Cuántos nombres se vuelven rutina cuando indican una calle de la ciudad o sobreviven en una placa olvidada de una plaza. Algunos tuvieron su circunstancial momento de fama, otros reivindican un pedazo de historia. Este es el caso de Alfonso Corona Martínez: de allí la relevancia que adquiere la tarea de rescate, conservación y estudio de sus archivos que la Universidad y la CPE desarrollan en un proyecto de extensión.
La Cooperativa Argentina de Gas Ltda. (CADEGAS) participó del acto de homenaje a Antonio Skara. Lo hizo enviando un documento donde ratifica la alta estima y reconocimientos del conjunto de las cooperativas vinculadas con el gas, al compromiso institucional y personal asumido con el sector, su participación en la fundación de Cadegas y en la creación de Ley 26020 de GLP, sancionada en 2005. Antonio es considerado presidente vitalicio de Cadegas.
“Dejame pensar, dijo Tamame... y se quedó dormido” afirma un dicho popular que circula desde hace más de treinta años por las calles de Santa Rosa. El verdadero protagonista de esta historia es don Segundo Tamame, un conocido vecino de 86 años que trabajó durante muchos años de mecánico y que actualmente es el delegado más antiguo de la Cooperativa Popular de Electricidad. Para contar su vida y la historia que dio origen a este dicho, él tiene la palabra.
Eran prometedoras y templadas aquellas mañanas de finales de setiembre del treinta y cinco. La temperatura de los ánimos marchaba acorde con el clima y la tensión se cortaba con cuchillo. O no se cortaba, como aquel apretado cerco que agentes penitenciarios y policías concretaban alrededor del taller de Juan Savioli. Rostros fieros y la mirada dura, los uniformados cumplían a rajatabla la consigna de no dejar pasar a nadie.
Actas que dan luz a hechos que hoy son memoria, pero que hace exactamente 50 años significaban todo o casi todo para la Cooperativa Popular de Electricidad. El período que atravesó los años 1951 y 1952 fue crítico en cuanto al suministro de energía, lo que obligó a mantener las restricciones del consumo domiciliario. Sin embargo, la expectativa pasó por adquirir, traer e instalar un nuevo grupo generador que ayudara a paliar la crisis.
La provincia Eva Perón asistía, hace medio siglo, al crecimiento de la demanda de energía y la multiplicación de las cooperativas dispuestas a brindar el servicio. Se sumaban Quemú Quemú, Lonquimay y Maisonave, auspiciadas por las municipalidades de cada localidad. La CPE, por su parte, se veía obligada a aceptar la renuncia por motivos de salud, de uno de los incansables luchadores por la consolidación de la cooperativa: don Domingo Gentili.
En mayo de 2019 se cumplen 20 años de la primera edición de la revista “Nuevo 1º de Octubre”. Luego de doscientos cuarenta ediciones mensuales, la revista institucional de la Cooperativa Popular de Electricidad ocupa hoy un lugar destacado en el ámbito de las publicaciones pampeanas.
Probablemente no sea la oficina de mayor repercusión mediática pero su tarea silenciosa viene atesorando la enorme historia de la CPE que, en poco tiempo, alcanzará los 90 años desde su fundación. El Archivo Histórico de la Cooperativa inició sus actividades el 8 de marzo de 1996, día en el que también se habilitaron las ampliaciones de la Biblioteca Popular “Domingo Gentili”.
En mayo de 1982 me ofrecieron participar en un nuevo proyecto que estaba por encarar la cooperativa: el gas envasado. Me dijeron que se había comprado un terreno en la zona sur, que el cargo era el de Jefe de Operaciones de la Planta y que a los pocos días debía contestar. Lo consulté con amigos y familiares, y acepté. Al mes siguiente ya se habían iniciado las tareas de nivelación y demarcación del terreno con el agrimensor Pedro José Lastiri. Simultáneamente empezaban a llegar los materiales y equipos.
“El zumbido en los oídos permaneció en el tiempo para muchos trabajadores, en algunos casos para siempre; pero de golpe todo fue silencio, un silencio total, medio que no se podía creer, la Usina estaba muda después de muchos años”. Un trabajador de la CPE, hoy jubilado, recordó las sensaciones que dejó para ellos el momento tan real como final de la etapa de la generación eléctrica.
