“Yo estoy un poco resignada, por la edad viste, me queda muy poco tiempo, pero… qué felicidad sería encontrar a ese nieto!”. Nélida Decristófano de Orzaocoa tiene 92 años. Sus ojitos claros brillan y una sonrisa cargada de ternura y nostalgia se dibuja en su rostro cuando repite la emotiva frase. Espera con el corazón abierto que la aparición de su nieto o nieta la ilumine, y sentir ese encuentro de amor.
Publicada en setiembre de 2014
El miércoles 6 de agosto de 2014 quedará grabado en la memoria colectiva de los argentinos: la confirmación de la aparición de Guido, el nieto de Estela de Carlotto, después de 37 años de búsqueda, resultó impactante. Nunca falta un alguien pero la emoción fue el sentimiento generalizado, lágrimas mezcladas con sonrisas, y el reconocimiento a la militancia y paciencia de las Abuelas de Plaza de Mayo, en la figura de la imprescindible Estela.
Nélida es santarroseña, desde hace 61 años vive en la misma casa sobre la calle Garibaldi. Mientras conversamos en el living de su casa, se levanta una y otra vez para atender los llamados a la puerta. Son vecinos de la cuadra que le alcanzan ropa o alimentos que Nélida colecta para la Red Solidaria. “Ahora estamos juntando para la familia de Toay que se le incendió la casa” cuenta, con la sencillez que la caracteriza. Su compromiso social no es nuevo, al contrario, durante muchos años fue delegada de la Cooperativa durante esta gestión y desde hace años integra el Coro de la UNLPam.
Algo de historia
Nélida es mamá de Carlos, cuya pareja Mercedes Gómez, está desaparecida desde el 23 de marzo de 1975 cuando en plena ciudad de Córdoba dos patrulleros policiales la detuvieron junto a otra militante, Graciela del Valle Macrenzic. Nunca más hubo novedades pese a los reclamos que cayeron en el laberinto perverso del poder de entonces. Carlos y Mercedes eran militantes sociales y políticos, enrolados en el PRT, y ya tenían una hija, Mariana. Al momento de ser detenida Mercedes estaba embarazada de 7 meses y medio.
Recuerda a “Merceditas, una chica alegre, vivaracha, un cascabel era”, y el momento del casamiento de los chicos en 1972, primero en el civil y después “en la villa donde comimos locro, con la gente con las que ellos trabajaban”. Eran épocas de la Triple A y en el caso de Córdoba del denominado Comando Libertadores de América, creado bajo el nombre de Grupo Interrogador de Detenidos. Un escuadrón de la muerte conducido por oficiales del Ejército.
La aparición de Guido (Ignacio Hurban) reavivó las esperanzas de otras recuperaciones de nietos e identidades. “Yo digo nieto, pero puede ser nieto o nieta” insiste Nélida. “Ojalá esto incentive a otros chicos que tengan dudas sobre su identidad a hacerse la muestra de ADN, para que se pueda comparar en el banco de datos”. Nélida no espera sola: lo hace junto al amor de sus dos hijos, de seis nietos y siete bisnietos, y de miles que creen imprescindible relacionar memoria, verdad y justicia.