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MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA

El viernes 16 de agosto fue una jornada histórica para los pampeanos. Llegó a su fin el segundo juicio por la denominada Subzona 1.4, con las condenas contra un grupo de ex militares y ex policías por delitos de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura cívico militar. Pero también porque tuvimos una visita de lujo. Nora Cortiñas, referencia insustituible de los derechos humanos, participó activamente en numerosos actividades, incluida una visita a la CPE donde la recibieron dirigentes y militantes en el Consejo de Administración.

Publicada en septiembre de 2019

Cortiñas, cuya vitalidad a sus 89 años resulta increíble, destacó la trascendencia del juicio a los represores en La Pampa y apoyó la propuesta para que la Seccional Primera de la policía, donde funcionó un centro clandestino en aquellos años, se transforme en un Espacio de la Memoria. También destacó la tarea de los jueces del Tribunal Oral Federal, José Triputti, Pablo Díaz Lacava y Marcos Aguerrido.

Plena actividad

Su agenda casi no le dio respiro durante esas 48 horas. Participó en la audiencia judicial, atendió a los medios, estuvo con los Muralistas Políticos Pampeanos, se predispuso a mil fotos que le pedían, leyó El Libro de la Plaza, se reunió con don Edgar Morisoli, presentó en el Aula Magna el libro “Norita, la Madre de todas las batallas” (una biografía autorizada, escrita por el periodista Gerardo Szalkowicz, con prólogo de León Gieco) y se hizo un rato para venir a la CPE, donde se mostró muy interesada en la historia y actualidad de la propia cooperativa.

Quién es Nora

Psicóloga, docente, Nora transformó el dolor por la desaparición de su hijo, Carlos Gustavo Cortiñas, militante peronista, por las Fuerzas Armadas, en una tremenda militancia que la cuenta como cofundadora de Madres de Plaza de Mayo e integrante de Madres Línea Fundadora.

En la CPE hizo referencia a la obligación de seguir peleando por más justicia y verdad: “Mi vida cambió y no vuelve a ser la misma, no retrocedo estos años que viví y tenemos que guardar y manifestarlo cada vez que salimos a la calle, en un acto, en nuestra casa, está la memoria permanente y eso es lo válido que tenemos los seres humanos. No puede nadie olvidar el dolor vivido y no podemos decir mejor olvidar, no, mejor recordar cada día”.