“Aquí anda dando vueltas el ángel de Edgar”. El músico Ernesto del Viso, en el instante previo a interpretar dos canciones con su guitarra, puso palabras justas al generalizado sentimiento que compartieron el numeroso público, las y los artistas invitados, y el panel que el pasado lunes 18 de septiembre, en la siempre hermosa sala del Teatro Español, presentó la flamante obra de Rubén Cacho Evangelista: “Edgar Morisoli. Poeta y militante del cancionero pampeano”.
Esta obra nació de lo que originalmente era un artículo para publicar en la revista institucional “1° de Octubre”, un texto que buscaba reflexionar al cumplirse un año del fallecimiento de don Edgar Morisoli, acaecido el 16 de junio de 2020. Sin embargo, fue el primer escalón para que Editorial Voces lo transformara en un libro; un ensayo que profundiza los conocimientos y valoración de la monumental tarea de décadas del gran escritor —santafesino de nacimiento, pampeano por decisión— que cimentó buena parte de lo que llamamos “cancionero folklórico pampeano”.
Ernesto del Viso.
Cacho Evangelista trabajó mucho en la elaboración y publicación de varias de las principales obras de Morisoli a través de su sello Pitanguá. Conoció a Edgar desde un lugar de privilegio, el de la estrecha amistad, que a su vez potenció el conocimiento de la obra poética e influencia de Morisoli en la cultura pampeana y regional. Esa perspectiva enriquece la aproximación al universo morisoliano y su posibilidad siempre abierta de seguir hallando cosas nuevas y sobre todo lecturas nuevas, y en particular el vínculo entre las creaciones poéticas y la canción.
Esta inobjetable contribución al cancionero pampeano se desarrolla en un texto de algo más de 100 páginas, acompañado con una gran cantidad de imágenes del poeta y de numerosos artistas que compartieron su senda a lo largo de décadas. Para Evangelista la “extensa y abarcadora actividad creativa (de Morisoli) aún no ha sido todavía dimensionada ni suficientemente visibilizada, constituida por múltiples, sucesivas y permanentes acciones que responden a un mismo patrón artístico-ideológico…”. En su opinión, esta influencia fundacional en el cancionero de La Pampa la comparten Juan Carlos Bustriazo Ortiz y el propio Morisoli, y agrega: “la canción pampeana se construyó mayoritariamente a partir de los textos que llegaron a manos de los compositores y no a la inversa”.
Guillermina Gavazza y Hernán Basso.
La simultánea investigación de años junto a su participación activa como compositor e intérprete, ubica a Evangelista en un rol de referencia central para conocernos más y mejor, y apreciarnos desde otro lugar, como cultura pampeana. El texto no ahorra detalles para engarzar nexos entre datos históricos, fechas, conceptos, análisis, nombres, fotografías y hasta un listado completo de poemas de Morisoli musicalizados. Dice Cacho: “ciento veinticuatro poemas (de Edgar) fueron musicalizados y otras doce poesías inspiraron composiciones instrumentales”. Y en el desglose, completo, canción por canción, surgen los nombres de compositores como Guillermo Mareque, Lalo Molina, Délfor Sombra, Tucho Rodríguez, Beto Leguizamón, Oscar García, Ernesto del Viso, Viviana Dal Santo, Alberto Acosta, Mario Figueroa, Guri Jáquez y Naldo Labrín, entre tantos más.
Grupo Vocal Calandria.
Editorial Voces
Esta obra de Editorial Voces no pasará inadvertida. Al conjunto de adherentes a la Editorial, escritores y escritoras, intérpretes y músicos, que en su devenir artístico trabajan para enriquecer nuestra cultura regional, tienen otra alternativa para robustecer su propio desafío creador. Pero también docentes y alumnos y alumnas, periodistas y curiosos, tendrán en sus manos otra herramienta trascendente en lo informativo, pero a su vez amena y de fácil lectura.
Alberto Acosta, responsable de Voces, junto a Alfredo Carrascal, presidente de la CPE, fueron los encargados de presentar a Cacho Evangelista. Acosta destacó que el libro estimula a revisitar la obra de Morisoli, “un reencuentro que tan bien nos hace en estos tiempos aciagos”, y exaltó el interés del autor de “haber puesto la mira, revelando así para todos, la monumental contribución de Edgar a la canción como género”. Para Acosta, Cacho “es un protagonista central de toda esta historia. Sin su contribución, y particularmente, sin su aventura con Délfor Sombra, en aquel recordado dúo Sombrarena, con ese disco seminal que fue ‘Voces de la Patria Baya’, hablar de la canción pampeana sería imposible”.
Coral Médanos y Luna.
Este texto —que tiene un acierto enorme en calificar a Morisoli como militante de la canción— “es también una guía para la búsqueda del tesoro. Porque todo este bagaje es verdaderamente un tesoro que se nos ha legado. Ahora nuestra tarea es hacer circular estas canciones, cantarlas, escucharlas, y volver a cantarlas. De eso también se trata este acto”. Junto al nombrado Ernesto del Viso, compartieron escenario esa noche en el Español, figuras como Guillermina Gavazza, Hernán Basso, y el maestro Alberto Carpio, primero con la agrupación Calandria y luego con el Coral Médanos y Luna.