Neofascismo o populismo, extractivismo o la trinchera, individualismo o cooperativismo, ajuste, ajuste matizado, democracia de baja intensidad o las bases militantes en la toma de decisiones. En ese contexto de polarización de la vida, las radios comunitarias de las Provincias Unidas del Sur nos reunimos en Santa Rosa a discutir acerca de los modelos de país que se disputan y los modelos de comunicación que deseamos gestar, hacer nacer, fortalecer y proteger. Desde las barriadas conurbanas, desde el monte, la selva, la ribera, la frontera, los sopores del norte y los bordes helados de nuestra tierra, la búsqueda del buen vivir fue la neuralgia de tres jornadas que sintetizaron una acumulación incalculable de experiencias y estrategias políticas no aptas para el mundo mainstream.
Durante el 21, 22 y 23 de abril, la Asamblea Anual del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) se realizó por primera vez en la historia en la capital pampeana y coincidió con los festejos del aniversario 131 de la ciudad y los 10 años de Radio Kermés FM 106.1. El encuentro de comunicadores y comunicadores populares —con la presencia de 150 representantes de más 90 emisoras de gestión colectiva y cooperativa— también festejaba sus 20 años de vida institucional. Una vida de organización sostenida a lo largo de una democracia que reclama madurez, criterio propio, una agenda en la que las prioridades tengan cara de infancia, sensibilidad y disputa de sentidos.
Todo sucedió en el Colegio Secundario Ciudad de Santa Rosa, un ámbito en el que escribimos con letras mayúsculas que la comunicación popular es una tarea política de cuidado, y que la organización y la estructura se construyen haciendo circular saberes, amor, trabajo, ilusión de futuro y compromiso con el presente.
Sumar para crecer
Durante la asamblea se votó la incorporación de 9 radios: La Cigarra (San Francisco del Monte de Oro, San Luis); San Javier (Córdoba); Sapukay (Colón, Entre Ríos); Achala (Mina Clavero, Córdoba); FM Max (Cañuelas, Buenos Aires); El Tero (Villa Ocampo, Santa Fe); Cultura (ciudad de Santa Fe); Carlos Murias (San Carlos Minas, Córdoba); y Sierras Comechingones (Mina Clavero, Córdoba). Todas ellas, avaladas por dos organizaciones parte, expusieron sus caminos en los territorios. Como el de “Achala”, que quiere poner en agenda a las personas con discapacidad o el de “El Tero”, integrada por pescadores y trabajadores rurales que buscaban una ley de agricultura familiar y se encontraron con FARCO en esas andadas. Hoy montaron un transmisor donde hace un año no había electricidad.
También por unanimidad, la asamblea decidió integrar a las radios digitales gestionadas por organizaciones comunitarias que respondan a los principios y enfoques de FARCO. Comunicar con perspectiva de patria grande, de voces situadas, de feminismos plurales, de economías solidarias, de compromiso en la defensa de los bienes comunes. De este modo, una nueva huella comienza a forjarse: de las FM en manos del pueblo a las manos del pueblo sobre las nuevas tecnologías.
Contar la historia y hacer historia
La comunicación popular en Argentina, resistida y postergada por las usinas hegemónicas, fue recapitulada por quienes ejercieron durante estas dos décadas las presidencias del proyecto dinámico y diverso que es FARCO. Néstor Busso, Daniel Fossaroli, Mariela Pugliese, Pablo Antonini y Juan Delú asumieron la tarea de contar las batallas durante el menemismo colonial, el delarruismo neoliberal, las luces, las sombras y las opacidades de los kirchnerismos, la pandemia del macrismo, la enfermedad globalizada, el Frente de Todos en el que no estamos todos. El antes, el “¡ganamos, es el triunfo de las organizaciones libres del pueblo!”, y los después de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Las mesas grandes, las mesas chicas, los cuentos del tío y las picardías pueblerinas, siempre necesarias para convencer a los que tienen el poder de usar la lapicera.
La urgencia por recuperar los espacios de los que intenta apropiarse el negacionismo, la audacia para desafiar el equilibrio que mantiene allá arriba a los voceros del odio y la concentración de la riqueza, la obsesión determinada por instituir a la comunicación como un derecho humano básico ha sido y es el punto de partida y llegada, llegada y partida de las más de 130 radios que hoy somos FARCO. En esa lógica, pero también en el apuro por alimentar, techar, hacer correr el agua en cada uno de nuestros proyectos políticos comunicacionales, nos animamos a pensar en todo lo que nos falta: ¿A quiénes no estamos llegando? ¿Dónde somos necesaries? ¿Qué tenemos para ofrecer? ¿Qué queremos contar? ¿Con qué herramientas, con qué plata? ¿Cuánta autonomía tenemos? ¿Qué soberanías disputamos? ¿Con quiénes estamos dispuestes a construir redes? ¿Cómo hacemos de masa músculo?
La salud mental comunitaria fue una propuesta concreta. Las radios del Foro nos comprometimos a desarrollar ejes programáticos para abordarla en nuestras agendas y sistematizar los trabajos y experiencias que existen en nuestro espacio y multiplicarlos. Para eso se presentó el proyecto “SostenerNos”, que entiende a las radios populares como el lugar donde se consolidan las voces, el goce y las demandas que tienen les usuaries de los servicios de salud mental. Una herramienta concreta que saca del armario a una de las poblaciones más violentadas, excluidas y estigmatizadas del sistema productivo. Un próximo encuentro en el mes de agosto terminará de definir los métodos comunes para producir en red los contenidos y formatos.
La formación de comunicadores para la difusión de proyectos sociocomunitarios ocupados de la producción agroecológica y la convocatoria a las infancias y adolescencias a ocupar los micrófonos en un país donde el campo que alimenta solo accede al 16% de la tierra y donde casi el 60% de la población hambreada tiene menos de 18 años, es una obligación ética para FARCO. La articulación de convenios de trabajo con INAES, INTA, la SENAF, entre otros múltiples organismos del Estado al que seguimos reclamando la universalización de los derechos, permite el financiamiento y la sostenibilidad de nuestros proyectos, y demuestra que el hacer en continuo es parte de la estrategia.
Los entretejidos históricos con ALER (Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica), el laburo con ARECIA, la Red de Medios Digitales, la FATPREN y la Confederación de Medios Cooperativos y Comunitarios, permiten proyectarnos en FARCO para defendernos del caos sistemático al que pretenden condenarnos los mercados. Desde las bases organizadas y en red resistimos, nos cuidamos y avanzamos. Como dijo en la apertura de la Asamblea el profesor Oscar Nocetti, defensor de la comunicación comunitaria desde la trinchera que es la Cooperativa Popular de Electricidad: nuestro “berritum” es la organización y eso amedrenta al enemigo.
Corazón y pases cortos
A Radio Kermés Comunitaria, la de la década ganada, le tocó la tarea de hacer que todo eso funcione, que los debates de más de 10 horas por jornada ocurrieran en las condiciones más confortables posibles, que los baños no se tapen, que el agua para el mate estuviera siempre a la temperatura justa y que no faltara la fiesta y el juego, que también son derechos nuestros. Las tareas políticas del cuidado colectivo significaron para nosotres un nuevo saber.
Semejante desafío nos permitió reconocernos más allá del oficio como trabajadores y trabajadores de la comunicación. La pelota siempre fue al compañere y el golazo lo gritamos todes.
* Cintia Alcaraz, presidenta de la Asociación Civil El Ágora-Radio Kermés Comunitaria