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ENCUENTROS ENTRE MÚSICA Y LITERATURA

Bustriazo Ortiz y “Palo” Pandolfo. Poesía y música; y un neologismo –“huesolita”– que, nacido de la belleza literaria, vuela hacia otros cielos creativos que también lo resignifican, toman vida propia. Sergio De Matteo, escritor e investigador pampeano, reúne las partes tras hallar en el tema  musical “Párpados”, del disco póstumo del recientemente fallecido Roberto Pandolfo, la hermosa palabra/invención, una de las muchas que identifican al gran escritor pampeano.

A las y los escritores que no residen en los grandes centros culturales de poder –Buenos Aires, Rosario o Córdoba–, les suele costar mucho instalar sus producciones literarias en el contexto nacional y conseguir su legitimación. Con dicho “pasaporte” podrían ser publicados en las grandes editoriales, estimulados en su trabajo con becas o subsidios estatales o privados, o el reconocimiento de la crítica y su incorporación en el canon y en las bibliografías de las cátedras, suplementos literarios y premios nacionales, incluso –¿por qué no?– al circuito comercial. Aun así, hay libros y autores que ocasionalmente no dependen de todo lo anterior para que su obra trascienda.

Juan Carlos Bustriazo Ortiz es un muy buen ejemplo. En un principio fue reconocido a través de las canciones de músicos pampeanos de la vieja guardia como Guillermo Mareque, Guri Jaquez o Cacho Arenas; y luego Nicolás Blum, Josefina García o Alejandro Rodríguez, de la nueva generación. También porque fue leído o descubierto en fotocopias de fotocopias, ya que sus libros publicados eran de escasa tirada y se agotaban de inmediato, entre ellos varias publicaciones destacables, como el primer tomo del Canto Quetral (Editorial Amerindia) –con anotaciones de la profesora y escritora Dora Battiston–, o los dos tomos impresos por la Secretaría de Cultura de La Pampa; o la ya famosa antología Herejía Bermeja, realizada por Cristian Aliaga, Andrés Cursaro y Sergio De Matteo, además del propio Bustriazo, que fuera publicada primero en coedición por Ediciones en Danza/Espacio Hudson y después por Espacio Hudson, que tuvo una tirada de diez mil ejemplares para la “Colección Juan Gelman” del Ministerio de Cultura de la Nación, los cuales se distribuyeron en todas las bibliotecas del país.

Fue precisamente el periodista y poeta Andrés Cursaro quien le hizo llegar un volumen a Pandolfo, sobre el que éste escribió: “Mi amigo Andrés Cursaro, de Comodoro Rivadavia, me mandó esta joya de la poesía Pampeana, Patagónica y Argentina”. Palo encuentra una poética desconocida que lo sorprende y atrapa con su novedad e inventiva, con su lirismo encantatorio, y que se asemeja a su propuesta musical, siempre a la vanguardia. Palo va masticando la obra de Bustriazo, lo va incorporando a su visión del mundo, del arte. De hecho, cada vez que le hacían un reportaje y derivaba hacia la poesía, citaba y recomendaba la lectura de Bustriazo. Quizás la entrevista más emblemática haya sido la que protagonizó con el psicoanalista Tom Lupo, otro fanático de la poesía del “Flamenco Bustriz”.

“Tan huesolita que te ibas”
tan envidiada de qué sombras la tierra ardía huesolita
la siesta ardía melodiosa tan como ibas tu sonrisa era
una piedra arrobadora y era otra piedra mi costilla
dulcequeamarga solasola cuajada de alta pedrería eran
tus voces tan palomas eran tus manos piedras finas
guitarra tan azuladiosa eras la piedra que acaricia pie-
dra te ibas quién te roba última brisa de la brisa o
flauta mía o leja y rota tan huesolita que te ibas tan
de la gracia mucha y poca si cuando vuelvas ves mis
días oh piedra llena llaga
hermosa!

2021 11 15 Nota Huesolita 2

Juan Carlos Bustriazo Ortiz.

Música para bustriazo

Se cuentan más de 150 poesías de Bustriazo Ortiz musicalizadas por artistas de diversos géneros. Interpretaciones en algunos casos magníficas que respetan el texto original, pero, a su vez, responden a un trabajo exploratorio del compositor para encontrar la melodía justa y necesaria que acompañe al poema. Porque, como señaló Jorge Luis Borges en su conferencia sobre la Divina Comedia, “El verso siempre recuerda que fue un arte oral antes de ser un arte escrito, recuerda que fue canto”. Así, el dispositivo Bustriazo se fortalece y ensancha con las musicalizaciones desde el folclore tradicional, el rock y la electrónica.

A casi un centenar de artículos y tesis universitarias, se suman poemas dedicados a la figura y obra del autor del Canto Quetral, donde, junto al homenaje y admiración, se entrevé la imitación de su estilo. En cada texto, se podría escudriñar la reproducción de la “maquinaria bustriazana”, la cual se identifica/encuadra tanto en su metodología como en la misma escritura (mimesis). Escribir/cantar/dibujar/bailar/etc. siempre implica hacerlo con alguien: con las obras del pasado, con autores y autoras pretéritas, con las y los lectores del presente y del futuro con quienes la obra se rehace.

