Para la década de 1940, el viejo rostro de los Territorios Nacionales se transformó definitivamente. Las repercusiones de la segunda gran guerra determinarán, en buena medida, tal proceso. La nueva concepción política nacional en ascenso imprimiría un profundo sentido social a esas transformaciones, que abarcaron al territorio de nuestra provincia.
Decana de las instituciones pampeanas, la vieja Policía del Territorio —como signo de aquellos nuevos tiempos— jerarquiza sus funciones con la paulatina profesionalización de sus integrantes. Se enmarca en esta época la construcción de edificios adecuados para su funcionamiento, la adquisición de los primeros vehículos y la creación de la red de comunicaciones radioeléctricas que unirían apartados parajes del territorio con su ciudad capital y el país, cubriendo una necesidad tanto desde el punto de vista de sus funciones específicas como desde el plano social.
En este contexto, las autoridades gubernamentales —respondiendo a una circular del Ministerio del Interior del año 1944— fomentan la creación de juntas de defensa civil y cuerpos de bomberos. Delegan para tal fin al entonces Jefe de Policía, Coronel Viviani Rossi y al Subcomisario Justo Ferreyra, entre otros.
Estos jefes, durante el curso de los primeros meses de aquel año, interesan a los propietarios de los principales comercios e industrias de Santa Rosa para que cedieran, en determinados días y horarios, a algunos de sus empleados y obreros con el fin de recibir instrucción básica. Jóvenes entusiastas conforman así el primer "Piquete de Bomberos Voluntarios", como se los denominó en un principio. De aquellos primeros oficiales de la Policía responsables del adiestramiento recordamos los nombres de Justo Ferreyra, Cayetano Di Francisco, Aníbal Pérez y Mario Boratto, entre otros.
Como en todo esforzado inicio, la falta de elementos inicial era suplida por el entusiasmo y el trabajo. Aquellas primeras prácticas se efectuaron en un terreno baldío ubicado a pocas cuadras de la Jefatura de Pellegrini y Escalante.
Con la llegada de una vieja máquina a vapor —la recordada "Manisera"— cedida por el Cuerpo de Bomberos de Buenos Aires, se inicia la etapa de perfeccionamiento de las técnicas aprendidas por los oficiales en diversos cursos teórico-prácticos en la Capital Federal.
Extraemos de la variada información proporcionada por nuestro Archivo Histórico Provincial, una crónica del diario "La Capital" que reseña los actos celebratorios del Día de la Policía del año 1944, como antecedente más lejano de la creación del Cuerpo: "...fue motivo de elogiosos comentarios el piquete de bomberos voluntarios debidamente uniformados que por primera vez se suman en correcta formación a las fuerzas de la policía".
La relativa capacidad operatoria del piquete de bomberos voluntarios lograda en poco más de un año, unida al apoyo manifestado por la comunidad y la resolución de las autoridades, llevaron a la creación oficial del Cuerpo de Bomberos, dependiente de la policía, el 1° de setiembre de 1945. Sentaron plaza en calidad de agentes todo el personal subalterno, voluntario hasta el momento.
Hasta el año 1947 las guardias del Cuerpo se efectuaban en dependencias de la Jefatura, sobre la calle Pellegrini. Luego se adecúan las viejas instalaciones de la Compañía Sudamericana "Sudam" —aquella transnacional derrotada en 1930 por el esfuerzo solidario del pueblo de Santa Rosa—, que fueron cedidas por la Cooperativa Popular de Electricidad para la instalación del cuartel. Allí, en la esquina de Gil y Mansilla, donde hoy hay una playa de estacionamiento, funcionaría durante casi 25 años, hasta su actual emplazamiento en el barrio Fitte, a principios de los '70.
Para adaptar este edificio a las nuevas funciones, le encomendaron a los bomberos Alejo Depetris y Jacinto Arenzo —por tener conocimientos de albañilería— la tarea de derribar a pico, pala y maza la chimenea de la Sudam. El hecho es muy significativo: dos obreros de la nueva Santa Rosa, desmontan, en un edificio que había pasado a ser propiedad de una incipiente cooperativa conformada por el pueblo de la ciudad, aquel emblema de una empresa multinacional.
Claro que la presencia del Cuerpo de Bomberos no se circunscribía solamente al área de Santa Rosa. Memoriosos pioneros nos mencionan distintos servicios en apartados puntos de la geografía provincial. Como el cumplido durante el pavoroso incendio ocurrido en Telén en 1948, cuando ardieron durante casi una semana decenas de estibas de leña alineadas en la playa del ferrocarril. El incidente en sí nos grafica otra provincia, otros tiempos: el ferrocarril como único medio de transporte del producto de aquella Pampa obrajera que definiera por algunas décadas cierto esplendor de varios pueblos del caldenar.
En esta rápida evocación de los primeros tiempos, las anécdotas campean entre los viejos servidores consultados. Es coincidente el respetuoso recuerdo del primer compañero muerto en cumplimiento del deber: el agente Nicasio Callaqueo.
Historiar el desempeño de tan noble institución sería enumerar una larga lista de hechos honrosos a lo largo de décadas. Desde esta página, y como homenaje a los servidores de antaño y a los actuales, acercamos algunos apuntes de aquellos lejanos tiempos. Los pioneros de la primera formación no existen físicamente ya. Pero quedan los ideales que llevaran a aquella muchachada santarroseña a treparse a la vieja "Manisera".
Escribe: José Carlos Depetris.
Investigador de la historial regional.
Hijo del bombero Alejo H. Depetris.
Concejal de Santa Rosa.
Detalle de la fotografía que encabeza esta nota:
Plana Mayor. De pie, de izquierda a derecha: Cabo Arturo Rippa; Cabo Victorio Aguerrido; Sargento Felipe López; Oficial Cayetano Di Francisco; Sargento Santiago Nuñez; Cabo Jacinto Arenzo; Cabo Pastor Bravo.
Tropa. Sentados, de izquiera a derecha: agentes Juan De Bonis; Jorge Mortisandi; Anibal Cubas; Francisco Casal; icasio Callaqueo; Alejo H. Depetris; Sixto Cornejo; Jorgelino Diaz; Silverio Cardozo; Felipe Blanco; Antonio Mángano; José Ramos; Juan Blanco; Manuel de la Canal; Raúl Ferrando.