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El término homosexualidad (homo: igual) designa la atracción sexual entre personas del mismo sexo y es válido tanto para varones (conocidos como gays) como mujeres (lesbianismo). En contra de las creencias comunes la homosexualidad existió en todos los tiempos y en casi todas las culturas.

Publicada en junio de 2001

Con el descubrimiento de América se constató la existencia de homosexuales, algunos de ellos travestidos, ampliamente aceptados por su propia civilización a quienes inclusive se les atribuían condiciones excepcionales en la intermediación con sus dioses. Los españoles, que venían de una Europa dominada por la Inquisición que condenaba a la hoguera a los homosexuales, aplicaron esta práctica con los aborígenes, haciéndolos destrozar por los perros y quemando sus restos.

A partir de estos antecedentes de persecución sistemática, mucho cuesta a nuestra civilización entender que la homosexualidad no está asociada con enfermedades mentales, delincuencia o la llamada "degeneración". Se trata de una variante de la orientación sexual y, contra lo que se dice, no es una elección sino una orientación determinada, la cual algunos individuos tienden a reprimir por miedo a las sanciones sociales.

Con la aparición del SIDA, y la admisión de su homosexualidad por reconocidas figuras del arte, la ciencia o la política, los homosexuales comenzaron a hablar más libremente del tema. Esto ha producido el aumento aparente de la homosexualidad, pero en realidad empezamos a sincerar la cuestión. No obstante persiste la homofobia, (temor y odio a la homosexualidad) y el ocultamiento.

No siempre la homosexualidad es excluyente. Muchos homosexuales forman familias, cuya atención comparten con amantes del mismo sexo, y buena parte de los llamados heterosexuales tienen encuentros periódicos de carácter homosexual, lo cual explica el auge de la prostitución travestista.

Fantasmas

Persiste aun el fantasma de que el trato con homosexuales es peligroso para los niños, por lo cual tienen muchas dificultades médicos y docentes que expresan abiertamente su orientación. Nada más lejos de la verdad. De hecho los abusos y violaciones infantiles son cometidos en más del 90% de los casos por heterosexuales. Los niños adoptados por parejas homosexuales tienen las mismas posibilidades de tener orientación homosexual como aquellos criados por parejas heterosexuales.

Desde que la Asociación Americana de Psiquiatría retiró a la homosexualidad de la lista de enfermedades psíquicas se ha abandonado la idea de su tratamiento que se practicaba a veces siguiendo métodos crueles, tanto física como psíquicamente. En cuanto a las causas, abandonadas las teorías de los factores de crianza y la hereditaria, queda en pie la teoría biológica, es decir que la homosexualidad es atribuible a condicionantes biológicos, que actuarían  inmediatamente antes o después del parto.

De allí que cuando los docentes o padres creen reconocer (generalmente en forma errónea) tendencias homosexuales en un niño, lo mejor es no alarmarse, dejarlo evolucionar  tranquilo y no destacar aquellas actitudes que se consideren impropias de su sexo. El tiempo determinará su orientación sexual, que en todo caso, será casi siempre inamovible. De manifestarse luego una orientación homosexual, queda solamente la aceptación comprensiva y el afecto firme de familiares y amigos.

(*) Dra. Ema R. de Yep, Lic. Eva Quevedo y Dra. Graciela Fernández Barros. Centro de Educación y Asistencia en Sexualidad (CEAS)

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