Guadalupe Velázquez está al frente del Taller de Inicio de Corte y Confección de la CPE. Tiene en plena organización otra versión porque el actual es un éxito de concurrencia. Bien predispuesta, amable, durante la entrevista propuesta por la revista “1º de Octubre”, dejó sus impresiones sobre este segundo ciclo con especial énfasis en el costado más emocional: “Me tocó un hermoso grupo de mujeres y estoy muy feliz de poder compartir esta experiencia con ellas”.
Guadalupe acumula mucha experiencia de trabajo docente en talleres y cursos intensivos, siempre dentro de la indumentaria. Desde hace varios años es instructora en el Centro Provincial de Formación Profesional. El taller actual de la CPE se cubrió con mujeres mayores de 18 años y algunas menores de entre 12 y 17 años, con autorización de sus tutores/as.
Tras aclarar que no es necesario ni excluyente tener conocimientos previos, precisó que el objetivo central de la propuesta pasa por incorporar los conocimientos básicos de moldería. “La idea es que puedan aprender a hacer una prenda desde cero, pero también a hacer arreglos, achiques o la deconstrucción total de una prenda para darle otro uso”. En este grupo específico —dice Guadalupe—, las mujeres están abiertas y dispuestas a empezar con moldería base para luego seguir con armado de prenda y coser con máquina.
Guadalupe Velázquez, docente a cargo del Taller de Inicio de Corte y Confección de la CPE.
Además de la costura, aprenden a identificar medidas corporales, a usar y posicionar correctamente las telas, a combinar la moldería sobre esas telas e incorporar conocimientos generales del uso de máquinas rectas familiares y las más avanzadas del tipo overlock. Todo ese aprendizaje podrán luego utilizarlo en beneficio propio, ya sea armando prendas nuevas o arreglando usadas, modificándolas para darle otros usos. “Trato de que el taller les brinde las herramientas necesarias para que ellas puedan utilizarlas de la mejor forma y darles un sentido personalizado”, explica.
— Seguramente muchas alumnas tienen expectativa de salida laboral inmediata.
— No son la mayoría, pero debo reconocer que en su objetivo hay posibilidades de querer generar una fuente de empleo inmediato. La realidad es que el curso aborda el inicio del corte y confección: es un proceso lento que lleva tiempo, conocimientos y herramientas para desarrollarlo. Es positivo cuando tienen expectativas, pero como toda capacitación, lleva mucho tiempo, paciencia y práctica para realizarlo.
Guadalupe se maneja con una encuesta previa de nivelación en la que consulta sobre conocimientos, objetivos y tiempo disponible que le dedicarán al curso, para luego organizarlas en niveles. En cualquier tema hoy resulta imposible soslayar la masividad de información vía internet. Para Guadalupe los métodos de enseñanza avanzan y mejoran con los años y con la tecnología: “como docentes tenemos más acceso a información para trabajar e innovar en nuestros proyectos”.
— ¿Facilita la enseñanza o se complica?
— A veces se complica porque hay demasiada información disponible de muchas personas distintas, por ejemplo de redes sociales, youtube, etcétera. A veces quienes dan los tutoriales son personas formadas durante años, que tienen mucho conocimiento y experiencia en la indumentaria, entonces hacer una prenda en 5 minutos parece una tarea sencilla, pero no es lo que sucede cuando una en casa y sin experiencia, desea copiarlo.
Expectativas superadas
Algunos varones se inscribieron en el taller pero aún no empezó ninguno. Son 20 alumnas y muchas quedaron en una lista de espera para el próximo. “Estoy muy contenta y aún me siguen escribiendo para ingresar; la verdad es que superó mis expectativas ampliamente”.
— ¿Estos talleres que son muy prácticos, sirven para “hacer” amigos/as?
— En el comienzo de cada clase, cuando doy el teórico o la actividad a realizar, las mantengo lo más en silencio que pueda, porque además de que son muchas, el uso de barbijo complica un poco el habla. Cuando comienzan a trabajar y a hacer la práctica, hablan y comparten. Ellas solas se van cambiando de lugares y eso es parte del taller, así pueden interactuar entre todas y conocerse. Las charlas varían, a veces son personales, laborales o a veces de la actividad que están realizando en el momento. Lo cierto es que me tocó un hermoso grupo de mujeres y estoy muy feliz de poder compartir esta experiencia con ellas.
— ¿Qué sensación te deja que el taller sea una espacio de la CPE?
— Esta propuesta es muy enriquecedora desde varios aspectos: por un lado la calidad humana de las alumnas en general, une muchas personas de diferentes barrios con diferentes experiencias y formas de vida, y las unifica para llevar a cabo un aprendizaje tan laborioso como es el corte y confección. Por otro lado, estoy muy agradecida con el Consejo y en especial con Cristian (González), que coordina los talleres. Acá se le acerca la posibilidad a toda la sociedad pampeana, a bajo costo, de poder formarse o bien tener un pasatiempo. Así que estoy muy feliz de formar parte de este equipo, y espero poder seguir trabajando por mucho tiempo más.