Verdad de perogrullo: nadie está a salvo de la posibilidad de contagio por coronavirus. Parece fácil de comunicar y entender pero no es tan sencillo de ponerlo en práctica, y mantenerlo. Por distintas justificaciones y causas, el virus se ha extendido en nuestra provincia y nos contagia tanto como nos desafía, en forma individual y colectiva. Las dudas abundan: qué se hace, qué se prioriza, cuánto tiempo falta para superar este panorama.
Hace pocos días, entre el lunes 3 y el viernes 7 de mayo, la atención presencial al público en el servicio de energía de Santa Rosa debió prácticamente paralizarse por contagios y contactos estrechos de parte del personal. Ocurrió en Casa Central, en Raúl B. Díaz 218, con reducción de la atención, y en el Centro Carlos Lorenzo, en José Luro y Perú de Santa Rosa, que debió cerrar directamente la sucursal. Se mantuvo la atención virtual y parcialmente la presencial hasta que se pudo recuperar, desde el pasado lunes 10 de mayo.
También las sucursales de las localidades interconectadas han visto disminuida su capacidad de atención, en algunos casos hubo necesidad de cierres temporales de los locales. Son situaciones que se analizan en el día a día, en función de las novedades que surgen respecto de personal contagiado y/o aislado. En cada caso se busca equilibrar entre la necesidad de atender los requerimientos de trámites y la situación sanitaria planteada, respetando las indicaciones de Epidemiología de la provincia.
Adaptarse y resolver
Desde la Subgerencia de Atención a los Asociados, del área de Energía, se trabajó a contrarreloj para adaptarse a la crítica situación, y tomar medidas para combinar el cuidado del personal en las oficinas, el apoyo a quienes resultaron positivos y debieron guardar reposo, y a su vez seguir prestando el servicio.
La Ing. Gabriela Sánchez, hizo un balance de lo que está pasando por el área de atención directa a la gente. Recordó varias de las medidas tomadas desde el inicio, siempre en el marco de los protocolos sanitarios, para simplificar los trámites de bajas y altas de servicios. “Pudimos pasar rápidamente de la atención presencial a la virtual gracias a herramientas de comunicación como Whatsapp y correo electrónico, y se siguió trabajando en la búsqueda de más alternativas para que nuestros asociados puedan canalizar su necesidades y consultas. De hecho, en estos días estamos en proceso de implementación de un sistema de gestión de altas y bajas de conexiones del servicio de energia a través de la página de CPE donde ya registramos con éxito los primeros trámites”.
Recordó un elemento básico para reducir la circulación: la CPE atiende de manera virtual y por distintos canales de comunicación cualquier tipo de consulta, se han facilitado más canales de pago electrónico de facturas y la gestión virtual de los planes para refinanciar deudas por servicios.
- ¿Las y los trabajadores cumplen con las medidas?
- Cumplen y de hecho no hay contagios internos sino que, en general, vienen de afuera. Pero es muy difícil porque se está permanentemente expuesto. Se cuidan y cuidamos a quienes vienen a realizar trámites. Damos información permanente, garantizamos el número de personas que pueden estar adentro en los locales de atención, usamos el alcohol en gel con quienes ingresan, y se exige el uso correcto de barbijos y tapabocas. Es para resaltar el cuidado y el profesionalismo de las y los trabajadores de Energía, que saben que corren riesgos.
Plantel laboral
La CPE cuenta con más de quinientos trabajadores distribuidos en Santa Rosa, Toay, Anguil, Uriburu, Lonquimay, Catriló, Mauricio Mayer y Ataliva Roca. Los muchos servicios que presta son legitimados y reconocidos a diario por la comunidad, pero detrás de cada labor, en el contexto actual, una o un trabajador está arriesgando su salud, pese a cumplir con los protocolos de cuidado. En estos casi 14 meses, desde el reconocimiento del estado de pandemia y la instalación del distanciamiento (marzo de 2020), la CPE mantuvo todos sus servicios activos pero hemos contado, en ese mismo periodo un total de 24 contagios positivos y 128 en estado de aislamiento.
Hay dos puntos de interés a tener en cuenta: el primero, reconocer la actitud solidaria, el esfuerzo físico y mental, y la capacidad de adaptación a las normas del conjunto de las y los trabajadores de la Cooperativa. Y esto es independiente de la caracterización legal de qué servicio es “esencial” (en el caso de la CPE, Energía, Telecomunicaciones, Planta de Gas y Funeraria). La consideración –casi desde el sentido común– es que difícilmente algún servicio de la CPE pueda no ser esencial. Los cientos de asociados esperan respuestas de la CPE, no andan con vueltas respecto de si tal servicio es o no esencial. Y la CPE busca hacerse cargo de semejante desafío.
El otro punto no es menor: esta pandemia, con variaciones de cepas, con una muy buena cantidad de población vacunada, con más o menos restricciones, no se va a ir así nomás. Y tampoco sus consecuencias sanitarias, sociales, económicas y políticas. Admitir este panorama es clave para ratificar medidas y pedidos de responsabilidad individual, de ponerse el barbijo, de mantener la distancia, de evitar juntadas innecesarias, de escaparle a las aglomeraciones, de usar medios electrónicos para realizar trámites de todo tipo, de acompañar a quien se contagia, o de no decaer si nos toca contagiarnos. Y también de tener paciencia cuando el otro, en este caso la Cooperativa, se ve impedido por estas circunstancias, de poder dar respuestas en los tiempos en que normalmente lo hacían.