Alguien que desconozca la historia y sus razones podría pensar que los pampeanos somos unos eternos quejosos, cuando lee noticias sobre los conflictos con Mendoza por las cuencas hídrica interprovinciales. Que buscamos embarrar la cancha con planteos judiciales. Que no tenemos voluntad de diálogo y consenso. Sin embargo, por definición histórica y las permanentes injusticias, a quienes vivimos en este pedazo de suelo argentino, no nos queda otra que los caminos de la resistencia frente al despojo de nuestros recursos, frente al ninguneo y manoseo de las autoridades políticas mendocinas y, finalmente, a las actitudes de afrenta antipampeana que ha demostrado el actual gobierno nacional.
Publicada en febrero de 2018
El 16 de enero pasado, el Presidente Mauricio Macri, firmó el llamado “laudo arbitral” para entender en la controversia suscitada en el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado —COIRCO— sobre la obra Portezuelo del Viento. Decidió: rechazar la recusación de La Pampa; que se dé curso a las gestiones para la ejecución de Portezuelo, en las condiciones pactadas en el Acta 70 del Consejo de gobierno de COIRCO; que previo a la adjudicación de la obra se lleve a cabo el Estudio de Impacto Ambiental sobre toda la cuenca del Río Colorado, y que Mendoza dé participación a las provincias miembros, para que se emita el dictamen previsto en el Acta 70. También aprueba las normas transitorias del primer llenado aunque, eso sí, insta a mantener el diálogo.
Antes del laudo hubo una movida pública. Macri dijo el 4 de enero en Chubut —como al pasar— que el río Colorado “no tiene uso” en toda la cuenca (aunque en realidad el 96% de su caudal abastece a Buenos Aires, Río Negro, Neuquén, Mendoza y La Pampa para consumo humano, riego, industria, extracción petrolera, recreación y turismo; y el resto corresponde al mantenimiento del caudal fluvioecológico que descarga al mar). Luego en San Rafael, el 9 de enero, afirmó junto al gobernador de Mendoza que “no iban a parar hasta hacer Portezuelo del Viento”. Más claro echale agua.
Hubo intencionalidad y manifiesta parcialidad hacia Mendoza. También hubo desconocimiento de la Ley 25675 General del Ambiente, que establece que el Estudio de Impacto Ambiental en toda la cuenca aprobado en Audiencias Públicas, es previo al inicio del trámite de licitación. Y de las leyes 23879 de Obras Hidráulicas, y 15336 de Energía Eléctrica, que ponen bajo jurisdicción nacional gran parte del manejo de las cuencas y represas destinadas a generar energía, e incluyen requisitos ambientales muy precisos para la ejecución de las obras, máxime cuando se emplazan sobre un río interjurisdiccional que abarca cinco provincias. Ninguneo total.
Responsabilidades de COIRCO
El Comité Ejecutivo conlleva las representaciones políticas de los gobiernos provinciales, y es la autoridad de aplicación de las Normas de Manejo de Aguas y Ambientales. Mendoza, por su parte, es operador del embalse y central hidroeléctrica, además de autoridad de aplicación de las Normas de Seguridad de Portezuelo. Es decir que Portezuelo debía ser manejado por COIRCO (como se hace con Casa de Piedra) y no exclusivamente por Mendoza.
Ahora, con el laudo, el Comité pasa solamente a fiscalizar el caudal que erogue Mendoza por la presa y no el control del mismo —atribución de COIRCO obtenida en Casa de Piedra—. Es decir, COIRCO perdió atribuciones y, por ende, aumenta el riesgo de quedar atado a las arbitrariedades de Mendoza en la operación del embalse, con todas sus consecuencias, y a sus intereses económicos en la construcción de la obra y en generar energía eléctrica, aunque no sea sustentable económica ni ambientalmente. A pesar de haber aprobado el manejo de la presa y primer llenado, no hay un estudio serio acerca de la variación de salinidad del río Colorado, actual y posterior a la construcción de la obra.
La Pampa lo sabe y lo sufre con el río Atuel después de dos juicios ante la Corte Suprema de Justicia de Nación (que recientemente impuso acordar en forma perentoria un caudal hídrico apto para la recomposición del ecosistema afectado en el noroeste de La Pampa). Ahora también crece la amenaza sobre otra cuenca hídrica interprovincial, el Desaguadero Salado Chadileuvú Curacó, con el anuncio de Nación y Mendoza de la obra Los Blancos sobre uno de sus afluentes, el río Tunuyán.
Al cambiar el paradigma del manejo del embalse por parte de COIRCO, quedan en peligro las disponibilidades de agua en calidad y cantidad, que obviamente van a afectar el ambiente de toda la región. En La Pampa, afectará específicamente la calidad de agua que un tercio de la población consume a través del Acueducto y que, si se amplía a General Pico, llegará al 75 % de los habitantes pampeanos; y a la cantidad y calidad del agua en Casa de Piedra y toda la cuenca baja del río Colorado, específicamente los regadíos de Valle de Prado y Bajo de los Baguales.
La Pampa es clara. Defiende sus derechos y ha demostrado paciencia —durante décadas— y voluntad de acuerdo. Ha planteado propuestas concretas y ha presentado numerosas pruebas y argumentos científicos, tantos que la propia Corte Suprema de Justicia de Nación nos dio la razón en el segundo jucio por usos de agua en el río Atuel. Mendoza busca instalar la imagen deformada de que estamos en contra de Portezuelo. En realidad estamos en contra de un nuevo manejo arbitrario de Mendoza y del ninguneo a COIRCO. Lamentamos que el actual gobierno nacional —por las razones que sean, mezquinas por lo menos— no tenga interés en encontrar soluciones que favorezcan al conjunto. Por eso no nos queda otra que seguir resistiendo.
Características del proyecto Portezuelo
Los usos y prioridades de operación de Portezuelo del Viento son: provisión de agua a las poblaciones, riego, regulación, atenuación de crecidas, generación hidroeléctrica y turismo. Se ubica sobre el Río Grande, afluente principal del Río Colorado, en el Departamento Malargüe (Mendoza). Es una presa de hormigón compactado, con una altura de coronamiento de 1.633 metros sobre el nivel del mar, una longitud de 513 metros y una altura máxima de 178 metros. El vertedero tiene una altura cresta de 1.620 metros, con un caudal de evacuación de diseño de 2.622 m³/s. La central hidroeléctrica tendría una potencia instalada de 210 Mw, y una potencia efectiva 76 Mw; un salto máximo de 133,24 metros y un salto mínimo de 81,17 metros. Las turbinas son tres unidades Francis de eje vertical.
Néstor Lastiri es Ex-Secretario de Recursos Hídricos del Gobierno de La Pampa