El viernes 14 de noviembre quedó inaugurada la muestra fotográfica de José Ortiz Echagüe como celebración de los aniversarios del diario La Arena y de la CPE. Hasta el 19 de diciembre se exhiben en la Fundación Banco Pampa (Pellegrini 366), 37 imágenes captadas por uno de los fotógrafos más relevantes del siglo XX y hermano del reconocido pintor Antonio Ortiz Echagüe.
Publicada en diciembre de 2014
La muestra cuenta con la curaduría de Raúl Peralta y fue inaugurada con palabras de la vicegobernadora Norma Durango, del presidente del Consejo de la CPE, Oscar Nocetti, y del periodista de La Arena Leonardo Santesteban. Familiares del artista y herederos de la colección fotográfica, comentaron aspectos de su vida y obra.
Personaje multifacético, José Ortiz Echagüe nació en Guadalajara en 1886 y murió en Madrid en 1980. Miembro de una familia militar, pasó su infancia en Logroño junto a sus hermanos Mariano, Joaquín, Antonio, Fernando y sus hermanas Pispa y Encarnita. Su primer contacto con la fotografía ocurrió justamente allí, cuando en 1898, a los doce años, recibió una cámara fotográfica con la que comenzó a retratar a sus hermanas y familiares cercanos.
Su vocación artística se desarrolló de manera simultánea con su otra faceta, la de aviador militar e ingeniero emprendedor. En 1909 se graduó en la Academia de Ingenieros Militares y fue destinado al Servicio de Aerostación del Ejército, donde obtuvo en 1911 los títulos de piloto de globos y de aviación. Con 23 años, su primer destino fue el norte de África, donde se le encomendó dirigir el servicio de fotografía de la unidad de Aerostación. En tierra, sin embargo, su cámara se dirigió a los hombres y mujeres, paisajes y la vida cotidiana de una realidad amenazada, precisamente, por la presencia de las tropas españolas.
En 1912 llegó a Argentina donde trabó amistad con otro ingeniero y amante de los aviones, Jorge Newbery, pero casi un año después, con el recrudecimiento de la guerra de Marruecos, decidió regresar a Europa. En 1915 abandonó África y solicitó al ejército la concesión de una contrata para construir aviones en talleres ferroviarios de Aragón; así dio los primeros pasos de lo que luego sería la fábrica de aviones CASA que aún hoy produce para la industria aeronáutica europea. En 1950 le encomendaron la puesta en marcha de la industria automovilística española con la fundación de SEAT.
No obstante, nada de su intensa actividad empresarial le impidió su labor como fotógrafo. Su archivo fotográfico cuenta con más de 30 mil negativos de los que apenas había podido trasladar al papel un millar, la mayoría mediante la particularísima técnica del carbón fresson, todo lo cual dejó como legado a la Universidad de Navarra.
En 1935, la prestigiosa revista American Photography lo consideró uno de los tres mejores fotógrafos del mundo, un reconocimiento que se plasmó en varios premios internacionales. Sus fotografías de niños, jinetes armados, comerciantes o incluso escenas de la cruda guerra reveladas manualmente, con mucha paciencia y habilidad con la técnica del carbón fresson, fueron encuadradas dentro del pictorialismo fotográfico español, pues parecen más grabados que fotografías, van más allá del mero registro de la realidad, algo que sin embargo él rechazaba de plano.
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