Cuántos nombres se vuelven rutina cuando indican una calle de la ciudad o sobreviven en una placa olvidada de una plaza. Algunos tuvieron su circunstancial momento de fama, otros reivindican un pedazo de historia. Este es el caso de Alfonso Corona Martínez: de allí la relevancia que adquiere la tarea de rescate, conservación y estudio de sus archivos que la Universidad y la CPE desarrollan en un proyecto de extensión.
Publicada en enero de 2016
La inquietud académica lleva a más de uno a preguntarse quién fue Alfonso Corona Martínez, presidente de la CPE entre 1936 y 1947, y luego vocal hasta 1950. Oriundo de Candelaria, Misiones, Alfonso nació en 1893 en una familia humilde. Pasada su adolescencia se trasladó a Buenos Aires a estudiar abogacía en la UBA, y supo costearse sus estudios trabajando como escribiente en una comisaría.
Con el título de graduado, en 1920 optó por instalarse en Santa Rosa, entonces capital del Territorio Nacional de La Pampa, donde se desempeñó como letrado del procurador Mariano Berón. Con el fallecimiento de Berón, el joven fue empleado por Ildefonso Rodríguez. Su actitud protagónica incluyó la política y su ingreso al Partido Socialista, fuerza política en la que rápidamente ganó prestigio como orador.
En 1924 fue electo concejal de Santa Rosa y en febrero de 1925 el partido lo designó director del periódico Germinal, órgano del Centro Socialista. En 1927 y 1932 fue reelecto como concejal. Una de sus principales iniciativas fue la creación de la panadería municipal. En 1933, asumió provisoriamente la presidencia del Concejo Deliberante de la municipalidad a raíz del asesinato de su par socialista Sergio López.
La ruptura interna del PS entre “prácticos” y “doctrinarios”, ubicó a Alfonso como líder del último grupo. Publicó el texto “Lo que ocurre en el socialismo de La Pampa”, donde denunció a los prácticos que se quedaron con la conducción del partido. Poco tiempo después, Corona Martínez dejó las filas socialistas y encaminó su militancia en actividades solidarias, como la cooperativa.
Fue en una asamblea en 1935 que usó la emblemática frase “¡Chi toca, muore!” en defensa de la CPE ante el accionar municipal que favorecía intereses privados en la provisión del servicio eléctrico. “El que toca, muere” era una advertencia que en Italia se colgaba en los postes de electricidad.
Su influencia fue decisiva en la consolidación institucional y económica de esta Cooperativa. Además fue presidente de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas en 1939 y uno de los principales impulsores de los frentes democráticos antifascistas en el Territorio.
Como abogado actuó en casos judiciales de trascendencia pública: asumió la defensa de los bolseros anarquistas de Jacinto Arauz, tras el conflicto de 1921 que dejó varios obreros muertos; fue abogado del renombrado Juan Bautista Vairoleto y de Justo Tierno quien en 1955 atentó contra el primer gobernador provincial Salvador Ananía. Corona Martínez falleció el 5 de junio de 1970.
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Los papeles de Corona Martínez ya están en la CPE