En mayo de 2019 se cumplen 20 años de la primera edición de la revista “Nuevo 1º de Octubre”. Luego de doscientos cuarenta ediciones mensuales, la revista institucional de la Cooperativa Popular de Electricidad ocupa hoy un lugar destacado en el ámbito de las publicaciones pampeanas.
Publicada en abril de 2019
Veinte años pueden ser nada o mucho. Para un medio de comunicación gráfica, en una época caracterizada por la transformación de este tipo de prensa hacia lo digital, dos décadas de presencia ininterrumpida nos parece un hecho a destacar. Sobre todo si en ese tiempo las tiradas mensuales fueron en aumento.
La Nuevo 1º de Octubre nació en mayo de 1999, con una tirada de 4.000 ejemplares, rescatando de la historia el nombre de la publicación institucional que supo tener la CPE, desde octubre de 1937, difundiendo sus primeros pasos luego de la “gesta de las trilladoras”. Su antecedente más inmediato fue la publicación Encuentro, un folletín que en la década del 90 se repartía abrochado a la factura de luz.
La revista empezó a distribuirse entre los primeros abonados al servicio de internet de la CPE, luego entre los usuarios de telefonía, a quienes se les debía acercar un listado -guía de abonados- con todos los teléfonos del flamante servicio. Con ese criterio, acompañando el incesante aumento de abonados a CPEtel, la revista sumó en cantidad de ejemplares mensuales, llegando a los 39 mil de la actualidad. No es poco para estos tiempos. Si bien no hay estudios específicos sobre el tema, podemos afirmar sin temor a errores que al menos en la región pampeana no hay otra publicación gráfica con esta tirada.
Todas las voces
Por estas páginas, impresas en una histórica cooperativa gráfica (Cogtal), han pasado informaciones de la CPE y el cooperativismo pampeano, opiniones, investigaciones, relatos, crónicas, poemas. Poco a poco, se ha ganado la consideración de los asociados y, en especial, de varias instituciones locales que encuentran una alternativa para difundir sus actividades de carácter solidario.
La salud pública, la formación, investigación y extensión universitaria, la inclusión social, problemáticas de interés municipal y provincial, junto a la historia política, social y económica de la región, sus artistas y sus trabajadores anónimos, se han visto reflejadas en la publicación.
Breve historia
A la hora de repasar la historia de la revista, hay varias cosas para destacar. Sus contratapas han sido espacio de encuentro de la cultura con divulgación de obras de escritores y artistas plásticos y visuales. También resultaron el origen de un nuevo emprendimiento cooperativo: la Editorial Voces. De hecho, el nombre de la editorial es rescatado de una edición especial de 2006, de 32 páginas, que contenía los poemas tal como fueron ubicados en las distintas contratapas.
También sus tapas tuvieron sus repercusiones especiales, como aquella vez que se distribuyó con un preservativo adherido a la portada, con el fin de concientizar sobre la problemática del VIH. Suele ser un pecado común entre las publicaciones institucionales, caer en la tentación de mostrar en sus tapas a las autoridades políticas de la entidad a la que pertenecen.
Para la CPE los rostros de sus presidentes o gerentes no son más importantes que la situación económica y social del país, la actividad cultural o solidaria de la población o las tareas que habitualmente desarrollan los servicios que conforman la Cooperativa.
A 20 años de su creación, la revista sigue creciendo al ritmo de la extensión de la red de Telecomunicaciones en Santa Rosa, Toay y Catriló, donde se reparte acompañando la factura de los servicios de telecomunicaciones, dentro de una bolsa plástica. De hecho, la necesidad de alcanzar la revista a la gente impulsó la creación de un sector de distribución propia en la CPE, que hoy se encarga de hacer llegar a cada hogar las facturas de los servicios mencionados.
La decisión de sostener una publicación gratuita, mientras en todo el país se cierran medios gráficos, además de una necesidad de comunicación entre la entidad y sus asociados, responde al compromiso histórico de la institución, sintetizada en la premisa de los pioneros que dieron origen a la usina de las trilladoras: promover los ideales del movimiento cooperativo como la mejor forma de organización económica y social que puede darse a sí misma una comunidad.