La Cooperativa La Comunitaria, de Santa Isabel, fue anfitriona de un encuentro regional que reunió a productores y productoras de La Pampa, Mendoza, Neuquén y Buenos Aires, protagonistas de la economía social y popular, para compartir experiencias y debatir sobre sus problemáticas comunes, como el acceso al agua y la propiedad de la tierra.
El plenario regional de la rama rural del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), se llevó a cabo el 18 y el 19 de junio en Santa Isabel, con la presencia de alrededor de trescientos productores y productoras, muchos de ellos con una vasta tradición en la producción familiar criancera y hortícola.
Llegaron desde Maipú, Tupungato, Tunuyán, Lavalle, Guaymallén, Cordón del Plata, Algarrobo, Junín, Luján de Cuyo y San Carlos (Mendoza); de los partidos de Rivadavia, Luján, Moreno y Cañuelas (Buenos Aires); y del departamento de Chos Malal (Neuquén), organizados en distintas cooperativas de trabajo y producción.
En el polideportivo de Santa Isabel confluyeron voces y rostros diversos, con propuestas de organización social cooperativa y generosidad para compartir experiencias, problemáticas, necesidades y proyectos. La producción frutihortícola, de carne, panificados, conservas, mieles, en manos de economías campesinas y pequeños/as productores familiares alimentan a ciudades desde sus actividades agroecológicas, protagonizando una lucha diaria por precios justos y el acceso a la tierra y el agua.
El plenario activó diálogos horizontales a través de metodologías participativas de talleres, en los que cada región sintetizó con mapas qué produce, cuáles son sus problemas y qué propuestas piensan desde sus propios lugares. En todos coincidió la lucha por el arraigo, condicionado por problemas de acceso a la tierra, al agua, y la necesidad de promover políticas públicas situadas en regiones tan diversas.
Agenda intensa
Entre otras cuestiones se compartió la experiencia de la Cooperativa Campesina de Neuquén y su sistema de producción y venta de chivos, como un ejemplo a replicar. Además de recorrer el cauce del Río Salado se visitó la planta de alimento balanceado que la Cooperativa La Comunitaria tiene en construcción y el puesto de una familia rural del movimiento. Los y las participantes, finalmente, destacaron la organización de La Comunitaria de Santa Isabel. Se organizaron mesas de trabajo con cuatro temáticas de agenda actual: Producción y Agroecología; Comercialización y Proyectos; Cultura para el Arraigo y Género y Juventud. Posteriormente, se realizó un taller-debate sobre la posibilidad de organizar una Federación de Cooperativas Rurales, en el que las delegaciones analizaron las ventajas y desventajas. Para cerrar, hubo una charla sobre la problemática del río Atuel y sobre la comunidad ranquel, acompañadas de exposiciones artesanales, peña, música y danzas organizadas por las diferentes agrupaciones.
El Movimiento de trabajadores/as excluidos
El MTE promociona y fortalece redes de comercio justo y alternativas solidarias junto a la “construcción de una gremialidad (…) en torno a los excluidos y excluidas del campo en Argentina, donde los/as pequeños/as productores/as y los/as campesinos/as sean protagonistas de las propias luchas y los propios reclamos, en solidaridad con otros sectores excluidos de la sociedad” (MTE). Esa gremialidad genuina está vinculada con un espacio más amplio que es la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
La economía popular surge cuando los sectores excluidos del mercado laboral crean su propio trabajo. En algunos casos también crean sus propios circuitos de comercialización, como ferias o venta ambulante. El conjunto de la economía popular involucra un amplio campo de trabajadores/as independientes que van desde empresas recuperadas, grupos comunitarios de base, medios de comunicación comunitarios, núcleos de agricultura familiar, comunidades de pueblos originarios entre muchas otras organizaciones sin fines de lucro. En 2015 finalizando el mandato de Cristina Fernández se aprueba la Personería Jurídica de la CTEP con la Resolución 1727 del Ministerio de Trabajo, reconociendo desde el Estado la existencia de trabajadores de la EP y su derecho a la organización. (García, 2021, disponible aquí ).
La Comunitaria en el Oeste
En el año 2015 llegó a Santa Isabel un grupo cultural reunido en una Cooperativa para relevar voces sobre la problemática del Atuel y de ello surgió la obra “Atuel Sed que crece”. Esta intervención comenzó a agrupar a puesteras/os crianceras/os del lugar, que en 2018 conformarían la Cooperativa La Comunitaria. Uno de sus objetivos es fomentar el espíritu de ayuda mutua entre los asociados y cumplir con el fin de crear una conciencia cooperativa y trabajo conjunto, más allá del rescate y promoción cultural. Con clases de murga, acordeón, guitarra, un merendero y un pequeño emprendimiento de cría de aves en un terreno prestado en las afueras de Santa Isabel, se iniciaron las primeras acciones que luego devinieron en la creación de una huerta comunitaria.
