El parnaso argentino está poblado, gracias a su larga y nutrida historia, de numerosas y diversas figuras; dentro de ese abanico variopinto, y más allá de que, obviamente, las preferencias sobre escritores y estilos varían para cada persona, una voz supo destacar con luz propia a través de la particularidad de su expresión. Este brillo sui generis no le correspondió a otro que a aquel escritor que se identificó a sí mismo como “Almafuerte”. Con el solo hecho de nombrarlo ya incurrimos en una anticipación sobre la persona que hay detrás de la pluma; estamos realizando, en cierta manera, una declaración de su esencia.
Sí señor. De los chicos de la barra soy el más curioso. Los demás me cargan a veces y me dicen qué hacés detective, cuando les cuento que el coso ese anda en algo raro. Por ejemplo, cuando les dije que el marido de la verdulera no trabajaba como mi papá o el papá de los demás pibes del barrio que trabajan de día y vienen temprano a casa y después se van a jugar a las barajas al club o se sientan a tomar fresco en la vereda o se ponen a regar las plantas del patio. Seguro que el coso ese anda en algo raro, les dije.
Sí, sí, yo lo vi, claro que lo vi. Lo vi clarito. Cómo no lo voy a ver si yo era el que le echaba los caballos a la puerta para el aparte y él atajaba. Ya éramos grandes. El Tono tenía 11 años y yo 12, y eso lo hacíamos siempre. Más de una vez, con animales ariscos. Como a él le gustaba ponerse en la tranquera, siempre me decía “mandá no más que yo hago de arquero”.
Representantes de la Universidad Nacional de La Pampa, del gobierno provincial y la CPE compartieron, este fin de semana, una mesa redonda en la Feria Internacional del Libro, donde se abordó el actual panorama de la cultura, en sus diversas expresiones, visto desde la región patagónica que La Pampa integra.
La Secretaría de Cultura, a través del Museo Provincial de Artes, expuso a fines de abril la muestra “Codo a codo... una huella”, con obras de la artista plástica Teresita López Lavoine y del fotógrafo, Horacio Echániz. La mirada de Gustavo Gaggero propone un breve viaje a la esencia artística y emocional de Teresita.
A principios de diciembre se fue Eduardo Ferma. Hace pocas semanas otro artista amigo: Adrián Di Santo; un poco más humilde en trayectoria pero igual de sabroso en conceptos. Compartieron la virtud de hablarme más de la vida como génesis del arte que del arte mismo, y atesoro esta riqueza por encima de toda admiración.
Durante casi un mes, la sala de la Fundación Banco de La Pampa expuso una serie de 20 pinturas, en su mayoría al óleo, del artista plástico Gustavo Gaggero. El título –Ferma x Gaggero– define muchas cosas pero dos son clave: el afecto por Eduardo Ferma y el homenaje a su trayectoria artística.
El 17 de julio de 2001 falleció el gran músico, guitarrista y compositor Guillermo Jesús Mareque. A veinte años, estas líneas tienen el propósito de recordar y homenajear una figura cuya obra musical es ejemplo y símbolo de pampeanidad y que sigue latente en la memoria de la gente que apreció sin mengua su desbordante talento artístico.
Editorial Voces de la CPE presentó su flamante publicación: el libro “Utracán y otras obras premiadas” del autor, director y dramaturgo pampeano Omar Lopardo. Este título reúne en sus páginas tres obras teatrales oportunamente premiadas en diferentes certámenes. La presentación de la obra, primera experiencia que la Editorial realiza en el género de la dramaturgia, tuvo una particularidad distintiva: se realizó con la representación teatral de una de las piezas que integran el libro.
El 14 de marzo pasado, la revista digital de arte y crítica Caesurapublicó una serie de poemas de Bustriazo Ortiz traducidos al inglés por Michelle Gil-Montero, escritora, traductora de poesía latinoamericana y docente de inglés del Saint Vincent College, donde dirige la Especialización en Traducción Literaria. Sergio De Matteo, escritor e investigador regional, destaca y analiza la tarea realizada a partir de la presentación hecha por la misma especialista, quien reside en Pittsburgh, Pennsylvania.
