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ALGUNOS CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE EL AGUA SUBTERRÁNEA  Y SU ADECUADO APROVECHAMIENTO

Los que conocen o habitan La Pampa desde hace mucho tiempo constituyen una comunidad en general consciente de la importancia que para su provincia tienen los distintos recursos hídricos que la Naturaleza le ha ofrecido. Un ejemplo de ello es que, tanto los propietarios de modestas explotaciones agropecuarias como de grandes establecimientos rurales se interesan y viven pendientes de un recurso hídrico que se presenta como el más elemental o natural, es decir, las lluvias; por ello se proveen de pluviómetros "caseros" o técnicamente más aptos que les permiten apreciar la magnitud de las precipitaciones o valorar su importancia, realizan a veces una prolija documentación de sus registros con el fin de programar sus labores y manejos, a la vez que recurren a los organismos técnicos especializados aportando datos en busca de información elaborada científicamente que les servirá para una planificación cuidadosa de sus explotaciones.

Publicada en las ediciones de setiembre y noviembre de 2012

También son valorados los principales recursos superficiales como los ríos Colorado, Atuel y Salado-Chadileuvú Curacó; el primero por 10 que representa actualmente y los demás por 10 que pueden significar, como factor de progreso y desarrollo económico social, una vez definidos los aspectos legales y técnicos que afectan su disponibilidad regular.

De manera similar los recursos subterráneos también son interpretados y apreciados con distintas ópticas por legos y profanos, pero todos con un mismo fin: conocer y tratar de aprovechar el agua alojada en el subsuelo para los distintos usos requeridos para la vida sobre la Tierra, conscientes de su especial importancia en esta geografía.

¿Qué son los Acuíferos?

Se definen como tales a los terrenos que tienen la propiedad tanto de almacenar como de ceder agua por medio de simples obras y/o elementos de extracción. Lo que llamamos pues AGUA SUBTERRANEA, es agua generalmente meteórica que se infiltra y se aloja en los poros normalmente muy pequeños que poseen los terrenos sedimentarios (imagínese el tamaño del espacio que queda entre tres o cuatro granitos de arena próximos entre sí) o a veces en las fisuras o grietas muy delgadas de cierto tipo de rocas. Contrariamente a 10 que muchas veces se supone, el agua normalmente no se aloja en grandes huecos, ni cavernas, ni canales; tampoco forma ríos subterráneos, ni vertientes, ni corre con gran velocidad como es común mencionar. No, el agua se mueve a muy pequeña velocidad (mm o cm/día) en su dinámica subterránea natural, y fluye hacia los pozos por la superficie de sus paredes y su dinámica subterránea natural, y como efecto del bombeo que, al producir un descenso de nivel, hace que «caiga» dentro del espacio que ha sido "vaciado". El caudal que se va a poder sacar dependerá del tamaño de los poros (cuanto más grande, mayor caudal) y del espesor del terreno embebido en agua.

Sólo en casos excepcionales, que se dan en rocas denominadas calizas, que por su composición pueden ser disueltas por el agua, las grandes cavernas que se originan pueden conducir agua como verdaderos ríos, pero no es el caso predominante y se puede asegurar que son raros en nuestra provincia y sólo se conocen en el país en contados lugares, siempre asociados a la disolución de dichas rocas.

¿Cómo llega el agua al subsuelo?

Sencillamente, por infiltración, generalmente del agua de lluvia. Cuando llueve, una parte del agua escurre superficialmente si es que cae no la absorbe, y otra penetra en el suelo; de ésta, una porción queda expuesta a la evaporación por efecto de la temperatura ambiente, la cual tiene influencia hasta dos o tres metros de profundidad. La otra porción es absorbida por las raíces de las plantas que la requieren para su desarrollo, eliminándose del suelo por transpiración. El resto, si es que sobra algo, escapa a estos fenómenos y se dice que produce infiltración efectiva, ya que desciende hasta alcanzar la zona saturada con agua o capa acuífera. De esta manera, y en relación con la cantidad que efectivamente penetra en el subsuelo, se va produciendo un aumento de la reserva, es decir una recarga natural del acuífero.

Lo expuesto podría dar lugar a preguntarse: ¿si esto es así, con el tiempo todo el terreno entre el nivel del agua y la superficie se iría "empapando" de agua y no habría más infiltración? Tratemos de explicar por qué esto no ocurre o sólo tiene lugar bajo ciertas condiciones: recorriendo la geografía de La Pampa se verá que, alternando con las llanuras se presentan áreas elevadas (lomas, médanos), y entre ellas áreas deprimidas (valles, bajos sin salida) que comúnmente presentan en sus fondos algo de agua o cierto grado de humedad aún en períodos de intensa sequía. ¿Por qué? Porque estos bajos son los lugares por donde el agua subterránea vuelve a la superficie (formando pantanos, lagunas, lagos, ríos o arroyos) después de circular por gravedad, lentamente, a través de los poros del terreno natural, desde las partes más elevadas, donde se ha infiltrado y ha "escapado" a la evaporación y a la transpiración. Es la descarga natural del acuífero.

Esto explica, por qué con el tiempo los niveles en estas zonas elevadas bajan lentamente si no llueve con cierta intensidad; de ahí que la profundidad media del agua será la resultante del equilibrio natural entre la recarga y la descarga.

