En el marco del “Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres”, que se conmemora en todo el mundo cada 25 de noviembre, la CPE realizó, durante toda la semana, una campaña interna con el objetivo de reflexionar sobre micromachismos. Este tipo de frases hechas y dichos están tan establecidos en lo cotidiano, que pueden parecer normales o intrascendentes; sin embargo, reflejan y reproducen actitudes machistas, perpetuando la desigualdad de género y escondiendo una forma sutil de violencia simbólica, ejercida por todxs en general, pero que afecta especialmente a las mujeres.
La campaña invitó a aportar, en una urna y en forma anónima, ejemplos de micromachismos cotidianos. Algunos modelos compartidos fueron: “qué rico, ya te podés casar”, “esa tarea no es para vos”, “vos tenés hijos, mejor que no asumas ese puesto”, “qué habrá hecho para ganar ese puesto...”, “dejá yo te explico”, “¿estás segura que no lo provocaste?”, “sos peor que las mujeres”.
La Cooperativa eligió esta fecha para realizar la campaña porque el 25N se recuerda a las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, activistas contra el régimen del dictador Rafael Leónidas Trujillo asesinadas en República Dominicana, en 1960, cuando tenían 36, 35 y 25 años de edad. En todo el mundo, distintas organizaciones realizan acciones con el fin de reflexionar sobre las prácticas cotidianas que reproducen la desigualdad de género y la violencia machista, patriarcal-heteronormativa.
Como se ha informado oportunamente, en 2019 el Consejo de Administración de la CPE designó a un equipo de trabajo interdisciplinario EAP (Equipo de Aplicación de Protocolo) para el abordaje de las violencias en general, violencia de género y violencia laboral en la organización. El mismo está integrado por la abogada Daniela Daniele, la psicóloga María Eugenia González y Julieta Carrizo, vocal titular del Consejo de Administración. En 2020 se aprobó el “Protocolo de prevención y actuación institucional frente a situaciones de violencia de género, acoso, discriminación y violencia laboral”, uno de los primeros en el ámbito cooperativo, y en 2021 se creó el programa “Hagamos un Buentrato”.
Ejes sustanciales para fortalecer vínculos entre trabajadoras y trabajadores, difundiendo y alentando la puesta en práctica de conductas que favorezcan un buen ámbito laboral y su proyección hacia las y los asociados. Los objetivos propuestos son concientizar, capacitar y difundir buenas prácticas, y con perspectiva de género.
Flyer de agradecimiento del EAP hacia las trabajadoras y trabajadores de la CPE.
El EAP viene teniendo un rol muy activo en el movimiento cooperativo feminista de Argentina; ha participado de diferentes encuentros virtuales y conversatorios en los que se debate el rol de las cooperativas como espacios libres de violencias. Además, el Protocolo de la CPE ha sido utilizado y referenciado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) como insumo y modelo para elaborar su “Guía para la prevención e intervención ante violencia de género”.
El movimiento cooperativo también se expone a las desigualdades y violencias en clave de género, por eso viene trabajando y reflexionando al respecto ya que este modelo nos brinda las herramientas para reducir y eliminar las desigualdades a través del ejercicio consciente de los principios y valores cooperativos: adhesión abierta, control democrático, participación económica, igualdad y equidad. Como se dice por ahí “las cooperativas son el reflejo de la sociedad”; estamos en un momento de transición, de reconocimiento de derechos, momento clave para seguir trabajando.
Un informe elaborado por la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (FECOOTRA), “Diagnóstico 2019/2020”, arrojó los siguientes datos: que el 50% de las compañeras aseguran que alguna vez su palabra fue puesta en duda; el 40% dijo que un compañero varón se apropió de sus ideas; el 30% que se subestimó su opinión por ser mujer, que los varones explican algo a alguna compañera como si esta fuese inferior; los consejos de administración son integrados por varones en un 58%, mujeres en un 41% otras identidades en un 1%, etc.
Y en los conversatorios aún estamos discutiendo la paridad y la participación real entre otras cuestiones. Invitamos a que como cooperativistas y sociedad en general nos pensemos y realicemos acciones individuales y colectivas para reducir y eliminar la brecha de géneros. Sin equidad de géneros no hay justicia social.
*Agustina Manso es docente de la Secretaría de Educación Cooperativa de la CPE