A un año de su fallecimiento, y en el marco de las “Séptimas Jornadas de Geografía, Docencia, Investigación y Extensión”, organizadas por la UNLPam los días 12 y 13 de noviembre, recordamos al querido compañero y amigo Alejandro Socolovsky, profesor titular regular de la Universidad Nacional de La Pampa, ex decano de la Facultad de Ciencias Humanas, defensor de los Derechos Humanos, socio fundador del Centro Pampeano de Estudios Sociales y Políticos, dueño de la histórica “Libros Pampa”.
¿Cómo describirlo? Fue todo eso y mucho más para nosotros. Una gran persona, un maestro, con una mirada humanística y comprometida que marcó un camino en la carrera de Geografía y dejó una huella en nuestra vida.
Nacido en Buenos Aires, creció en la pequeña colonia judía entrerriana, llamada Ubajay. Con padres chacareros, aprendió a sembrar y cosechar, valorando siempre el saber popular campesino. En la ciudad de La Plata inició su vida universitaria, realizó su primer año en la carrera de Arquitectura y luego comenzó el Profesorado en Geografía, donde encontró su pasión. Como todo joven inquieto y explorador quiso conocer su país desde adentro, y en vacaciones se tomaba el ferrocarril Urquiza, el Central Argentino, el General Belgrano o el Roca o viajaba en moto, y así empezó a explorar, valorar y aprender sobre la Argentina profunda. Esos viajes, nos recordaba, lo marcaron para siempre y luego como docente de Geografía replicó su experiencia en la UNLPam levantando la bandera de hacer Geografía “en el camino”.
En esos años, luchando por la democracia, conoció a María Elena quien fue su compañera de vida durante 55 años. Ya casado y habiendo ejercido la docencia en la Universidad Nacional de La Plata, decidieron venirse a La Pampa donde comenzó a dictar las cátedras de Cartografía y Geografía Humana.
Durante la dictadura militar –en junio de 1976- y ante la intervención de la Universidad de la Pampa, quedó cesante en sus cargos, y por ello empezar a vender, de manera informal, libros a profesores. Con María Elena alquilaron un pequeño local bajo el nombre “Libros Pampa” sobre la Av. San Martín; luego se mudaron a la esquina de San Martín Oeste y Pellegrini, donde estuvieron décadas, hasta su traslado definitivo y ampliación, frente al Banco Nación. Alejandro, lejos de querer enriquecerse económicamente, entregaba los libros a los estudiantes sin importarle el pago, sin siquiera conocerlos.
Luego de siete duros años, y ya en democracia, se reincorporó a la Universidad y fue elegido como el primer Decano de la Facultad de Ciencias Humanas gracias al apoyo estudiantil. Después del fallecimiento del Prof. Fernando Araoz, decidió hacerse cargo del viaje de la carrera de Geografía y organizó su primer recorrido por la Patagonia Norte en 1988. Allí inició un camino en las prácticas de Geografía que rueda hasta el presente: hacer geografía en el campo, recorriendo la República Argentina. Partió de la idea de que todo alumno de Geografía debía conocer su país, de norte a sur, de este a oeste. Eso lo llevó a organizar el Viaje Anual de Geografía de Argentina de catorce días por las regiones del Noroeste, Nordeste, Patagonia Austral y Cordón fluvial-urbano, que continúan hasta el presente.
Cientos de estudiantes, hoy docentes, pudimos aprender desde adentro la Argentina, conocer sus injusticias y problemáticas, sus bellezas y logros sociales. Su idea era llegar a los puntos extremos, a sus fronteras, es por eso que permitió que muchos conociéramos lugares inaccesibles y distantes como la isla de Tierra del Fuego, el estrecho de Magallanes, Ushuaia, Río Grande, el glaciar Perito Moreno, las Cataratas del Iguazú, La frontera de La Quiaca-Villazón, Abrapampa, la quebrada de Humahuaca, la Quebrada del Toro, los talleres ferroviarios de Tafí Viejo, Tafí del Valle, Bernardo de Irigoyen, Puerto Iguazú, las costas de los ríos Uruguay y Paraná y muchísimos lugares más. Fuimos a cooperativas, a industrias recuperadas, a explotaciones campesinas, y también a grandes empresas como Techint, Ledesma, Aceros Zapla, refinerías de YPF, Massalin Particulares, el Astillero Río Santiago o las represas de Yacyretá, Salto Grande o Itapú.
Alejandro nos enseñó otra forma de hacer Geografía, una geografía vivenciada, que articula teoría y práctica, en el camino. Eso marcó a muchos y constituye uno de sus legados: el derecho a conocer el país desde adentro, a través de viajes de estudio regionales.
Además de comprometido y luchador por los derechos humanos, militante de la justicia social, Alejandro fue una persona generosa, dispuesta a escuchar y a seguir aprendiendo. Siempre tuvo una coherencia incorruptible en sus ideas y en sus prácticas.
Hoy sigue presente en los viajes de Geografía, en las aulas, en el instituto, en las reuniones. No fue un profesor más, fue un maestro, una persona digna, un hombre imprescindible. Siempre estaremos agradecidos por todo lo que nos dio. Su legado continúa.
*María Eugenia Comerci, Oscar Folmer y María del Carmen Labey son geógrafos y fueron compañeros de trabajo de Socolovsky.
Alejandro fallecíó el 27 de octubre de 2019.