“¿Ataco con el alfil?... No, no me conviene. Mejor defiendo la reina”. Las preguntas se amontonan en la cabeza del jugador, concentrado, los ojos bien abiertos, atento a las jugadas del rival. Las respuestas y decisiones irán apareciendo de la mano del estudio y la experiencia que cada uno ha hecho.
Publicada en mayo de 2017
Sin embargo, mucho antes de llegar a esa instancia, los chicos que asisten al taller que Gustavo Homman dicta en la CPE desde hace varios años, se han divertido mucho. Aprender las reglas, mover las piezas, pensar jugadas y terminar dándose la mano, es parte de la movida que cada martes y viernes los convoca a uno de los salones de la biblioteca Domingo Gentili. Gustavo tuvo su oportunidad de aprender ajedrez en la Biblioteca Florentino Ameghino de General Acha. Por eso, entre otras razones, el salón de la “Gentili” le resulta un espacio justo para esta actividad.
Gustavo tiene voluntad y actitud docentes que combinan con su tarea cotidiana como operador y acompañante terapéutico. Además de profesor idóneo de ajedrez, es árbitro, todo certificado por el Ministerio de Educación de la Nación y la Federación Argentina de Ajedrez.
Aprender ajedrez -dice- es un impulso que cualquier puede seguir en cualquier edad, pero si aparece cuando sos un niño, mejor. Para Gustavo este juego-ciencia, con mucho de estrategia y poco de azar, fomenta aspectos intelectuales y recreativos pero al mismo tiempo ayuda a la socialización, incorporando pautas y respeto a las normas: “análisis y síntesis, empatía, memoria, resolución de problemas y toma de decisiones, creatividad e imaginación, aceptación de reglas”. Estas características naturales se complementan con otro objetivo del taller que es brindar un espacio cálido y lúdico, alejado del lado competitivo que tienen otros espacios dedicados o ligados a este deporte.
El grupo de alumnos y alumnas fluctúa entre 10 y 15, lo que permite clases muy personalizadas. Varios de los chicos, producto del esfuerzo y el entusiasmo, han avanzado a niveles federativos. La Cooperativa, en el marco de sus políticas culturales, promueve la participación de chicos y adolescentes en numerosas actividades artísticas. Atenta a los requerimientos y necesidades del taller, desde el inicio del mismo, se hizo cargo del pago de los honorarios del profesor lo que permite, a su vez, que sea totalmente gratis para los alumnos. “No significa grandes gastos ni para los chicos ni para el profesor”, destacó Gustavo.