A esta descarga natural debe agregarse, a veces, la descarga artificial del acuífero que hace el hombre al aprovechar agua para distintos usos mediante el bombeo, en casos excesivos, provocando su agotamiento o desmejoramiento de su calidad.

201211 Que significa el agua para los pampeanos Nota 2

¿Cómo debe aprovecharse?

Para obtener buenos resultados en las obras de captación y a su vez lograrse un uso racional del agua subterránea, se deben tener en cuenta una serie de premisas entre las cuales podemos destacar:

Diseño de los pozos: es fundamental la elección adecuada del tipo y características de los pozos o perforaciones, su profundidad, diámetros, espesor acuífero interceptado, etc., en función de las condiciones geológicas e hidrológicas de cada lugar.

Para esto es necesario conocer los parámetros de los acuíferos, dentro de los cuales los principales son la permeabilidad, la transmisibilidad y el coeficiente de almacenamiento o porosidad eficaz. El primero se refiere a la facilidad con que el agua circula y puede acceder al pozo durante el bombeo: a mayor tamaño de poros o fisuras, mayor permeabilidad (por ejemplo: una formación de "cantos rodados' o arenas muy gruesas es más permeable que las arenas muy finas o los limos). La permeabilidad, que se expresa como una velocidad. junto con el espesor del acuífero, determinan la transmisibilidad que, a mayor valor implica mayor caudal.

La porosidad eficaz representa la cantidad de agua "libre" o aprovechable dentro del volumen total del acuífero, ya que el agua se encuentra en los poros de las formaciones geológicas y representa una proporción muy variable que oscila entre e11% (o menos) y el 20% (o algo más) en técnicas generales. Para el conocimiento de estas particularidades de los acuíferos se debe recurrir a profesionales especializados tanto privados como de organismos públicos, donde a su vez pueden existir antecedentes que permitan estimarlos; en caso contrario se deberían efectuar estudios específicos, que si bien representan un costo mayor, aseguran el aprovechamiento de los caudales factibles de explotar.

Ubicación: también es importante la separación adecuada entre los pozos, ya que su extrema cercanía puede producir interferencias que se traducen en una disminución de su rendimiento individual ya veces en un deterioro en la calidad del agua. Esto también está en relación con los parámetros citados anteriormente y también con el tiempo de bombeo y el volumen total que se explote.

Explotabilidad: la explotación de los pozos debe hacerse no solo teniendo en cuenta su caudal sino también las reservas que se disponen según la recarga. Se deben determinar tanto los caudales como los lapsos adecuados, ya que si se extrae más agua que la que se infiltra con el tiempo se logrará su agotamiento o deterioro; como ejemplo tenemos lo sucedido en Santa Rosa con los pozos instalados por Obras Sanitarias de la Nación. El agua en el subsuelo se extiende lateralmente en todas direcciones y la mala explotación en un lugar influirá en las perforaciones vecinas, por lo cual la situación debe considerarse en toda el área de un acuífero.

En este tema también resulta fundamental el cálculo de la recarga, para lo cual se deben analizar los distintos componentes hidrometeorológicos que permiten ser determinación, junto con las condiciones geomorfológicas, ya que las magnitudes son muy variables aún en cortas distancias; como ejemplo podemos citar estimaciones efectuadas en proximidades de Santa Rosa, donde se determinaron porcentajes del 6,2 % de las lluvias, en tanto que en Anguil fue de 14,5% para el mismo período considerando.

Perforaciones: la ejecución debe no solo responder a un adecuado diseño sino también siguiendo las técnicas adecuadas y con elementos y personal apropiado, ya que muchos de los fracasos se deben a las malas prácticas durante los trabajos y no a que "no hay agua", como a veces se usa como excusa. Si bien la economía es importante debe privilegiarse la calidad antes que los costos. La elección de la profundidad debe hacerse en base a las características hidrogeológicas y a la calidad requerida según el uso que se le vaya a dar al agua: en algunas zonas, si bien los espesores acuíferos son mayores, sucede ser conveniente interceptar sólo la parte superior del terreno saturado, en tanto que en otras, por el contrario, los tramos superiores deben ser aislados y aprovechar los acuíferos inferiores donde se dispone de agua de mejor calidad.

El diámetro debe estar acorde con el elemento de bombeo que se coloque, ya que un aumento en la sección del pozo no va a representar un incremento de caudal del mismo orden (duplicando los diámetros sólo se logra un 11% más).

En cuanto a los materiales a utilizar en los entubamientos (cañerías y filtros) pueden ser de distintas calidades, acero, acero inoxidable y "plásticos" de variada resistencia, y por lo tanto distintos precios. sé debe buscar una combinación razonable entre la incidencia de los costos y la eficiencia y perdurabilidad del pozo.

El entubamiento debe ser completado preferentemente con la colocación de empaques de grava seleccionada a modo de "prefiltro", especialmente en formaciones arenosas o fiables, lo que asegura la extracción de agua más limpia y protege a los elementos de bombeo de un desgaste prematuro. Debe requerirse el desarrollo y limpieza adecuada a la empresa perforista, como así mismo la verificación técnica por un especialista del funcionamiento hidráulico del pozo a fin de colocar la bomba adecuada según los caudales y niveles y hacer de la obra un elemento eficiente, es decir obtener el máximo posible de agua, con los menores costos y con garantías de un prolongado funcionamiento lo cual redundará en beneficio de la actividad económica a la cual fue destinada.

*Lic. José Manuel Malán. Hidrogeólogo
Fotos: J.M.M.