La Pampa es un territorio fértil en fósiles que dan testimonio de millones de años de vida de animales y plantas en este pedazo del planeta. La búsqueda, recolección, preparación y estudio de estos restos con el objetivo de darles valor científico, son actividades de las que suele tenerse alguna noticia. Sin embargo, poco se sabe acerca de qué pasa con los fósiles una vez que fueron sacados de su contexto natural, es decir de las rocas que los contenían.
“¿Un policía que investiga la historia? Sí, ¿por qué no?”. Pregunta y se responde Pedro Vigne, que lleva casi 25 años buscando, aprendiendo y difundiendo trazos de su amada Toay. Confiesa que le duele ver cómo todos los días se tiran y pierden pedazos de su historia. “No nos damos cuenta de que todo hace a la identidad, ¿quién va a querer lo que no conoce?”
La investigadora Claudia Salomón Tarquini se refirió a la situación de las comunidades aborígenes en Argentina y otras regiones. Abogó por una “sociedad inclusiva y pluricultural”.
Cuántos nombres se vuelven rutina cuando indican una calle de la ciudad o sobreviven en una placa olvidada de una plaza. Algunos tuvieron su circunstancial momento de fama, otros reivindican un pedazo de historia. Este es el caso de Alfonso Corona Martínez: de allí la relevancia que adquiere la tarea de rescate, conservación y estudio de sus archivos que la Universidad y la CPE desarrollan en un proyecto de extensión.
El martes 28 de marzo, Editorial Voces presentóGenocidio y Dictadura: caso La Pampa (1974-2021), un trabajo gestado a lo largo de casi tres décadas de una persistente resistencia al olvido y la naturalización del terrorismo de Estado. Su autora, la profesora e investigadora Nilda “Patty” Redondo, cuenta en esta entrevista del responsable de la editorial cooperativa, Alberto Acosta, cómo surgió el libro en el que recopila información sobre la participación de civiles pampeanos en el aparato estatal durante la última dictadura militar, así como las noticias que aparecían en La Arena en aquellos años, lo que da por tierra con la idea de que se desconocía por completo lo que estaba sucediendo.
Rumun Rankül es el primer libro bilingüe, en ranquel y en español, editado en la provincia de La Pampa. Fue presentado en la última feria de libro provincial y contiene casi medio centenar de relatos —breves, reales, algunos bajo la forma de canciones— escritos por Javier Villalba, músico cantautor y docente pampeano.
Actas que dan luz a hechos que hoy son memoria, pero que hace exactamente 50 años significaban todo o casi todo para la Cooperativa Popular de Electricidad. El período que atravesó los años 1951 y 1952 fue crítico en cuanto al suministro de energía, lo que obligó a mantener las restricciones del consumo domiciliario. Sin embargo, la expectativa pasó por adquirir, traer e instalar un nuevo grupo generador que ayudara a paliar la crisis.
La provincia Eva Perón asistía, hace medio siglo, al crecimiento de la demanda de energía y la multiplicación de las cooperativas dispuestas a brindar el servicio. Se sumaban Quemú Quemú, Lonquimay y Maisonave, auspiciadas por las municipalidades de cada localidad. La CPE, por su parte, se veía obligada a aceptar la renuncia por motivos de salud, de uno de los incansables luchadores por la consolidación de la cooperativa: don Domingo Gentili.
“El zumbido en los oídos permaneció en el tiempo para muchos trabajadores, en algunos casos para siempre; pero de golpe todo fue silencio, un silencio total, medio que no se podía creer, la Usina estaba muda después de muchos años”. Un trabajador de la CPE, hoy jubilado, recordó las sensaciones que dejó para ellos el momento tan real como final de la etapa de la generación eléctrica.
Hacia 1910, y a la vista de los abusos producidos por el primer ciclo de industrialización y urbanización en Buenos Aires, el reconocido higienista Augusto Bunge proclamaba en su obra “Las conquistas de la higiene social”, la necesidad de emprender una “obra social de estricta justicia: sanear las multitudes” y mejorar el nivel material y moral para beneficiar el “protoplasma de la nación”, la población de las ciudades y de la campaña. La intranquilidad de este médico coincidía punto por punto con sus antecesores, que durante las epidemias de finales del siglo XIX gestaron y fortalecieron las instituciones sanitarias, como el Departamento Nacional de Higiene y luego la Asistencia Pública.
