Casi en el epílogo de la dictadura, Baglietto irrumpió en la escena cultural argentina con su disco debut, de significativo nombre y gran impacto: Tiempos difíciles. Para el campo de la economía social y solidaria, estos son tiempos difíciles. Porque desde el Estado se intenta imponer, de modo hegemónico, la idea de que las políticas públicas son perniciosas para el bienestar general.
Y son tiempos en los que, con el actual gobierno, desde el Estado, también se intenta imponer que la única economía existente, la única economía validada, es la economía de mercado, en la que el sujeto es el sujeto individual, que toma decisiones racionales a partir de la búsqueda de la máxima ganancia o el máximo placer. El homo economicus, sujeto individual, egoísta, aislado, sin lazo social, sin la idea de comunidad.
Agravios
El 27 de marzo, a través del vocero presidencial, el gobierno nacional anunció una serie de medidas contra las unidades productivas cooperativas. Eligió la táctica de agraviar a quienes integran este genuino sector de trabajo comunitario, en la búsqueda de enfrentarlo con el resto del campo popular mediante afirmaciones falsas. Habló de un “padrón que reviste innumerables irregularidades”, que se va “a retirar la autorización para operar”; que a estas organizaciones “por alguna razón que no comprendemos, el gobierno anterior había decidido seguir financiando”; o que resulta “sorprendente que los argentinos hayamos financiado durante tanto tiempo instituciones que no tenían la mínima certificación de legalidad”; para finalizar con la frase: “por supuesto, otra caja que desaparece y que los argentinos dejan de sostener”.
Ante tanta distorsión falaz, resulta imprescindible señalar que las cooperativas no son financiadas por el Estado, como afirma el gobierno nacional. Las cooperativas generan sus propios ingresos y sus fuentes de trabajo. No es real que sea “otra caja que desaparece”; lo cierto es que por este camino se ponen en riesgo miles de puestos de trabajo genuino y fuentes de ingresos de trabajadores y trabajadoras. Como señaló el ex presidente de INAES, Alexandre Roig, nunca en la historia de Argentina se han cancelado matrículas de manera masiva de ningún tipo de entidad societaria, sin seguir el debido proceso legal.
Al día siguiente de estas declaraciones el movimiento cooperativo salió a contrarrestar ese discurso a nivel nacional: rechazaron y repudiaron los dichos del vocero presidencial, fundamentaron el sentido de su existencia con datos cuantitativos y se declararon en estado de alerta. El movimiento cooperativo alcanza a nivel nacional cientos de miles de puestos de trabajo y representa más del diez por ciento del producto bruto interno.
En La Pampa
En nuestra provincia, circuló un listado no oficial con un total de diecinueve cooperativas que serían suspendidas, poniendo en serio riesgo la continuidad de la fuente de trabajo de más de sesenta familias. Ese listado contenía principalmente cooperativas de trabajo.
Si bien Argentina es pionera en experiencias autogestivas y colectivas de trabajo, especialmente a partir de la crisis económica de 2001 —cuando crece exponencialmente el número de cooperativas— en La Pampa es un fenómeno que se dio con mayor énfasis a partir de 2012, con altibajos hasta los últimos tres años, cuando se alcanza la mayor matriculación y se sostiene.
A la fecha en que se escribe este artículo, el padrón de INAES registra en esta provincia ciento veinte cooperativas con matrícula vigente, de las cuales sesenta y seis son cooperativas de trabajo. Las cooperativas nacen para resolver una necesidad, solemos decir quienes militamos y trabajamos en el cooperativismo. Y las cooperativas de trabajo, en particular, son respuestas a una necesidad central que afronta toda comunidad, y que se encuentra seriamente comprometida en esta etapa del capitalismo: el trabajo. Con el trabajo se come, se viste, se acceden a servicios, se costean las vacaciones del grupo familiar. El trabajo fortalece la calidad de vida de las personas, sus lazos sociales, sus identidades y oportunidades.
Mediante el agravio y las afirmaciones falsas, se intenta debilitar y destruir un sector que hace posible otra forma de economía, basada en principios muy diferentes a los que se sostienen y pregonan desde la asunción de este gobierno nacional. Creemos que resulta fundamental reforzar la defensa de estas herramientas que permiten generar fuentes de trabajo, producción y especialmente lazos comunitarios.
Agustina Manso.
Docente en la Secretaría de Educación Cooperativa de la CPE y docente e investigadora en el proyecto de investigación “Trabajo, relaciones de género y gestión de la vida en la provincia de La Pampa. Siglo XXI”. Facultad de Ciencias Humanas UNLPam.
Roberto Ottaviano.
Docente e investigador en el proyecto de investigación “Trabajo, relaciones de género y gestión de la vida en la provincia de La Pampa. Siglo XXI”. Facultad de Ciencias Humanas UNLPam.