungesser y Mariano Reynoso escriben sobre Lucía Tartaglia, desaparecida pampeana y alumna de la Escuela 4, institución elegida como Sitio de la Memoria en 2019.
Villa del Busto es uno de los barrios históricos de Santa Rosa, con personajes destacados y marcas territoriales que dan cuenta de su dinámica y el lugar destacado en el devenir de la capital pampeana. Una de sus instituciones más relevantes es la Escuela 4 “Coronel Remigio Gil”, que en 2019 se constituyó en un sitio de la memoria en torno a la última dictadura cívico-militar (1976-1983). Una de sus alumnas fue Lucía Tartaglia, víctima del Terrorismo de Estado. En este artículo, se recupera su historia y la construcción del espacio de la memoria barrial.
Lucía Tartaglia, o “La flaca” para sus amigos, nació en Santa Rosa el 6 de julio de 1953. Parte de su niñez transcurrió en la Escuela 4, donde cursó sus primeros grados entre 1959 y 1961. Finalizado el colegio secundario en 1970, al año siguiente se trasladó a La Plata para estudiar Derecho. En 1972, en el contexto de la Masacre de Trelew, comenzó a participar de asambleas en la Universidad Nacional de La Plata. Luego se incorporó al “Frente de Agrupaciones Eva Perón” (FAEP) y, en consecuencia, a la JUP (Juventud Universitaria Peronista).
El 21 de septiembre de 1976, un grupo de tareas de la dictadura fue a buscarla a su departamento. Lucía logró escapar, lastimándose el tobillo, y se trasladó a Buenos Aires. El 24 de noviembre de 1977, doña María, su madre, recibió el aviso de que Lucía había desaparecido. Testimonios posteriores afirman que la mantuvieron en los Centros Clandestinos de Detención “Atlético”, “El Banco” y “El Olimpo”, donde fue torturada. Los represores la pusieron a trabajar en la lavandería y le dieron tareas administrativas de oficina. En cautiverio, formó pareja con Horacio Cid de la Paz, un ex militante montonero. A fines de 1978, Lucía fue trasladada al Hospital Militar; estaba embarazada. Luego de dar a luz no se supo nada más sobre su paradero y el de su bebé. En el año 2017, gracias al trabajo sostenido de los organismos de Derechos Humanos, Lucila María, hija de Lucía, pudo recuperar su identidad.
Placa conmemorativa del paso de Lucía Tartaglia por la Escuela 4, de Villa del Busto, descubierta en un acto ofcial en 2019.
Lucía en la Memoria
La Escuela 4 es una institución educativa centenaria. Estatal, urbana y de nivel primario, está ubicada en la calle Libertad, del barrio Villa del Busto. Lleva el nombre de “Remigio Gil”, uno de los militares de la campaña contra la población indígena y yerno de Tomás Mason, fundador de Santa Rosa. El 22 de marzo de 2019, la escuela se constituyó en escenario del homenaje a Lucía Tartaglia, evento de la Semana de la Memoria, la Verdad y la Justicia. El acto formal incluyó el descubrimiento de una placa conmemorativa.
Este reconocimiento a Lucía Tartaglia se dió en el marco de una política oficial, tanto a nivel nacional como provincial, de recuperación de la memoria y la reactivación de los juicios por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar. Este acto en particular, tuvo lugar dos años después de la restitución de la identidad de la hija de Lucía. El 26 de octubre de 2017, Lucila había sido reconocida como la nieta número 125, novedad confirmada por Abuelas de Plaza de Mayo1.
Participaron funcionarios provinciales, autoridades de la Escuela y de la Secretaría de Derechos Humanos. La Directora de la Escuela 4, Claudia Seltzer, relató que luego confirmar en los registros que efectivamente Lucía figuraba como alumna, “decidimos que debía colocarse una placa para que todos los que ingresen a la escuela sepan que por estas aulas pasó Lucía. Un pueblo con memoria no vuelve a repetir la historia”2.
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