El Centro de Jubilados y Pensionados Docentes de La Pampa estuvo de festejo. En abril cumplió sesenta años de actividad permanente: “Somos la continuación de los primeros directivos que con tanta fe y esperanza crearon este centro”, reflexionó Stella Albarellos, actual presidenta de la comisión directiva, ante la consulta de 1º de Octubre.
Un 20 de abril En 1963 comenzó a escribirse esta historia cuando un grupo de docentes y maestros nacionales sintió la necesidad de juntarse en pos de sus derechos. Se reunieron en la Escuela Normal nº 1 con un objetivo concreto: dejar constituido el Centro de Jubilados y Pensionados Docentes de la Pampa. Aquella asamblea determinó la apertura de la entidad que agrupó las ramas de educación primaria, secundaria, técnica y especial, y definió la primera comisión directiva.
60 años después
El Centro es una organización sin fines de lucro que a lo largo de estas seis décadas mantuvo una continuidad de los esfuerzos y logros de cada comisión. Las actuales autoridades lo destacaron: “si bien cada comisión tuvo su impronta, siempre existió una continuidad favoreciendo la integración de las decisiones tomadas y protegiendo los derechos de los jubilados y pensionados docentes”.
Parte de la Comisión Directiva del Centro. De izquierda a derecha: Mónica Vilois, Secretaria; Rolando Pires, tesorero (sentado); Juan Carlos Manavella, Revisor de Cuentas; Stella Maris Albarellos, presidenta.
Actualmente son más de 650 socios —aunque admiten que esta cifra viene mermando— que se distinguen en varias categorías: las y los socios jubilados y pensionados docentes que pueden participar de las elecciones y asambleas, y quienes figuran como adherentes: son docentes en actividad o cualquier mayor de 18 años que desee sumarse a la institución. Ambos grupos pueden participar de las actividades, usar las instalaciones o acceder a los servicios y beneficios.
Rolando Pires, tesorero de esta comisión, precisó que 140 socios/as son del interior y aproximadamente otros 40 son vitalicios. El propio Estatuto establece una particularidad: cuando un socio/a cumple 80 años y tiene más de 20 perteneciendo al Centro, se los considera vitalicios. Albarellos comentó que cuando un socio/a cumple 80 años, en el día del maestro, se realiza una fiesta como homenaje.
Biblioteca “Francisco J. Míguez”, inaugurada en 1993.
Instalaciones
Esta ONG siempre funcionó en Roque Sáenz Peña al 800, una casa de dos pisos que en planta baja cuenta con un salón donde se realizan la mayoría de las actividades y que, además, dispone de proyector y pantalla. También está disponible la Biblioteca “Francisco J. Míguez”, que se inauguró en 1993, atendida por dos bibliotecarias. Cada tres meses se destina una partida para la compra de libros, principalmente de novelas que es el segmento más elegido por lectores y lectoras.
En la planta alta hay espacios para reuniones, una sala de computación (con CPU donadas por otras instituciones) y un espacio donde funciona un gabinete para los servicios de pedicuría y reflexología.
Actividades y beneficios
Este año ofrecen talleres de arteterapia, baileterapia, canto libre, danzaterapia, decoración de tortas, escritura creativa, estimulación cognitiva, folklore, gimnasia terapéutica, tango, tejido, y yoga. También enseñan inglés e italiano. Si bien son parcialmente arancelados, están en la constante búsqueda de actividades gratuitas; en este primer cuatrimestre están brindando un curso de redes sociales en conjunto con la Fundación del Banco de La Pampa, con 25 participantes.
A esto se suman descuentos en compañías de viajes y comercios, entre otras actividades. En la parte de ortopedia disponen de sillas de ruedas que se prestan por un lapso de hasta tres meses.
Taller de baileterapia.
Hitos y logros
Uno de los principales logros fue la compra de la sede, el 30 de septiembre de 1994 . Al principio era una propiedad de una sola planta, pero con los años llevaron a cabo un proceso de ampliación. Otro momento significativo fue la creación del cargo de vocal en representación del Personal Docente Jubilado, en el Directorio del Instituto de Seguridad Social de La Pampa. Esto permitió —desde 1993— tener allí un representante, cargo que en este periodo ocupa la profesora Diana Lara.
Clases de gimnasia terapéutica para socios y socias del Centro de Jubilados y Pensionados Docentes.
Otro hito fue la caja de jubilación en La Pampa. Entre 1993 y 1994 se produjo la transferencia de escuelas secundarias e institutos terciarios nacionales a las provincias. Las y los docentes activos que dependían de Nación pasaban a depender de las provincias. En La Pampa, se obtuvo un beneficio significativo: pasaron a ser jubilados con caja provincial, situación diferente a otras provincias, porque sus cajas jubilatorias fueron transferidas a la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). Albarellos resaltó la medida: “La Pampa nunca pasó la caja al ANSES y tiene su propia caja, esta situación permitió tener todo más cerca. Los que nos jubilamos en la provincia de La Pampa tenemos el Instituto y cualquier inquietud que uno necesite resolver estamos a un paso y todo más sencillo”, sostuvo.
La sala de computación es otro de los espacios a disposición de socias y socios.
También consiguieron el 82% móvil. Durante muchos años los docentes se jubilaron con el 75% del sueldo, y pelearon por el 7% restante. “Venían docentes de toda la provincia para ver cómo conseguíamos una ley que nos permitiese acceder a ese 7% que nos faltaba”, recordó la presidenta de la actual comisión. Para alcanzar ese hito hubo muchas reuniones, propuestas, posibilidades de actuar, que quedaron plasmadas en el libro.
Albarellos también destacó la continuidad de algunas tradiciones como el festejo del 25 de Mayo y los homenajes a las y los jubilados de más de 80 años, entre otras. Finalmente dejó un emotivo reconocimiento: “Destaco a las y los socios porque quieren a este Centro. Lo siguen, forman parte de las actividades, vienen a los eventos y nos apoyan de forma constante”.
* por Silvina Llames, Licenciada en Comunicación Social.