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LA CPE HACE 50 AÑOS

La provincia Eva Perón asistía, hace medio siglo, al crecimiento de la demanda de energía y la multiplicación de las cooperativas dispuestas a brindar el servicio. Se sumaban Quemú Quemú, Lonquimay y Maisonave, auspiciadas por las municipalidades de cada localidad. La CPE, por su parte, se veía obligada a aceptar la renuncia por motivos de salud, de uno de los incansables luchadores por la consolidación de la cooperativa: don Domingo Gentili.

Publicada en septiembre de 2004

Aquel año de 1954 estuvo marcado por el notable crecimiento de la demanda de electricidad, que exigió a la cooperativa llevar a cabo importantes inversiones para la ampliación de su infraestructura y capacidad productiva. Así, al mismo tiempo que se resolvía contratar a la firma Rueda de Capital Federal para la reparación del cuarto grupo generador, comenzaban los trámites para la importación de otro. La unidad, que estaría lista para el embarque en Holanda 23 meses después, demandó una inversión de 425 mil florines.

Mientras se aprueba la construcción de una nueva estación transformadora sobre calle San Martín, entre Urquiza y Ruta 35 para abastecer a un futuro barrio cívico, se invierten casi 220 mil pesos moneda nacional en la ampliación de líneas de alta y baja tensión en diversos barrios de Santa Rosa, lo que incluye la adquisición de cables subterráneos para alimentar la estación transformadora ubicada en Rivadavia y San Martín. A apenas unas cuadras, se pone en servicio la estación subterránea de avenida Roca y Centeno.

Nada de esto parecía alcanzar para una ciudad en expansión que tenía en la cooperativa a uno de sus principales pilares para el desarrollo. El 16 de octubre, la CPE acepta el ofrecimiento del gobernador Salvador Ananía (electo en 1953), para la compra de un nuevo grupo electrógeno, disponible en Santiago del Estero. Un tiempo después se construye una nueva estación transformadora en el Barrio Fitte con un costo de 85 mil pesos moneda nacional y se resuelve brindar energía al pozo de Obras Sanitarias de la Nación construido en el predio de la Agrícola Ganadera en Villa del Busto.

El trabajo mancomunado con el Municipio se traducía, por ejemplo, en la colocación sin cargo de los focos en el alumbrado público de las calles 9 de Julio, Pellegrini, Avellaneda, Mitre y Presidente Perón, y en la donación de palmeras a la comisión administrativa del Parque Infantil Municipal, hoy Parque Oliver.

Otros servicios

Sin embargo, como hoy, la cooperativa ofrecía a sus asociados una variedad de otros servicios, uno de los más importantes, la fábrica de hielo que ese año distribuiría 69.717 barras, un 11 por ciento más que en el Ejercicio anterior y a un valor valor por unidad que era el más bajo de la provincia.

Precisamente en este año se adjudica la ampliación del edificio de la fábrica de hielo, obra que se financiaría con un crédito del Banco Industrial y fondos propios. Es que también allí funcionaba uno de los rubros poco recordados de la CPE: la comercialización de manzanas que, en ese, Ejercicio había arrojado como resultado un excedente de 9.000 pesos.

Por aquellos días se empieza a pensar en la necesidad de construir un local para la administración de la cooperativa. Se inician, entonces, las gestiones para obtener un crédito del Banco Hipotecario Nacional y se solicita al cuerpo de bomberos de la ciudad que se retire del edificio de Gil y Mansilla -donde años antes había funcionado la Sudam- para construir allí la sede de la CPE, iniciativa que finalmente no prosperó.

200409 1954 Crece la demanda de energía y nacen cooperativas Domingo Gentili

Domingo Gentili.

El auge del cooperativismo

El sistema cooperativo, en tanto se fortalecía a lo largo de toda la provincia. Cada vez más localidades, estimuladas por los propios municipios, se decidían a formar sus propias cooperativas de servicios y la CPE era una referencia indudable. Por eso sus autoridades eran invitadas a las asambleas constitutivas de las entidades solidarias de Quemú Quemú, Lonquimay y Maisonave.

La trayectoria y relevancia de la cooperativa santarroseña era reconocida además a nivel nacional. Ese año estuvo entre las cooperativas aportantes para que la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE) adquiriera un inmueble para su sede. Esa entidad entregaría más tarde a la CPE el cargo de director titular que asumió el doctor Enrique Corona Martínez.

En julio, se renuevan los integrantes de las comisiones y se designan como directores a Alejandro Colombato (Finanzas), Ramón Lemma (Interpretación y Difusión Cooperativa), Francisco Foltynck (Personal), Saturnino de la Mata (Explotación Industrial, Tarifas y Acciones), Ramón del Olmo (Edificios) y Antonio Arnesto (Control de Inventario). Tras la renuncia de Domingo Gentili al cargo de director por razones de salud, será reemplazado por Agustín Marcos.

Claro que nada de este despliegue hubiera sido posible sin el compromiso de aquellos primeros trabajadores que sentían como propia a la cooperativa y su destino. Las actas de 1954 destacan “la eficaz colaboración del personal que se encuentra plenamente identificado con los ideales de la cooperación”. Uno de ellos era ni más ni menos que el ingeniero Santiago Marzo.