Durante octubre el área de Recursos Humanos de la CPE organizó una serie de charlas sobre Cáncer de Mama, sumándose a la iniciativa “Octubre Rosa”, que identifica el mes de lucha contra esta enfermedad. Tres especialistas locales conversaron con mujeres y hombres del plantel laboral de la cooperativa sobre diversos aspectos. En dos artículos complementarios, la revista institucional “1º de Octubre” propone llegar con más información, una estrategia clave para resistir la aparición de esta enfermedad o detectarla lo más precozmente posible, para determinar tratamientos clínicos.
Andrea Sosa es médica ginecóloga y parte del equipo de especialistas que conversaron durante tres jornadas con las y los trabajadores de la CPE. Destacó que el cáncer de mama es el tumor más frecuente en mujeres y ofreció datos contundentes: en Argentina hay más de 21 mil casos al año, que representan el 17% de todos los tumores malignos y casi un tercio de los cánceres femeninos. Al mismo tiempo, por patología oncológica es la primera causa de muerte en mujeres en nuestro país.
La proyección estadística puede generar miedo o conciencia, pero una de cada ocho mujeres es probable que tenga cáncer de mama en algún momento de su vida. El dato esperanzador es que el 90% de este tipo de cáncer es curable si se detecta a tiempo con una mamografía.
Durante tres jornadas, las profesionales compartieron información y contestaron preguntas a empleados y empleadas de la CPE.
Factores de riesgo
Existen ciertos factores de riesgo o condiciones que aumentan la posibilidad de padecer esta patología, explica la profesional. Los describió por “sexo” (mientras la mujer tiene mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, solo el uno por ciento se presenta en hombres); por “edad” (el riesgo aumenta con el paso de la edad, por eso se sugieren chequeos a partir de los 40 años); y por “antecedentes personales” (pacientes que hayan padecido cáncer de mama o que se hayan realizado biopsias mamarias con anomalías).
Otros potenciales factores son: mama densa, obesidad o sobrepeso, consumo excesivo de alcohol, tabaquismo, antecedentes familiares (de primer y segundo grado que hayan tenido cáncer de mama), mujeres con menopausia después de los 55 años o primera menstruación antes de los 12 años, o no haber tenido embarazos o tener el primero después de los 30 años y ausencia de lactancia.
Síntomas y señales
En sus fases iniciales, el cáncer de mama no suele mostrar algún tipo de síntoma, pero, a medida que el tumor crece, puede cambiar la forma como se ve y se siente la mama. Los cambios más comunes son bultos, nódulos, engrosamiento en o cerca de la mama o en la axila; cambios en el tamaño o forma de alguna de las mamas; cambios en el pezón como hundimientos o segregación de fluidos o sangre; alteraciones en la piel de la mama, del pezón o de la aureola (aparición de úlceras, cambios de color y lo que se denomina piel de naranja); menor movilidad de una de las mamas al levantar los brazos, y dolor al palparla.
Mientras más temprano se detecte mejores son las probabilidades de que el tratamiento tenga éxito. Es una de las pocas enfermedades cancerosas que se pueden diagnosticar precozmente, es decir, antes de que se note algún síntoma. Las posibilidades de curación de los cánceres de mama detectados en su etapa inicial son más del 90%.
Imagen de la campaña del Ministerio de Salud de la provincia en el marco del Mes de la Concientización sobre el Cáncer de Mama.
Mamografías
Un consejo es que todas las mujeres se realicen su primera mamografía a partir de los 40 años de edad y la repitan anualmente, aunque en el caso particular de que tengan alguno de los factores de riesgo mencionados o perciban alguno de los síntomas más temprano, conviene que concurran al médico antes de esa edad y, eventualmente, se realicen una mamografía. Este estudio es capaz de detectar lesiones en estados incipientes. En mujeres jóvenes y con mamas densas, pueden sugerirse complementos como ecografías mamarias.
— Un elemento fuerte de la prevención es el “autoconocimiento” del cuerpo.
— Es muy recomendable realizarse mensualmente el autoexamen y, en caso de palpar u observar alguna anomalía, recurrir a una consulta profesional. Hay que recordar que el autoexamen no reemplaza la mamografía que puede detectar lesiones cuando son aún imperceptibles.
El cáncer es en gran medida prevenible y tiene un carácter multifactorial. Seguir hábitos saludables reduce hasta un 40% las posibilidades de desarrollar cualquier tipo de cáncer, por lo que resultan muy buenos algunos consejos básicos: una alimentación saludable (incorporando frutas, semillas, verduras, cereales y alimentos con bajo contenido graso); evitar el sobrepeso; realizar actividad física regular (unos 40 minutos por día, cinco veces por semana); no fumar, evitar el consumo de alcohol y realizar controles anuales de salud.
— Hay mucha información disponible hoy en internet y las redes. ¿Sirve, no sirve, genera inquietud o puede generar ansiedad?
— Las redes sociales proporcionan mucha información y esto nos permite tener más conocimiento que el que se tenía antiguamente acerca de diversas patologías. Considero que siempre la información adecuada nos otorga el poder de decisión y la posibilidad de adelantarnos, en los casos que sea posible, a una determinada patología. En el caso del cáncer de mama, el saber que debemos realizarnos una mamografía anual nos permite un diagnóstico precoz y tratamientos oportunos que cambien el rumbo de la patología. Pero también, saber que hay factores de riesgo modificables como hábitos de vida poco saludables, nos permite prevenir en gran medida todos los tipos de cáncer, y el de mama en particular. De todas formas, la información por sí sola no es suficiente. Siempre debe de ir acompañada de un deseo interno nuestro de modificar aquellas situaciones que puedan ser perjudiciales para nuestra salud.