La llegada al oeste del grupo que conforma La Comunitaria viene del contacto con un docente, productor y militante del lugar, Jesús Fernández, quien presidió la organización en los inicios. Las familias crianceras de la zona que han migrado a Santa Isabel enfrentan el desempleo y la imposibilidad de poder generar sus propios alimentos en el pueblo, de ahí que surge la iniciativa de atención colectiva de la producción de pollos y huevos junto al comedor comunitario. Quienes siguen en los puestos padecen los históricos problemas de falta de agua y pasto, y dificultades en la comercialización de las chivas, entre otros.
En 2021 accedieron al PROTAAL —Programa de Promoción del Trabajo, Arraigo y Abastecimiento Local, del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación—, con el que organizaron una planta de alimento balanceado y un sector de producción de huevos agroecológicos; se está gestionando además la compra de dos camiones con la finalidad de “tender puentes entre productores y productoras del este y el oeste. “Nos pensamos regionalmente”, dice Carlos Alaines, quién promovió los procesos asociativos y actualmente está al frente de la Coordinación Oeste de la Subsecretaría de Agricultura Familiar sede La Pampa.
La habilitación de distintos programas de promoción impactó en nuevas decisiones para la cooperativa. Esto definió la necesidad de constituir una Cooperativa de Trabajo Agropecuaria Regional Limitada dentro de La Comunitaria, para poder presentar proyectos al PROTAAL y PISEAR (Proyecto de Inclusión Socio-Económica en Áreas Rurales). También se está colectivizando el trabajo de la cooperativa e invitando a sumarse a otros pequeños productores de la zona del oeste pampeano, como La Humada, Puelén y 25 de Mayo.
Sostenido activismo de las mujeres
La cooperativa de trabajo agropecuaria de Santa Isabel renovó su comisión y sigue siendo su presidenta la productora de cabras Alejandra Domínguez, acompañada en secretaría por Raúl Lucero, también productor caprino. Dentro de la cooperativa hay mujeres que vienen transitando la experiencia asociativa, por haber formado parte previamente de las asociaciones creadas en el marco del Programa Social Agropecuario, y otras que lo hacen por primera vez. La idea de pensarse como trabajadoras/es de la economía popular es una de las cuestiones que también se pone en tensión al interior de la dinámica de la cooperativa.
Se advierte el fuerte liderazgo de las mujeres y jóvenes en las voces que formulan los problemas, sea en ámbitos de difusión o de discusión asamblearia.
Al respecto, Alejandra comenta cuánto aporta poder compartir estas experiencias con personas de otras zonas. “Uno va creciendo, cada vez que va yendo a otro lugar te enriquecés de conocimientos porque vas cambiando, vas viendo qué hacen los otros… porque no es que solamente nosotros tenemos problemas”. En la actualidad, los conflictos que enuncian a nivel productivo son los mismos que se planteaban en los años de vigencia de las asociaciones: retención de los rodeos, sanidad, valor agregado de su producción y la comercialización.
Esta fortaleza en los lazos comunitarios a veces es minada por problemas estructurales. En el sector rural del oeste pampeano se presenta un panorama que agrava la situación: las personas envejecieron, las mujeres sobreviven a los varones y quedan en los puestos, las enfermedades no se atienden debidamente y muchas veces no disponen de recursos monetarios para acceder a recursos y servicios concentrados en los centros urbanos. Muchas personas aún no han podido acceder a jubilaciones o pensiones por enfermedades y el acceso a la educación para adultos no está siendo garantizado en muchos casos. La imposibilidad de acceder a esos derechos va desde la desinformación a la imposibilidad de afrontar viajes a los centros de salud o al propio ANSES en Santa Rosa, por los costos de movilidad. Frente a estos problemas históricos en el oeste pampeano, la apuesta a la resolución de problemas comunes a través de la integración en el MTE y las cooperativas son prácticas colectivas inéditas, prometedoras y esperanzadoras en nuestro territorio que debemos apoyar y visibilizar.
* Leticia Nora García, María Eugenia Comerci y Antonela Lucía Mostacero.
Docentes e investigadoras UNLPam/CONICET
Fotos: Gentileza de Leticia García, María Eugenia Comerci y cooperativa La Comunitaria Santa Isabel.