Todo movimiento que tiene objetivos de largo alcance como fue liberar un territorio nacional del tutelaje directo de un gobierno central, constituye un proceso. Esto quiere decir que no fue lineal, tuvo marchas de la mano de sectores progresistas y contramarchas conservadoras, movimientos autonomistas con diferentes métodos, no estuvo exento de ambiciones personales y se desarrolló en medio de enfrentamientos entre amigos y enemigos de la provincialización. Y fue una suma de experiencias.
“Los Cantores de La Pampa” fue un conjunto folklórico nacido en Santa Rosa que, con algunos intervalos de inactividad, estuvo vigente entre 1961 y 1969. Cacho Arenas, músico, investigador e integrante del grupo, repasa el camino recorrido durante aquella década en la que todos los sueños parecían al alcance de la mano.
El 6 de julio de 1930, un grupo de cuatro vecinos santarroseños empieza a darle forma al sueño de una usina popular, que pusiera fin al monopolio abusivo de la Compañía Sudamericana (SUDAM), encargada de la generación y distribución de energía eléctrica en la pequeña ciudad capital del Territorio.
En la generación de músicos pampeanos de los años 20 del siglo pasado, el nombre de Argentino Valle (1901-1966) fue sin dudas el que alcanzó mayor notoriedad y, a partir de la década siguiente, tuvo lugar su consagración artística en la ciudad de Buenos Aires[1]. Se inclinó en última instancia por el género folklórico, pero fue un músico que abordó un amplio espectro de expresiones musicales, sustentado en su formación académica y su temprana incursión en los repertorios populares en boga.
En la Provincia de La Pampa se encuentran registradas cuatro áreas con pinturas rupestres: Cerro Chicalco, Chos Malal, Cueva de la Salamanca y Lihue Calel. Sin embargo siempre existe la posibilidad de nuevos hallazgos, dado que la topografía de la provincia involucra cantidad de afloramientos rocosos, soporte habitual donde suelen encontrarse estas manifestaciones de la cultura humana.
En el primer aniversario del golpe militar del 4 de junio de 1943, se estableció por el decreto Nº 14.630/44, el primer sistema de fomento industrial de la Argentina. Esta iniciativa, que dos años más tarde se convirtió en ley durante el gobierno peronista (1946-1955), se inscribía en el proceso de redefinición del rol del Estado en la economía, abierto tras la Gran Depresión del año 30, con un papel central como proveedor de servicios públicos y promotor de la actividad económica.
Avanza el siglo y don Tomás Mason sigue en campaña. A casi dos décadas de su fundación, Santa Rosa aún no ha resuelto satisfactoriamente la demanda de iluminación pública. Los emprendimientos ejecutados hasta la fecha, en consultas con proveedores metropolitanos, no han dado mucho resultado.
La provincialización de La Pampa en 1951 abrió la posibilidad a todos los pobladores de elegir a sus gobernantes y sus representantes ante la Nación. En el medio siglo precedente la única alternativa de participación fue limitada y restringida para los territorianos: sólo se podía votar a nivel comunal y no siempre con una representación o legitimidad del todo clara. Sin embargo, todo un universo de entramados públicos y privados daban densidad a una dinámica vida política lugareña.
La industria frigorífica pampeana ha atravesado distintas etapas, algunas de fuerte desarrollo y otras de retracción significativa, tanto que produjo el cierre de establecimientos y la pérdida de puestos de trabajo. En este trabajo se sintetiza la compleja trama desde los años 70 hasta la actualidad.
El oeste profundo de La Pampa fue parte del paraíso hasta que la mano del hombre lo transformó en desierto. Esta lectura, basada en contundentes pruebas, incluye un registro detallado, profesional, indeleble, realizado en el mismo terreno, tras la ominosa campaña del Desierto del Estado Nacional que pergeñó la llamada Generación del 80.
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