En este camino de exégesis vale detenerse un instante en la observación que realiza la poeta Marina Cavaletti en el artículo Bustriazo Ortiz: el poeta de la pampa seca, cuando resalta: “la fusión de palabras en ‘huesolita’ (hueso, sol, solita) abren desde el comienzo un idiolecto propio del autor. Sus obsesiones, que necesitan una renovación, se escapan del corsé del lenguaje más tradicional y limitante, piden un idioma personal”. Comparable a Vallejo, Bopp, Girondo, Guillén o Gelman, la poética de Bustriazo Ortiz avanza por un camino que comporta un creciente y profundo trabajo de recreación idiomática, donde lo semántico, lo sonoro, lo simbólico, se relacionan y fusionan para refundar un sistema de singular significación.

La huella del Penca

Bustriazo cimenta desde la pampa honda otro lenguaje, nos propone tanto la revelación como la irrupción de una nueva lengua inventada, como conceptualiza el filósofo francés Gilles Deleuze cuando afirma que todo escritor/a inventa una lengua dentro de su lengua, una lengua extranjera, “un idioma personal”. Esa impronta se encuentra y refuncionaliza en el hallazgo (y reconocimiento poético) de Pandolfo, quien incrusta en la canción “Párpados”, de su disco póstumo Siervo (2021), el tan inolvidable neologismo “huesolita” de Las elegías de la piedra que canta –publicado por el grupo Alpataco en 1969–, que hace implosión en la letra de la canción.

El recurso instrumentado por Palo es una “apropiación creativa”, una especie de “rehabilitación o circulación cultural” en el sentido de lo expresado por el músico y gestor cultural Cristian Accatolli, pues en la canción oímos una nueva trama significante: “tan huesolita mi fantasía”. Es un ejercicio experimental (e influencia) advertido también por el músico y admirador del “Penca”, Nicolás Blum, de Rojo Estambul, que junto a Josefina García editaron la placa Dulcegrafías hondas (2011) con poemas de Bustriazo.

Pandolfo se apropia de un significante fuerte inventado por Bustriazo, que se resignifica en un nuevo sistema y trasciende la red de relaciones o vinculaciones lugareñas, es decir, esa revelación lingüística se exporta y se convierte huella del signo en la trama cultural. Por eso, acorde a la propuesta de Oswald de Andrade en el “Manifesto antropófago”, donde opera la deglución del Otro (o de lo Otro), que queda patentado en la consigna “Tupy, or not tupy that is the question […] Sólo me interesa lo que no es mío. Ley del hombre. Ley del antropófago”, aquí dos constelaciones se mezclan y reproducen: Bustriazo/Huesolita/Pandolfo. La “huesolita” escrita de Bustriazo Ortiz a través de la “huesolita” cantada de “Palo” Pandolfo, amplifica y expande al infinito esa galaxia local.


 

Párpados*
Voy al polvo.
Sueño con los párpados abiertos.
Manos dolidas, almas sin consuelo.
Vengo de andar caminos polvorientos
para cantar cruzando el desierto,
para cantar cruzando el desierto.
La gata rosa entre mis piernas.
Cae la nena. Cae a la tierra.
Cae la nena. Cae a la tierra.
Sale a reptar por la tierra y sal.
Lo que tocan sus manos
lo prueban sus labios.
Sale a reptar por América.
Lo que tocan sus manos
lo prueban sus labios.
Soy amor.
Soy real. Es de verdad.
La gata saluda rozando mis piernas.
Esta mañana de vagos recuerdos
que cantaré cruzando el desierto,
que cantaré cruzando el desierto.

Tan huesolita mi fantasía…
Cae la nena. Cae a la tierra.
Cae la nena. Cae a la tierra.

Sale a reptar por la tierra y sal.
Lo que tocan sus manos
lo prueban sus labios.
Sale a reptar por América.
Lo que tocan sus manos
lo prueban sus labios.
Sale a reptar por América.
Lo que tocan sus manos
lo prueban sus labios.
Sale a reptar por alegría.
Lo que tocan sus manos
lo prueban sus labios.
Sale a reptar por América.
Lo que tocan sus manos
lo prueban sus labios.
Sale a reptar (lo que tocan sus manos)
por América (prueban sus labios).
Sale a reptar (lo que tocan sus manos)
por América (prueban sus labios).
Sale a reptar (lo que tocan sus manos)
por América (prueban sus labios).
Sale a reptar (lo que tocan sus manos)
por América (lo prueban sus labios).
Sale a reptar (lo que tocan sus manos)
por América (lo prueban sus labios).
Sale a reptar (lo que tocan sus manos)
por América (lo prueban sus labios).
Sale a reptar (lo que tocan sus manos)
por América (lo prueban sus labios).
Sale a reptar (lo que tocan sus manos)
por América (prueban sus labios).

*Transcripción propia del audio de la canción. 


2021 03 08 Nota De Matteo Susy Delgado 6
* Sergio De Matteo
es escritor y
presidente de la Asociación Pampeana de Escritores (APE)