A finales de 2019, la CPE creó una comisión de trabajo para el abordaje de conflictos laborales con perspectiva de género, diversidad sexual y Derechos Humanos, con el objetivo de generar acciones que permitan alcanzar la meta de declarar a la Cooperativa como un ámbito libre de todo tipo de violencia, acoso y discriminación.
Publicada en marzo de 2020
Está previsto que en marzo, este equipo presente al Consejo de Administración un protocolo para el abordaje de este tipo de situaciones en el ámbito institucional.
Como cualquier otra organización, la CPE no escapa a la realidad social en la que está inmersa. Las personas que la integran surgen, crecen y se forman en el mismo contexto socio-cultural en el que, pese a los avances alcanzados en muchos aspectos, sigue manifestándose un modelo patriarcal que se expresa en todos los órdenes de la vida. Lo que cambia, en todo caso, es la voluntad política de generar mecanismos que modifiquen esa realidad, al menos en el espacio institucional que está a su alcance.
El "Protocolo de prevención y actuación institucional frente a situaciones de violencia de género, acoso, discriminación y violencia laboral", es la materialización de la decisión política del Consejo de Administración de avanzar hacia el objetivo de erradicar ese tipo de tratos al interior de la entidad. Además de un instrumento con pautas concretas para el abordaje de situaciones específicas, es una señal clara de que no son toleradas conductas como las descriptas y, por ende, pretende consolidarse como un mecanismo preventivo de las mismas.
Principios
El protocolo establece el marco general de abordaje, contención y orientación ante las denuncias y consultas por eventuales situaciones de violencia de género, acoso sexual, discriminación fundada en la orientación sexual, identidad de género, origen o etnia de cualquier persona; así como también, en términos más amplios, situaciones de violencia laboral, ya sea por agresión física o acoso psicológico, en todos los casos que tengan por objeto o por resultado excluir, restringir, degradar, ofender o anular el reconocimiento y el ejercicio de los derechos.
En caso de que se presente una situación de este tipo, la Cooperativa deberá llevar a cabo con celeridad, medidas que tengan como principio esencial el resguardo de la posible víctima, a través de la confidencialidad de los datos de quien efectúe una consulta o presente una denuncia, así como la reserva del contenido de la misma; la contención y no revictimización de la persona afectada; la imparcialidad y la perspectiva de género para el abordaje de la situación.
Asimismo, se procura detectar de manera temprana posibles situaciones problemáticas para, de manera preventiva, evitar daños a las personas y preservar el ambiente de trabajo, la salud e integridad física, psíquica y emocional de las trabajadoras y trabajadores.
En este mismo sentido, se promoverán capacitaciones destinadas a la sensibilización y concientización sobre perspectiva de género, discriminación, acoso, tipos de violencia de género y diversidad sexual, entre otros tópicos, en el camino hacia la construcción de vínculos igualitarios.
Como es lógico, las pautas establecidas en el protocolo, de ninguna manera excluyen o reemplazan los mecanismos previstos por las leyes.