En la actualidad nos enteramos cada vez con mayor frecuencia de hechos teñidos de violencia y de los cuales se discute en el momento para luego olvidarlos. Uno de ellos es el abuso sexual en la infancia, que por la dureza que reviste, muchas veces, se lo deja de lado, sin tener en cuenta a las víctimas y las secuelas que subyacen en el corazón y en el cuerpo de muchos niños.
Publicada en marzo de 2001
Por esta razón es necesario conocer y hablar del abuso, que las familias conozcan su responsabilidad de informar sexualmente a los hijos, enseñándoles a prevenirlo.
¿Qué es el abuso sexual o cuándo se puede decir una situación es abusiva?
Es una de las formas del maltrato infantil. Cuando un adulto "utiliza" a un niño o adolescente para su gratificación sexual. Es un daño físico y emocional. Es también acariciar, manosear, tocar los genitales y otras partes del cuerpo y hasta mantener relaciones sexuales con niños.
En la mayoría de los casos los abusos son perpetrados por personas que gozan del afecto y la confianza del niño/a. No sucede con personas desconocidas.
Se inicia con una persuasión o seducción por parte del adulto hacia el niño o niña bajo determinadas condiciones: "este es un secreto entre vos y yo", lo que técnicamente se conoce como pacto de silencio o "vos no se lo tenés que contar a nadie".
En este desequilibrio de poder (entre el adulto y los niños) subyacen las amenazas.
"te regalo esto que a vos te gusta mucho" a cambio de...
Los abusos no son hechos aislados, se reiteran en forma crónica y permanente en la vida de niños o adolescentes.
¿Cómo se manifiesta una víctima de abuso?
En general se observa un cambio abrupto en la conducta habitual. Se los ve tristes y retraídos y a veces aislados. Pueden estar "a la defensiva", tienen miedo al contacto físico y por el contrario son niños que siempre buscan manifestaciones de cariño. Aparecen sollozos y llantos sin causas aparentes. También utilizan palabras obscenas, un lenguaje hipersexualizado, desconocido para su edad.
Pueden desarrollar prácticas de juegos sexuales propios de los adultos, etc.
Se pueden comprobar señales evidentes, como por ejemplo golpes en alguna parte del cuerpo, dolores de cabeza o abdominales, lesiones e irritaciones en la zona genital.
Disminución en el rendimiento escolar. Pueden realizar crisis de angustia en el momento de regresar a su casa, después de los horarios escolares, etc.
Prevención
Como ciudadanos comunes, integrantes de una sociedad, como padres, docentes, agentes de salud, líderes de grupos recreativos, etc., ¿qué podemos hacer por la prevención?
- Enseñarles a respetar su propio cuerpo, a decir "no quiero que me toques",
- Informar y brindar educación sexual a los niños desde pequeños.
- A pedir ayuda y confiar en las personas que quiere mucho.
- A poder diferenciar las caricias buenas, las que lo hacen sentir bien, de las otras que no le gustan o lo incomodan.
Para los adultos es necesario escuchar y creer en la palabra de los niños cuando comentan episodios que se puedan sospechar de abusos. En general un niño no fantasea o inventa situaciones de violencia sexual, es porque le pasó.
Esto es una responsabilidad de todos, hablar del problema es una buena forma de empezar, en procura de ayudar y cuidar a los niños.
(*) Dra. Enma R. de Yep y Lic. Eva Quevedo. Centro de Educación y Asistencia en Sexualidad (CEAS)