Remontarnos a los primeros impulsos de lo que es hoy la televisión cooperativa, obliga a revisitar la segunda mitad de la década de 1960. Precisamente a fines de septiembre de 1966, un grupo de vecinos puso en discusión pública un sueño que parecía una fantasía: que la CPE pudiera tener un canal de televisión por aire. Recién en julio de 2005, tras muchos años de lucha a brazo partido, CPEtv fue una realidad que en estos días está cumpliendo y celebrando su primer decenio de protagonismo mediático y cultural en nuestra región.
La Ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual ya estaba vigente desde octubre de 2009 y en ese contexto la CPE fue la primera cooperativa argentina habilitada por el Estado Nacional para brindar el servicio de televisión digital por cable. Pero la nueva etapa que se abría, cerraba una de lucha y tenacidad donde la CPE, junto a numerosas entidades de distinta naturaleza, había militado por una comunicación más plural, democrática y solidaria.
Para la CPE esto nunca fue distinto. Desde aquellos días, entre 1930 y 1935, en que la confrontación de las y los vecinos de Santa Rosa fue con la empresa Sudam para poder autoprestarse el servicio de energía eléctrica. Similares fueron las peleas por el gas natural o envasado, y antes por la implementación del servicio funerario; y muy similar la que había transcurrido hasta el nacimiento de la telefonía CPEtel, el 27 de julio de 2002, para competir con Telefónica de Argentina, en medio de las consecuencias de la crisis económica y social impuesta por el modelo menemista de los 90.
En el emotivo acto inaugural de la Usina, con presencia de partidos, organizaciones políticas, gremios y militancia social, la propia presidenta de entonces, Cristina Fernández, calificó de “hecho histórico” el momento. Dijo puntualmente: “es un día verdaderamente histórico, porque las cooperativas que prestaban servicios tenían vedado el acceso al cable, en todas las leyes, pero con la Ley de Medios las cooperativas pueden dar señal y estamos inaugurando la primera cooperativa que obtiene la licencia por parte del Estado”. Y agregó: “Estamos muy pero muy contentos por el trabajo de ustedes, que fue el esfuerzo de todos los cooperativistas. Han sido punta de lanza para mostrar en todo el país que la Ley de Medios sirve para todo esto. Sé que gracias a ustedes el abono bajó de 140 a 85 (pesos), y para eso sirve esta ley, para generar más competencia y la diversidad de voces”.
Una pelea que no termina
Con la recuperación de la democracia, Argentina atravesó diversas etapas respecto de la comunicación. La dictadura había impuesto un modelo autoritario que dejaba afuera a los sectores populares con la norma de facto 22285, de septiembre de 1980. Diversos intentos de derogación de ese Decreto-Ley habían fracasado y algunos retoques puntuales solamente favorecieron a los grandes grupos que se quedaron con —por ejemplo— las ex televisoras estatales.
Para fines del siglo veinte la puja era tan profunda como clara: democratizar las posibilidades de una comunicación en contra de cualquier tipo de monopolio; la participación activa en un mercado económico que no dejara a la sociedad presa de imposiciones monopólicas empresariales, nacionales o multinacionales; crear alternativas para que los discursos y hábitos populares no fuesen los que algún grupo hegemónico pudiera imponer a través de los medios.
En este sentido, nadie quedaba —ni queda— afuera de tan significativas decisiones: ni el Estado Nacional, los partidos y dirigentes políticos, las universidades, los sindicatos y gremios, las organizaciones intermedias, las cooperativas y mutuales, los pueblos originarios, las y los periodistas, las empresas, ni siquiera el mismísimo Poder Judicial. Ese era el contexto en el que se movían los sueños de la Cooperativa Popular de Electricidad.
Fue Oscar Nocetti, en aquel acto inaugural, quien hizo expresa referencia a los hechos locales previos, acaecidos particularmente entre marzo, abril y mayo de 2003, que terminaron de forjar una conciencia colectiva sobre las posibilidades de que la CPE pudiera ofrecer televisión local. Esos momentos locales conjugaron con impulsos, ideas y convicciones similares que ocurrían simultáneamente en otros lugares de Argentina.
A diez años
En forma inmediata CPEtv resultó una alternativa invalorable para miles de familias, por cuestiones económicas e informativas, pero también de fuerte impacto cultural, porque siempre se trabajó en comunicación defendiendo el concepto de la libertad de expresión vinculada con el respeto a los derechos humanos. Para esto, en el caso de Santa Rosa, la CPE debió competir desde el primer momento con el mismísimo monopolio Clarín/Cablevisión y con Direct TV.
En estos diez años la experiencia de la televisión cooperativa se ha fortalecido. Técnicamente CPEtv garantiza una señal gran calidad; económicamente sigue siendo muy accesible para todas las familias (con una brecha increíble si se la compara con el resto del país); y de aquellas 75 señales televisivas iniciales, CPEtv suma hoy más de un centenar (con canales de cine, deportes, noticias, música, documentales e infantiles), la mayoría HD.
Visto en particular desde la señal propia del canal 2, CPEtv propone una amplísima grilla de más de 20 programas que cubren temáticas muy diversas. Su consolidado plantel de periodistas, técnicos y personal administrativo, resume una definición política sustancial de la CPE porque es una alternativa laboral para muchísimas personas; sus noticieros diarios cubren pluralidad de voces y temas, con perspectiva cooperativista y de género; sus producciones propias llevan la voz de la CPE y el cooperativismo a sectores que de otra forma no las tendrían; pero además las inversiones anuales en tecnología, equipamiento y superficies cubiertas de sus lugares de trabajo, se mantienen de acuerdo con necesidades y proyectos de crecimiento; y se mantiene la estrategia de producción de contenidos que son propios de CPEtv, en coproducción con otros o de productoras independientes.
El universo de las tecnologías tiende a modificar a gran velocidad el escenario de las comunicaciones, la información y el periodismo. La pelea siempre es despareja: subyace la antiquísima imagen de David y Goliat, pero eso no significará retroceder y menos darse por vencidos. Mientras las ideas cooperativistas y solidarias subsistan, habrá CPEtv para rato.