Un informe reciente dio cuenta del impacto sobre el acuífero Santa Rosa-Toay que provoca el crecimiento habitacional en la zona de quintas que une las dos localidades, cuyas napas se deprimieron entre 10 y 15 metros. La gran cantidad de perforaciones y el riego indiscriminado de los patios, agravan día a día la situación, hasta el punto de amenazar con el agotamiento del recurso hídrico fundamental.
Publicada en febrero de 2014
El ingeniero agrónomo Esteban Kasic es docente de la Escuela Agrotécnica de Santa Rosa y desde hace años se especializa en el diseño de sistemas de riego. Según él, la reglamentación para el uso de las perforaciones en la zona de Lowo Ché, puesta en vigencia por la Secretaría de Recursos Hídricos de La Pampa, es apenas un buen comienzo "para que la gente abra los ojos y se de cuenta de que el agua, por más que sea gratis, no es un recurso inagotable y ya tenemos problemas en la actualidad".
"El más desmedido es el uso para riego residencial de parques y jardines -señala Kasic-. Se usa mal por desconocimiento; hay desconocimiento acerca de la cantidad de agua que necesitan las plantas, cada cuánto regarlas, y de cómo afecta el uso de agua su calidad, porque no sólo afecta a la cantidad ya que no se repone lo que se usa, sino porque la sobreexplotación saliniza el agua y eso perjudica al mismo que la está usando".
Aunque todas las miradas se enfocan en este momento en la zona de quintas entre Santa Rosa y Toay, en realidad el problema es generalizado y de hecho, según explica el profesional, en esa área se está empezando a notar algo que en la capital pampeana ya se vive hace varios años, con perforaciones que se han secado o cuya calidad de agua se empobreció notablemente.
Un riego eficiente
No es posible brindar una receta en cuanto a tiempos y métodos de riego óptimos. En realidad, lo que conviene hacer es analizar distintos factores que van desde lo estrictamente climático, pasando por el tipo de suelo, la calidad del agua y el tipo de plantas que deben regarse. "No es lo mismo regar un césped, que regar arbustos o árboles, y aún cada especie tiene necesidades diferentes. Hay árboles que una vez que se asentaron prácticamente no necesitan riego, y hay plantas que por más que las riegues, si no tienen la humedad ambiente suficiente, se van a secar igual".
Para el ingeniero, si se quiere regar de manera racional, indudablemente debe pensarse en un sistema de riego. En este sentido, detalla: "el mejor riego de todos, lamentablemente es el más caro: el riego por goteo subterráneo, que tiene un 95% de eficiencia, esto quiere decir que de cada 100 litros de riego, sólo se pierden 5. Después está el riego por goteo superficial que tiene un 90% de eficiencia y es un poco más barato, y luego están los riegos por aspersión o toberas o difusores que andan en un 70 a 75% de eficiencia, pero que pierden mucho cuando el viento supera los 5 km/h, porque se vuela el agua".
De lo que no tiene duda es que la más ineficiente de las opciones es la del riego con manguera, porque no es uniforme y es muy difícil dosificarlo correctamente y darle continuidad. "Si vos regás con manguera, yo te puedo asegurar que es mucho mayor el gasto en agua y electricidad para mantener una quinta que regándola por aspersión", asegura.
Pero por más barato que resulte, un sistema de riego supone un costo que tal vez no todos pueden afrontar. En este sentido, el profesional señala que una manera de abaratar ese gasto es haciéndolo uno mismo, ya que ni las herramientas ni los insumos son especiales e incluso hay muchos recursos disponibles en publicaciones e internet que explican cómo hacerlo. No obstante recomienda que se consulte con un profesional para que le haga el diseño, que es la clave para que funcione correctamente: "el secreto está en un buen diseño, porque no es lo mismo regar un césped, regar plantas que están a la sombra o que están al sol".
Tiempo de riego y tipo de plantas
No existe un tiempo definido para un riego óptimo, sino que depende de la especie plantada y del tipo de suelo. "En general en las quintas nadie prepara el suelo y en esta zona, básicamente medanosa, es un suelo muy pobre, con muy poca materia orgánica (a veces menos del 2%) y convendría agregarle abono orgánico porque si no, es muy difícil que crezcan las plantas".
Queda un largo camino por recorrer aún en materia de concientización del uso responsable de un recurso que parecía inagotable, pero que ahora empieza a notarse su escasez. Según el ingeniero, se trata de cambiar hábitos de la población, pero también de una mayor presencia del Estado, no sólo en la reglamentación y el control de la extracción y uso del agua, sino también en la ejecución de obras que alivien la sobreexplotación del acuífero.
El cambio en la población debe ser cultural y profundo. Acostumbrarse, por ejemplo, a que los parques necesariamente pasen un tiempo amarillentos o que en los médanos no tiene sentido regar durante horas porque hay especies que no van crecer en ese suelo. Y también optar por plantas autóctonas, que requieren un riego mínimo. "En general -apunta Kasic- las personas que se dedican al paisajismo y diseño de parques y jardines no son profesionales con conocimientos de botánica o de suelos, y muchas veces piensan más en los colores, en los juegos de luces y sombras, pero no tienen en cuenta la relación entre las plantas, el suelo y el agua, de manera que ponen especies de otros lugares, cuando lo que convendría es optar por plantas autóctonas", algo que, afortunadamente, poco a poco, la gente va empezando a hacer.
Soluciones de Estado
Para el ingeniero agrónomo Esteban Kasic, "el agua del acuífero debería ser tratada por el Estado como agua corriente. No sólo los consumidores no cuidamos el recurso hídrico, sino que tampoco lo hacen los gobiernos cuando no desarrollan obras o cuando las redes quedan perdiendo durante días sin que sean reparadas”.
Una de las opciones que podrían evaluarse, es la de perforaciones conectadas a redes troncales para proveer con un sólo pozo a varios usuarios, en cuya casa o quinta tuviera un medidor de agua para registrar y controlar el consumo particular. De esta manera, el abastecimiento de agua dejaría de ser un problema a resolver de manera individual para tratarse como un servicio público más.
"Hay que tomar consciencia. Si pagamos por la luz, por el gas y por el petróleo, ¿por qué nos cuesta tanto pensar en pagar por el agua que consumimos, que es un bien escaso?”
La reglamentación
El 17 de enero la Secretaría de Recursos Hídricos de La Pampa dio a conocer la Resolución 2/2014 por la que se reglamenta el aprovechamiento del acuífero Santa Rosa-Toay. Estos son sus puntos principales:
El caudal de extracción no podrá superar los 1.200 litros/hora (l/h) para las perforaciones que se encuentren en inmuebles de hasta 1.200 metros cuadrados, y de 1.800 l/h para superficies mayores.
Las perforaciones tendrán una profundidad de entre 45 a 60 metros y la potencia de las bombas sumergibles se calculará en base a la profundidad, caudal y altura.
En verano, estará permitido el riego entre las 6 y las 9 y entre las 19 y las 21 horas. Además, no podrán superarse los 90 minutos diarios de riego.
La distancia mínima entre las perforaciones y los pozos ciegos dentro de un mismo inmueble o con los linderos será de 20 metros.
La distancia mínima desde las perforaciones hasta el perímetro de cada lote será de 2 metros. A su vez, el centro de los pozos ciegos se ubicarán a una distancia mínima de 2,50 metros del perímetro.
Deberá instalarse una cámara séptica previo a la descarga de excretas en los pozos ciegos con la finalidad de evitar la contaminación del acuífero.
Las piletas de natación deberán contar con sistemas de tratamiento que permitan recircular y filtrar el volumen de agua de las mismas.