En La Adela, un emprendimiento familiar apícola apuesta a dar un paso más allá de lo habitual en esta actividad que cuenta con varios protagonistas y precursores en toda La Pampa, y que supo tener su era dorada hace unos 20 años. Además de la miel, trabajan el polen, esos granitos casi microscópicos que las plantas generan para su reproducción y las abejas utilizan para su alimentación.
Sus responsables son Marcela Vázquez y Marcelo Diñeiro. Aunque llevaban años en la apicultura, fue en agosto de 2020, en plena pandemia, que la pareja empezó con el emprendimiento. Y aunque es poco el tiempo que llevan trabajando, creen que los resultados son muy buenos. “Las personas ponderan el valor de lo natural, que nosotros queríamos defender, y el ida y vuelta ha sido muy interesante”, señala Marcela.
Comentan que en el sur de la provincia se dan algunas ventajas especiales para procesar polen de manera artesanal. Se conjugan condiciones de humedad, temperatura, floración, entre otros factores. Las trampas se colocan en el mes de diciembre, ya que en esa época existe mucha floración y la abeja trae mucho polen, y se las retira en abril.
Pero, ¿qué son las trampas? “A la colmena se le pone una trampa justo delante del ingreso, y cuando llega la abeja una red la detiene. Esta malla tiene el mismo tamaño que ellas, entonces para ingresar, las abejas dejan parte del polen y luego entran a la colmena”, explicó Marcela. El proceso continúa con la recolección diaria del polen obtenido. “Se brinda unas 48 o 72 horas de frío aproximadamente y después se pasa una máquina secadora para retirarle la humedad”. La máquina trabaja a una temperatura de 40 grados y luego se procede a realizar una minuciosa limpieza del polen, totalmente a mano. “Con una pincita de depilar”, se le sacan las impurezas que se encuentren para finalmente fraccionar y se envasar.
El polen y su fama de suplemento nutritivo
El polen es recogido de las flores por las abejas, que lo transportan en sus patas de vuelta a la colmena para alimentar a la colonia. Como está formado por gránulos que contienen los gametos o células reproductivas masculinas de las plantas, al ser desecado se transforma en un concentrado que puede contener proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes. Por esto es muy requerido por las personas que buscan mejorar sus hábitos alimentarios. Y como todo alimento, su consumo debe ser mesurado y controlado.
La miel es obtenida de colmenas que se encuentran en el monte pampeano, teniendo como principal ventaja el estar libre de agroquímicos. Su color y el gusto depende de las flores en que se posen las abejas y de la etapa del año en que se realice la cosecha. Las mieles oscuras y con gusto fuerte, son de piquillín, molle o jarilla. La más clara es la miel del caldén y el alpataco. Luego de la cosecha, las alzas son extractadas en una sala habilitada, y llegan a la planta en tambores para su posterior fraccionado.
Ofrecen dos tipos de miel: una cremada, que lleva consigo un proceso de batido y otra fluida, que requiere de un filtrado, pero solamente se realiza por única vez con el objetivo de retener la mayor cantidad posible de propiedades. “Nuestra intención es brindar un producto lo más natural y artesanal posible” contó Marcela.
Apicultor por un día
Pampa Huilli, como otros nuevos emprendimientos pampeanos de la zona, forma parte de la oferta turística de La Adela, con una visita a la planta y a las colmenas que llaman “Apicultor por un día”. “Recibimos a las personas y les ponemos el traje de apicultor. Después las llevamos al colmenar principal, donde abrimos la colmena, la mostramos y explicamos todo”, sostuvo la emprendedora local.
Cuando una persona se acerca a Pampa Huilli —que significa Pampa al Sur—, tiene la oportunidad de ver la sala, se les muestra cómo se procesan los productos, y se recorre la sala de procesamiento de miel y de polen. “Se puede ver absolutamente todo, se visibiliza el proceso y eso también genera confianza”. Son concientes de que el nicho de este tipo de ventas es importante, pero van paso a paso. “Estamos en una edad en la que vamos creciendo despacio y manejando la empresa hasta donde uno quiere también”, explicó.
En la actualidad, la firma comercializa la miel a nivel local mientras que el producto estrella, el polen, tiene alcance nacional. “Muchas veces no nos alcanza la producción, ya que la vendemos toda —dice Marcela— a provincias como Entre Ríos, San Luis, Mendoza, Tucumán, parte la provincia de Buenos Aires e incluso Tierra del Fuego”. Para hacer conocer más su emprendimiento en el sur de La Pampa, Pampa Hulli tiene presencia en redes sociales como Facebook o Instagram.
* por Silvina Llames, Licenciada en Comunicación Social.