La vida de la pampa territoriana es analizada por la investigadora Andrea Lluch en tres grandes etapas. La primera, desarrollada entre 1881 y 1900, refiere a la ocupación, puesta en producción e inicio de la vida institucional; la siguiente se corresponde con los 30 años siguientes e incluye la expansión agrícola, las migraciones y la complejización de la vida social y política. Finalmente, se dará la etapa que va entre 1931 y 1951: se estudian la crisis de los años 30, el proceso de despoblamiento y la provincialización.
Publicada en mayo de 2006
Apuntes sobre esta primera etapa
La Argentina a fines del XIX se integró al mercado capitalista mundial como generadora de productos primarios, siendo la expansión agraria el motor de su crecimiento económico. Un aspecto central fue la conquista de los espacios indígenas a través de campañas militares. Tres fenómenos generaron un camino sin retorno para el indígena y el espacio fronterizo que lo cobijaba: la configuración de los estados nacionales, la articulación de sus economías a los mercados internacionales y la estrechez del mercado de tierras.
A partir de la expropiación y desafectación de los recursos naturales de las poblaciones indígenas, siguió la conformación de un marco político e institucional que asegurase el desenvolvimiento de la nueva organización social, ahora vinculada a las formas capitalistas de producción. El efecto inmediato de tales medidas fue el establecimiento de los límites administrativos de los nuevos Territorios Nacionales pues, según una ley dictada bajo el gobierno de Mitre, las provincias existentes no podían reclamar ningún nuevo territorio que ocupasen, constituyéndose un nuevo tipo de subdivisión administrativa y política: los territorios nacionales.
En el recién organizado espacio territoriano, la mensura de las tierras fue el primer paso realizado para la puesta en producción. En esta fecha se produjo la organización de la estructura político-administrativa común a todos los territorios nacionales por medio de la Ley 1532 (1884), caracterizada por una dependencia directa con el Gobierno Nacional, prolongada hasta 1951.
El reparto y distribución de la tierra se inició rápidamente y, pasados diez años, más de la mitad de esas tierras habían sido revendidas. Las tierras sufrieron una rápida valorización producto de diversos factores, entre los que se encontraban el aumento de las demandas de los mercados, así como alambrados e introducción de planteles ganaderos. Las posibilidades de generar un control efectivo de parte de los propietarios al inicio de este proceso fueron limitadas, como lo demuestra la significativa presencia de intrusos y ocupantes con distintas categorías (autorizados, arrendatarios, entre otras) en las fuentes oficiales.
El Territorio Nacional de La Pampa conoció tardíamente la expansión del lanar, desplazado de las mejores tierras bonaerenses por la agricultura y la ganadería vacuna. El aumento porcentual más notable ocurrió en los límites del sureste productivo, donde la presencia de transporte ferroviario contribuyó a la valorización de la economía lanar. En esta primera etapa, el transporte ferroviario reforzó la estructura productiva preexistente. En estos años, por tanto, la economía pastoril fue absolutamente dominante. La agricultura era de subsistencia. Sólo iniciado el siglo XX, “la llanura pampeana logró desprenderse del antiguo esquema socioeconómico casi exclusivamente ganadero-pastoril, para entrar con ímpetu y efectividad, a una nueva época de expansión de la agricultura cerealera”, según palabras de Julio Colombato. En el plano político-institucional, los años finales del siglo XIX fueron momentos de escasa presencia del Estado. Únicamente dos localidades fueron creadas por voluntad oficial, y ambas estuvieron ligadas a la ocupación militar: Victorica y General Acha (1882). El resto surgió por iniciativas privadas, en un contexto de búsqueda de valorización de propiedades rurales.
Distintas fuentes consultadas muestran cómo las notables tasas de crecimiento poblacional entre 1887 y 1895, junto a la rápida dinámica de ocupación del área, superaron la capacidad organizativa del naciente estado territoriano. Las instituciones surgieron lentamente y con numerosas limitaciones administrativas, humanas y financieras. Por ejemplo, la Policía territorial se creó en 1886 y el Juzgado Letrado en 1887. La organización de la justicia de paz y el registro civil, tanto como el ordenamiento institucional previsto por la Ley de Territorios Nacionales llevó varios años para su concreción (1888 los primeros Concejos Municipales).
Un último ejemplo, el Código Rural para los Territorios Nacionales –un viejo reclamo de los Gobernadores enviados- recién se aprobó en 1894. Así, si bien el tejido institucional fue complejizándose poco a poco, al momento de ponerse en práctica las normas e instituciones públicas, lo hicieron con numerosas dificultades y limitaciones, adquiriendo la sociedad territoriana en esta primera etapa, los rasgos típicos de una zona de frontera.
En dos próximas entregas se presentarán y comentarán las otras etapas que comprenden esta primera propuesta de periodización, incipiente y perfectible, de historia de La Pampa.
Memorias de Gobernadores
Los interesados en profundizar los rasgos de la historia territoriana de fines de siglo XIX, pueden consultar las recientemente editadas “Memorias de Gobernadores del Territorio Nacional de La Pampa, Siglo XIX”. Este volumen fue publicado en el año 2005 por la EDUNLPam y Subsecretaría de Cultura. En tal sentido, la trascripción de las Memorias de Gobernadores, informes elevados anualmente al Ministro del Interior, constituyen una fuente de consulta imprescindible para los investigadores y para todos aquellos interesados en obtener un panorama general, desde la visión de las autoridades, de la situación económica, poblacional, social e institucional del Territorio Nacional de La Pampa.