A mediados de 2020, en pleno contexto de pandemia, comenzó a funcionar la Escuela Hortícola Municipal (EHM) de Santa Rosa, un proyecto en el que participan miembros del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) en camino a conformar la Cooperativa Brote Popular, y que es, al mismo tiempo, un espacio de formación y de producción agroalimentaria y agroecológica. A poco más de un año, los resultados de la experiencia son alentadores, según Santiago Ferro Moreno –Doctor en Ciencias Económicas y Licenciado en Administración de Negocios Agropecuarios– y uno de los profesionales de la Facultad de Agronomía de la UNLPam que asesoran al grupo en aspectos de planificación y comercialización.
La Escuela Hortícola fue creada por el Ejecutivo santarroseño con el apoyo de la CPE, que cedió en comodato el predio de su ex planta láctea, donde también se realiza la feria municipal de productos frescos, y cuenta con el asesoramiento de técnicos del INTA y de la casa de los estudios a través del Proyecto de Extensión Universitaria (PEU) Construcción de estrategias de organización y comercialización de alimentos con sectores de la economía popular de Santa Rosa. Hacia una red local de acuerdos sostenibles.
Ferro Moreno es el director de ese PEU, cuyo objetivo es lograr que el grupo adquiera herramientas que tornen viable y autosostenible en el tiempo la producción de la cooperativa Brote Popular. Su evaluación de los logros alcanzados hasta el momento es positiva: “en menos de un año han logrado generar una convivencia muy interesante entre Estado y un grupo de trabajadoras/es sin experiencia previa en búsqueda de una fuente de trabajo genuina y sostenible, además de lo que significa, para una ciudad como Santa Rosa, contar con una fuente de alimentos sanos, frescos y locales”.
Aunque en esta etapa los ingresos no alcanzan para la superviviencia de cada trabajador y su familia y el Municipio sigue apoyando con recursos y capacidades, el objetivo es lograr que se consolide como una fuente laboral genuina, que les permita vivir dignamente de su producción en el mediano plazo.
– ¿Qué aprendizajes desde el funcionamiento productivo, organizacional y comercial, han tenido a lo largo de la evolución del proyecto?– le consultamos a Ferro Moreno.
– Los aprendizajes son varios y muy interesantes. Desde el punto de vista humano y social, las personas que integran la cooperativa han ido consolidando formatos horizontales de toma de decisiones, que no siempre son los más eficientes en términos de tiempos y resultados, pero agregan sentido de pertenencia y convicciones. Desde lo productivo, todas las personas que pasaron por la EHM han adquirido habilidades y conocimientos útiles de la horticultura urbana, y eso es un capital local muy importante. Comercialmente es un tema a mejorar y potenciar; en general, el sector productivo desatiende lo comercial y en esto estamos trabajando, porque lo entendemos crucial para la autosostenibilidad del proyecto.
– ¿Es posible pensar en el abastecimiento de la demanda de hortalizas en Santa Rosa, con la producción de cooperativas o pymes locales?
– La horticultura urbana demanda cinco elementos cruciales para su buen desarrollo: tierra, agua, dinero, tiempo y conocimiento. Además, es necesario tener una escala mínima para poder garantizar un flujo y estabilidad de ingresos que permitan afrontar los principales costos y generar utilidades para las/os que trabajan. En Santa Rosa hay trayectorias que permiten capitalizar las experiencias, pero falta mucho para que la oferta cubra la demanda. Es importante que se incentiven emprendimientos como este y se pueda avanzar en dos objetivos estratégicos para cualquier ciudad como la nuestra: generación de empleo y producción local de alimentos frescos y sanos.
Los productos hortícolas cosechados por Brote Popular se están vendiendo regularmente en la Feria de la Alimentación Saludable que se realiza cada sábado en el Parque Oliver, en el Mercado Municipal –que funciona, también los sábados en el predio de la ex planta láctea de la CPE, sobre la ruta 35, frente al aeropuerto–, y los miércoles en un puesto en cercanías al Hospital Lucio Molas. No obstante, se han generado lazos comerciales a partir de la venta directa a mayoristas y se vienen desarrollando experiencias con almacenes barriales y revendedores mayoristas. “El tema es que aún es muy inestable la producción y se necesitan consolidar las relaciones en el tiempo, armar estrategias colaborativas de largo aliento, para poder diversificar de verdad los canales comerciales” –explica Ferro Moreno.
Allí radica el principal aporte del PEU que, además de su director, integran cuatro graduados y graduadas, tres docentes y tres estudiantes, todos de la Licenciatura en Administración de Negocios Agropecuarios de la UNLPam, con perfiles orientados a la comercialización, las estrategias de organización y los costos para la toma de decisiones.
– ¿A qué se refiere el título del PEU cuando habla de “una red local de acuerdos sostenibles”?
– Nos referimos al objetivo de potenciar a las instituciones y personas locales, ponerlas en valor y generar sinergias. Muchas/os hacen su esfuerzo individual con objetivos muy parecidos. Si se pueden sumar voluntades, experiencias, recursos y capacidades, los proyectos se pueden tornar colectivos y mucho más sostenibles. Tenemos mucho por andar, porque la idea de acuerdos entre actores es un emprendimiento de mediano y largo plazo, que genera frutos estructurales para las instituciones, personas y para la ciudad.
En un taller de trabajo realizado recientemente en el marco del PEU para reflexionar acerca de lo realizado y debatir sobre los objetivos a mediano y largo plazo, se coincidió en la meta de alcanzar la autosostenibilidad con responsabilidad social y conciencia ambiental, puesto que, además de ser productivo, el proyecto es fundamentalmente social y busca consolidarse como una opción sostenible en el tiempo, generadora de empleos genuinos y alimentos locales saludables.
– ¿Han evaluado la posibilidad de escalar la producción, de replicar la experiencia en otros sectores de la ciudad, sumando más personas al proyecto?
– Sí, es la idea a mediano plazo. Primero consolidar y luego expandir el proyecto para mejorar la escala, derramar los aprendizajes, generar puestos de trabajo genuinos y aumentar la oferta de alimentos sanos y frescos en Santa Rosa.