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La periodista Cristina Mucci y la Ley de Medios

En su visita a Santa Rosa, la conductora del programa cultural “Los Siete Locos” evaluó los alcances de la normativa y sostuvo que es necesario jerarquizar la profesión periodística. Asimismo, opinó que es necesaria la implementación de políticas públicas en pos de la difusión cultural.

Publicada en diciembre de 2013

De voz firme y enérgica, sostiene que fue la buena suerte quien se puso de su lado y le permitió continuar su programa durante más de dos décadas. No escatima palabras al momento de criticar las políticas televisivas que, en más de una oportunidad, quisieron silenciarla, pero al mismo tiempo sabe que aún no es el momento de que “Los Siete Locos” se despida de la pantalla chica.

Así se presenta Cristina Mucci, abogada, escritora y periodista, que desde 1987 conduce un programa cultural que supo sobrevivir a varios gobiernos y cambios de canal. La lista de personajes que engalanaron sus emisiones son varios, y seguramente habrá otros tantos. Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Roberto Fontanarrosa, Juan José Saer, Osvaldo Bayer, María Esther De Miguel, Héctor Tizón e Isabel Allende son algunos de los nombres que se destacaron.

Su programa en la Televisión Pública es de literatura, es cierto, pero no se queda allí, sino que indaga un poco más: grandes acontecimientos sociales y políticos –la coyuntura obligada- son objeto de debate por parte de reconocidos analistas e intelectuales.

Ley de Medios

En las últimas semanas, el fallo de la Corte Suprema sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual ocupó las primeras planas de la mayoría de los diarios del país y se mantuvo en la agenda mediática. Como era de esperarse, Cristina Mucci retomó el debate, el mismo que había iniciado hace ya varios años. “Respecto de la Ley de Medios vengo hablando hace bastante tiempo, porque desde que empezó la democracia se empezó a plantear la necesidad de reformar la legislación que estaba vigente en ese momento. El alfonsinismo tenía un proyecto para hacerlo”, recordó. Opinó luego que se trata de un verdadero avance, aunque fue cautelosa sobre su instrumentación: “Es un avance extraordinario, pero hay que ver cómo se va a implementar. Si la ley se aplica plenamente será un cambio muy grande. Más allá de la coyuntura política está muy bien que se haya logrado. Costó esfuerzo y se discutió mucho. Este gobierno peleó bastante para que esto se haga y eso le da mérito. Esto es una política de Estado, es una ley de la democracia que tenemos que defender”.

Mucci se refirió, asimismo, a quienes en favor de ciertos intereses políticos y económicos presentaron una férrea oposición a la iniciativa. “Es lógico el juego de poderes dentro de la democracia, pero es preciso entender que la ley no regula los contenidos, simplemente ordena el espectro. Acá no se está hablando de la libertad de expresión, es decir, es lo más lejano a cualquier tipo de dictadura”, afirmó.

Las ventajas de la nueva normativa son muchas, y entre ellas es preciso mencionar la pluralidad de voces que generará y la diversificación de los contenidos. En este sentido, se propiciará la producción de propuestas culturales, prácticamente inexistentes en la grilla actual. Sobre este punto la periodista se mostró optimista y sostuvo que en dicho camino también tendrán un papel destacado las nuevas tecnologías. Sobre este punto señaló: “Los cambios que se avecinan son realmente profundos. Junto con la televisión digital hay otros avances. Ahora hay más interacción, la gente participa por Internet y el vínculo es más parejo”. Fenómenos como Youtube u otros portales para subir videos ilustran sus palabras y, a su entender, rompen con la hegemonía que durante años caracterizó a la TV.

Una propuesta que sigue en pie

Habían pasado pocos años del retorno de la democracia, de la mano de Raúl Alfonsín, cuando Cristina Mucci pensó en el desafío que implicaría el periodismo cultural. Gracias a una gestión de Félix Luna, el entonces estatal canal 13 le abrió las puertas. A ella y a Tomás Eloy Martínez, quien tiempo antes había regresado del exilio. El temor estaba presente pero la inexperiencia era compensada con voluntad. La primera mesa de debate reunió figuras de lujo: Osvaldo Soriano, Dalmiro Sáenz y Jacobo Timerman. Con el director de “La Opinión” ya había compartido otros momentos, cuando se desempeñaba como columnista en el mítico diario.

Con los años pasaron otras personalidades, otros gobiernos y otros canales. Solo se mantuvo inalterable la esencia de “Los Siete Locos”. Y el tesón de su gestora, por supuesto.

“Mi programa siempre fue independiente. Cuando planteé este proyecto lo pensé para una televisión pública, como un servicio cultural o educativo. Creo que ese debe ser el rol de un medio de este tipo: poner al aire lo que los medios comerciales ignoran porque no es negocio”, reflexionó Mucci. Luego, se refirió a la necesidad de que existan políticas públicas que permitan la promoción y sostenimiento económico de estos espacios, sobre todo teniendo en cuenta su poder de llegada a los receptores.

Periodismo de calidad

La conductora, por otra parte, señaló la necesidad de que existan más iniciativas que actúen en pos de la difusión cultural, frente a la actual oferta de la pantalla chica que parece ofrecer otro modo distinto de hacer televisión. “Es un desafío y habrá personas que piensan que lo que hacemos es aburrido. Sin embargo yo trato de llevar adelante un programa ameno. Hay gente que se entretiene viendo a Marcelo Tinelli o canales de chimentos, todo depende del concepto de diversión que cada uno tenga. Nosotros intentamos hacer un programa que sea accesible para la mayor cantidad de gente posible pero sin restarle contenido, sustancia ni calidad. No hacemos un discurso académico, pero tampoco un discurso banal”, sostuvo.

A pesar de que la mayor parte de su experiencia se la debe a la televisión, el periodismo gráfico la dotó de herramientas que le permiten analizar las producciones escritas en todas sus modalidades. En ese sentido, consideró que los medios y la literatura pueden retroalimentarse, como lo demostraron Rodolfo Walsh y Truman Capote, pioneros del género de no ficción.

Finalmente, instó a que los comunicadores trabajen por un periodismo de calidad, a pesar de que ello suponga tiempo y esfuerzo. “Argentina y América Latina en general son lugares maravillosos para contar, pero hay que saber hacerlo. Si bien el momento actual es complicado, en parte por la precariedad laboral de los medios, es necesario jerarquizar la profesión”, concluyó Cristina Mucci.

*María Soledad García es Licenciada en Comunicación Social