Cuarenta y dos localidades de La Pampa y de provincias limítrofes podrían conectarse a Internet a través del Nodo Local Cooperativo que fue lanzado oficialmente el pasado sábado 19 de febrero en Winifreda, y que permitirá a casi 179.500 habitantes de la región ingresar a la "red de redes" al costo de una llamada local.
Hace 25 años, un 8 de enero de 1999, se inauguraba la primera oficina de atención al público de CPEnet, el recién nacido servicio de internet de la Cooperativa Popular de Electricidad. Era la inauguración formal de un desafío que se había iniciado apenas unas semanas antes, cuando se había habilitado el acceso a Internet a los abonados santarroseños, quienes desde sus computadoras llamaban (módem mediante) a una línea telefónica especial para ser conectados a la “Red de redes” del mundo.
A fines de la década del veinte la Argentina se introduce en uno de los períodos más oscuros de su vida. El golpe militar de 1930 que lleva al poder al general Félix Uriburu inaugura lo que luego sería una constante en la historia del país: la interrupción de los procesos democráticos y la instauración de modelos autoritarios y dependientes. Esta época, signada por la corrupción y el fraude como secuelas del autoritarismo, fue identificada como "la década infame". Se hace precisa esta breve introducción para explicar en qué marco histórico se produce la constitución de la Cooperativa Popular de Electricidad.
El 6 de julio de 1930, un grupo de cuatro vecinos santarroseños empieza a darle forma al sueño de una usina popular, que pusiera fin al monopolio abusivo de la Compañía Sudamericana (SUDAM), encargada de la generación y distribución de energía eléctrica en la pequeña ciudad capital del Territorio.
El ejercicio económico y social correspondiente a 1951 tuvo una característica distintiva: la población crecía y la incorporación de nuevos asociados (más de 400 entre Santa Rosa y Toay) a la CPE producía el lógico aumento en la demanda de energía. Lejos de retroceder, la adversidad renovaba los desafíos para la entidad y fueron diversas las medidas para incorporar un nuevo generador, más medidores de energía y obviamente el tendido de líneas de conexión.
Durante el verano de 1991, tres años antes de su fallecimiento, el fundador de La Arena y cofundador de la CPE realizó más de 20 horas de entrevistas narrando en primera persona su vida. Fueron decenas de anécdotas que hoy, publicadas por Editorial Voces, llegan en forma de un gran libro autobiográfico. Es la historia de La Pampa como nunca fue narrada.
Avanza el siglo y don Tomás Mason sigue en campaña. A casi dos décadas de su fundación, Santa Rosa aún no ha resuelto satisfactoriamente la demanda de iluminación pública. Los emprendimientos ejecutados hasta la fecha, en consultas con proveedores metropolitanos, no han dado mucho resultado.
Cuando la voz sonó al otro lado del teléfono, 70 años de historia se estamparon ante una multitud en un apellido que conectó los orígenes con un presente en el que se siembran las semillas del futuro de la CPE. Alfonso Corona Martínez, el hijo de uno de los protagonistas de aquella gesta fundacional, desde Buenos Aires, aguardaba un llamado desde la tierra en que su padre, siete décadas antes, había bregado por un emprendimiento solidario que transformaría la realidad de la ciudad, para marcar un nuevo hito en la historia de la cooperativa y de Santa Rosa: la inauguración del servicio de telefonía CPEtel.
Promedia la década del treinta y la atención de la opinión pública del territorio y de encumbrados círculos del país se vuelca hacia la prometedora aldea que es Santa Rosa. Hay razones para ello. La Argentina es víctima del auge de la trampa y la avaricia, elementos que contribuyeron a la calificación del período como “la década infame”. Por ende, cualquier elemento que contradijera esa tendencia provoca recelo y debe ser objeto de consideración.
Hace pocas semanas se cumplieron 20 años de un hecho político de trascendencia para la CPE y, en realidad, para las y los asociados que pujaban por organizar un proyecto propio de telecomunicaciones. Impulsado por esta cooperativa, durante los días 9, 10 y 11 de abril de 2003, se desarrolló el Primer Congreso Nacional de Cooperativismo y Radiodifusión que, bajo el lema “Por una radiodifusión sin exclusiones”, planteó un debate nacional en el ambiente cooperativo de servicios del sector.
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