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UNA ENFERMEDAD QUE SE PUEDE PREVENIR

En 2017 se detectaron en La Pampa once casos de contagio de triquinosis en humanos, después de cinco años en los que no se registraban brotes de esta enfermedad. Pese a las campañas de difusión sistemáticas desde organismos de gobierno provinciales y nacionales, además de otras organizaciones como el Colegio Veterinario, los hábitos alimentarios de los pampeanos los hacen especialmente vulnerables a contraer la enfermedad.

Publicada en enero de 2018

La triquinosis es una enfermedad parasitaria que se contrae a través de la ingesta de carne de cerdo o animales silvestres, como jabalíes y pumas, insuficientemente cocida. La faena doméstica y la carneada de cerdos en el campo, además del gusto por los chacinados —hábitos muy arraigados en nuestro medio—, nos hacen vulnerables a la posibilidad del contagio. Precisamente estos productos de origen porcino, hechos de forma casera o artesanal, constituyen el mayor riesgo, puesto que en su elaboración se utilizan carnes sin cocción, por lo que pueden contener larvas de los parásitos que producen la enfermedad.

201801 2 Triquinosis y habitos alimentarios

Así se transmite la Triquinosis (2)

En Argentina fue diagnosticada por primera vez en 1898, aunque hasta hace poco mucha gente, fundamentalmente en el campo o en zonas pobres o marginales, convivían con la enfermedad sin saber de qué se trataba. Producida por un parásito en forma de gusano del género Trichinella, la triquinosis se contagia a través del consumo de carnes de animales que tienen alojadas las larvas del parásito en sus músculos. En general, no es una enfermedad mortal (menos del 1% de los contagiados fallecen por esta causa), pero hasta el momento no tiene cura y, en estado avanzado, puede provocar dolores musculares graves y permanentes.

Síntomas

Durante los primeros 5 días después de la ingesta de un producto contaminado, las larvas se desarrollan en el intestino de la persona, que puede mostrar síntomas como diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal, fiebre o erupción cutánea. A partir de allí, y durante las siguientes 5 a 7 semanas, las larvas se trasladan por el torrente sanguíneo hacia los músculos, en especial, los de mayor actividad. En esta etapa, el enfermo puede sentir dolores musculares, dificultad respiratoria, para masticar o deglutir. También puede notar hinchazón del rostro, inflamación del globo ocular, conjuntivitis y fiebre alta.

Una vez que el parásito se instaló en los músculos es prácticamente imposible desalojarlo de allí. En esta etapa avanzada, el gusano se enquista y provoca tumefacciones dolorosas de las piernas, brazos, abdomen y cara, y puede derivar en neumonías, miocarditis y encefalitis.

No hay un tratamiento específico para la triquinosis una vez que las larvas invaden los músculos. Los quistes permanecen por años, provocando dolores intensos en todo el cuerpo, que sólo se alivian con analgésicos.

Prevención

La mejor forma de prevenir la triquinosis es comer seguro. Consumir carne de cerdo y derivados bien cocidos, es decir, cocinándolos hasta que desaparezca el color rosado. Y sobre todo no comer chacinados y embutidos que no cuenten con la etiqueta o el rótulo que certifique que fueron elaborados en establecimientos autorizados y controlados por los organismos correspondientes.

Para quienes elaboran chacinados de forma casera y para consumo familiar, se recomienda realizar el correspondiente análisis de la carne antes de su manufactura. Es rápido y sencillo.

En caso de notar alguno de los síntomas después de haber consumido chacinados de cuya procedencia no se esté seguro, se debe concurrir de inmediato un centro de salud para, en caso de confirmar el contagio, iniciar el tratamiento antiparasitario de lo antes posible.

Fuentes: Senasa y Colegio Veterinario de La Pampa.