El músico Juan Falú estuvo en Santa Rosa y dió un concierto con más espíritu de fogón íntimo que de actuación en un festival como “Guitarras del Mundo”, del que es creador y director artístico y en el marco del cual se presentaba. Esa misma tarde, otro músico al que lo une una amistad de más de tres décadas, Ernesto del Viso, lo entrevistó en una suerte de charla-repaso de una vida signada por la música, el compromiso, el exilio y un entrañable afecto por La Pampa.
María Cristina Fernández dice que leer es la artesanía que mejor le sale. Es socia de la Biblioteca Popular Cooperativa "Domingo Gentili" y lee dos libros por semana. No es un error de tipeo: lee dos libros por semana, “uno que me haga pensar, otro que me entretenga”. Tiene 65 años, se jubiló trabajando en el área contable de una repartición pública, pero ama los libros desde niña y recuerda a su mamá que siempre andaba leyendo algo. Reconoce que cuando encuentra una historia atrapante es capaz de postergar cualquier cosa.
El viernes 14 de noviembre quedó inaugurada la muestra fotográfica de José Ortiz Echagüe como celebración de los aniversarios del diario La Arena y de la CPE. Hasta el 19 de diciembre se exhiben en la Fundación Banco Pampa (Pellegrini 366), 37 imágenes captadas por uno de los fotógrafos más relevantes del siglo XX y hermano del reconocido pintor Antonio Ortiz Echagüe.
“O-S para no morir” es una obra de teatro emocionalmente intensa, con una puesta tan original como jugada, donde Bibiana Grabowsky y Liliana Rojas expresan artísticamente su amor y asombro por la literatura de Juanjo Sena (1944-2016) y Olga Orozco (1920-1999). Quedan para el después de quienes acuden, el probable estímulo para ahondar en los textos de ambos escritores (si es que no lo han hecho) y los ecos de una poesía que vuela alto desde esta pampa de geografía extensa, dura, inflexible, desafiante. En el mientras tanto, la posibilidad de animar al resto a no perderse tan singular experiencia teatral.
Desde 2014 funciona en la capital pampeana el Espacio INCAA Santa Rosa, un lugar que propone poner en pantalla cine nacional –que habitualmente no se exhibe en el circuito comercial– con entradas accesibles al público.
El viento sur sopla y corre por las inmensidades de nuestra región. Acarrea consigo todos los sonidos y silencios que encuentra en su andar por la tierra, los montes, los ríos, en cada rancho que atraviesa. Levanta todos los ecos y los lleva, quién sabe dónde, para dejarlos en algún lugar secreto que quizás los hombres comunes jamás llegaremos a conocer; sitio donde esta mágica carga fue guardada vaya a saber uno con qué profunda y enigmática finalidad.
Es muy posible que a alguno de los asistentes, y muy especialmente de los no asistentes, se le haya ocurrido preguntar para qué puede servir una charla sobre los personajes de la poesía de Manuel Castilla; mal que me pese, es una pregunta valedera. Para ella no tengo una respuesta definitiva pero puede ayudar una anécdota.
Segundo quinquenio del siglo XX. Un recién formado trío de muchachos veinteañeros y "orejeros" de la música del puerto se adentró en las pampas, luego de recorrer algunas localidades boanerenses, según su propio decir, "corridos por la miseria, el hambre y la vigente falta de trabajo" en sus lugares de procedencia.
Bettina Tueros y Walter Geringer son sinónimos de cine en Santa Rosa. Al menos de la etapa más cercana que se inició cuando se animaron a proponer la reapertura del viejo y querido Don Bosco. Corría 1995 y la movida cinéfila, tanto en la realización de las películas como en las salas, ya incorporaba nuevos conceptos y tremendos avances de la tecnología. En 2001 crearon el ciclo “Jueves de cine”. Hoy la pantalla de CPEtv da continuidad a esta rica historia.
Artista plástico y gráfico, dibujante, historietista, publicista, guionista radial, pionero en la realización de dibujos animados para publicidad televisiva, un trabajador obsesivo del detalle que sus obras reflejan desde siempre y que le han merecido innumerables reconocimientos y premios. Eduardo Ferma cumple este 25 de mayo 80 años. Con la sencillez que siempre lo caracterizó, nos recibió en su casa, donde vive desde 1964 cuando se instaló en Santa Rosa, para charlar y meternos en una pizca de sus tantas historias.
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