“El zumbido en los oídos permaneció en el tiempo para muchos trabajadores, en algunos casos para siempre; pero de golpe todo fue silencio, un silencio total, medio que no se podía creer, la Usina estaba muda después de muchos años”. Un trabajador de la CPE, hoy jubilado, recordó las sensaciones que dejó para ellos el momento tan real como final de la etapa de la generación eléctrica.
Publicada en junio de 2013
El 25 de junio de 1978 los equipos de fútbol de Argentina y Holanda disputaban la final del Mundial en un repleto estadio Monumental. Millones de argentinos seguían por la televisión en blanco y negro los vaivenes de Kempes y Fillol, de Naaninga y Neeskens. Los jefes de la dictadura –Videla, Massera, Agosti- estaban prestos para entregar la copa y capitalizar políticamente el hecho deportivo. Esa misma tarde, cerca de las 6, en Santa Rosa acontecía un hecho absolutamente menor en lo político pero significativo para la propia historia de la CPE.
La Cooperativa, después de 43 años, desde aquel glorioso 1º de octubre de 1935, dejaba a la fuerza la generación de energía para dedicarse solamente a la distribución del fluido eléctrico. Dos motores generadores grandes diesel FIAT, y varios más pequeños de apoyatura, Mirrlees Blackstone, funcionaban en el salón de la Usina, y sostenían un sistema eléctrico que abastecía a Santa Rosa y localidades interconectadas. Ese domingo resultó el fin de una etapa para la CPE.
Agua y Energía
El sistema eléctrico argentino había tenido varias reformas desde la creación, en 1947, de la empresa estatal Agua y Energía, durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón. AyE (o AyEE) fue una empresa pública argentina encargada de la producción, distribución y comercialización de energía eléctrica, así como de la evaluación y construcción de obras de ingeniería hidráulica. Tuvo muchos cambios pero uno de los más profundos ocurrió en 1992 cuando, junto a otras empresas del Estado, fue privatizada durante la primera presidencia de Carlos Menem.
Años antes, en 1979, en plena dictadura, por resolución conjunta de los Ministerios de Economía y de Interior, se determinó la transferencia de los servicios de distribución de energía eléctrica y de riego de AyE a las provincias. Hubo excepciones: La Rioja, Santiago del Estero, Tucumán, Río Negro, Mendoza, Formosa y Chubut. En el caso pampeano, esta decisión tiene una historia previa relacionada a la construcción de El Chocón-Cerros Colorados.
El Chocón
Las crecidas de los afluentes de los ríos Limay y Neuquén, y del río Negro generaban enormes y continuos problemas para las poblaciones y zonas productoras del Alto Valle y Valle Medio de provincia de Río Negro. En 1967 Nación creó la empresa Hidroeléctrica Norpatagónica (Hidronor SA) con el objetivo de desarrollar aprovechamientos hidroeléctricos sobre los ríos mencionados. A finales de 1968 empezó la construcción del Complejo El Chocón, obra que por sus dimensiones y potencia instalada se convertiría en una pieza clave del sistema energético del país. En diciembre de 1972 entró en servicio comercial la primera turbina aunque las obras concluyeron en 1977 con la habilitación del sexto generador.
Durante aquel 1977 el Consejo de Administración de la CPE, que presidía Mario Aragón, ante la inminencia del enlace con la red de El Chocón sostenía que “en un sistema de gobierno federalista la Provincia debería mantener el control de la política energética a nivel Provincial y coordinar adecuadamente hacia arriba y hacia abajo”.
Finalmente el domingo 25 de junio de 1978, a las 18 horas, se materializó el enlace con el Sistema Interconectado Nacional mediante la estación de rebaje 500/132 kw en Puelches. La CPE tenía en ese momento 18.517 usuarios. A partir de esta fecha el gobierno provincial adquiere el poder concedente del servicio de distribución de energía. Unos días después, el 4 de julio, el ministro interventor de Obras Públicas, Enrique Recchi, dispone la transferencia a la CPE de elementos que eran de dominio de la Provincia para emplearlos en el servicio de distribución de energía eléctrica.
En agosto de ese mismo año, el Consejo de Administración, ahora presidido por Máximo Oronoz, dedicó especial atención a la interconexión con el sistema nacional. Se analizaron las ventajas de la reciente conexión con General Pico a través de la línea de 132 Kw. En el informe de la memoria número 46º se insistía que, en un sistema federalista, la Provincia debería “mantener el control de la política energética a nivel Provincial y coordinar adecuadamente hacia arriba y hacia abajo”.
Motores en venta
Un capítulo particular de esta historia reside en el devenir de los motores generadores de energía. ¿Qué pasó con ellos? En la Usina funcionaban, a mediados de 1978, entre 10 y 11 máquinas, de las cuales las número 9 y la 10 eran los grupos más importantes (Fiat), la 7 y 8 eran Mirrlees Blackstone, y otros eran Westport.
Durante 1987 presidía el Consejo de Administración Carlos Magariños, y era gerente general Jorge Matzkin, el futuro diputado nacional y jefe del bloque del menemismo privatizador. Resolvieron la venta del grupo 10 Fiat 4212, que había sido montado a fines de los años 60. Según los registros del Archivo Histórico de la CPE, fue vendido a Servicios Públicos del Estado, de Río Gallegos.
Un tiempo después, ya en 1989, tras trabajosas gestiones y un llamado a concurso público cuyas ofertas fueron rechazadas, se produce la venta del último grupo Fiat 4212. Era la máquina 9 que había sido montada entre 1966 y 1967. De este grupo, según recuerda Miguel Hirschfeldt, operario de la CPE que en ese momento era electricista de planta, en realidad se vendió para su uso el cigüeñal de la máquina; la mayor parte del resto fue desmantelada como chatarra. Un grupo de operarios de una empresa privada trabajó entre tres y cuatro meses para proceder al desmantelamiento de los motores. En forma simultánea se vendieron otras piezas para desguace, instrumental y herramientas a precios que muchos calificaron de “vil”.
Miguel fue parte del personal que estuvo en el control del desguace de las máquinas. En aquella Usina trabajaban unos diez operarios con las máquinas generadoras de energía y otros 7 u 8 hacían tareas de mantenimiento. Cuando todo terminó, los maquinistas pasaron como tableristas de la subestación Norte y algunos de los ayudantes y mecánicos fueron a prestar servicios a la subestación Sur. La venta de esos equipos marcó el alejamiento definitivo de la posibilidad de generación.
Sistema interconectado
La Pampa forma parte del Sistema Interconectado Nacional (SIN). La Administración Provincial de Energía (APE) es el organismo del Estado pampeano que adquiere la energía a Cammesa, y luego la comercializa a las cooperativas que se encarga de la distribución a los asociados y usuarios finales. La APE tiene la facultad de ejercer el poder de policía y fijar las tarifas de venta.