Hace cuarenta años, un grupo de estudiantes de la carrera de Geografía de la Universidad Nacional de La Pampa, con la idea de “salir de las aulas a recorrer territorio” organizó —de manera independiente— el primer viaje de estudio por el país. Un año después, el profesor Fernando Araoz, docente de la cátedra de Geografía de Argentina, se hizo cargo del primer viaje de la carrera, gestando, así, a la idea de realizar un viaje anual para recorrer distintas regiones de la República Argentina.
Así fue como, en 1985, se iniciaba un ciclo de viajes que este año está cumpliendo cuatro décadas. El Noroeste, el Noreste, el cordón fluvial urbano La Plata-Rosario, la Región Pampeana y la Patagonia, conformaron los ambientes recorridos: llanuras, cordilleras, altiplanos, desiertos, deltas y glaciares, ciudades, explotaciones rurales, industrias, cooperativas, represas hidroeléctricas o espacios de frontera, pasaron a ser destino y objeto de estudio para jóvenes que no se conformaban con ser docentes e investigadores sin experiencia en el territorio, ni aprender de aquellas realidades solo a través de libros, manuales y apuntes.

Charla con trabajadores ferroviarios en Tafí Viejo, 2024
Docentes pioneros
Fernando Araoz asumió la responsabilidad de organizar y planificar la primera salida al territorio, que fue en 1985, pero aquel proyecto al poco tiempo quedaría trunco, con su trágica muerte en un viaje familiar, en un accidente que enlutó a la comunidad educativa santarroseña. En 1986, el licenciado Jorge Tulio se hizo cargo del viaje y dos años después tomó su posta otro docente, que luego también quedaría en la memoria de la comunidad pampeana: Alejandro Socolovsky. “Mi primer viaje fue en 1988. Luego del fallecimiento de Fernando, los alumnos se acercaron con la inquietud de si iban a seguir los viajes”, decía el profesor en una entrevista de 2015.

En el Lago Fagnano, Tierra del Fuego, en 2008. De anteojos, Alejandro Socolovsky.
Fallecido en 2019, Alejandro Socolovsky —recordado y querido docente, propietario durante cuarenta años de la librería “Libros Pampa”— se encargó de continuar la tarea académica ambulante: “En ese momento yo era decano de la facultad, de modo que traté de apoyar desde ese lugar; no había mucha plata, pero conseguimos el micro de la universidad y algún dinero para viáticos o combustibles. Los estudiantes aportaron dinero y con eso arrancamos. En los primeros viajes iban pocos estudiantes, porque la matrícula también era reducida; pero yo soy de los que creen que tiene que viajar la mayor cantidad de estudiantes, desde que cursan segundo año, cuando su experiencia se va forjando, junto con sus posibilidades de observación, estudio de los problemas del ambiente y va incorporando lo que va cursando en las diferentes materias. Esto permite que los alumnos de los cursos mayores vayan ayudando a sus compañeros que recién ingresan. Es un compañerismo muy interesante; el que ya hizo dos o tres viajes, en la organización juega un papel fundamental”.

Los docentes Folmer, Comerci y Socolovsky, flanqueados por los choferes Mario Heim (izquierda) y Raúl Lema (derecha, recientmente fallecido).
Con el correr de los años, en 2004, los docentes María Eugenia Comerci y Oscar Folmer comenzaron a acompañar a Socolovsky en los recorridos y quedaron a cargo del viaje, al que incorporaron un taller extracurricular, en el año 2010, para acompañar el proceso de enseñanza—aprendizaje con la región de estudio y adecuar los contenidos.

A la izquierda: Museo temático Nao Victoria, en Puerto San Julián. A la derecha, una clase en el micro.
De esta manera, cada año se define la región a estudiar, luego se recopila y selecciona la bibliografía y cartografía pertinentes, que son previamente discutidas y trabajadas en los encuentros del taller extracurricular. Posteriormente se realiza la propuesta y discusión de objetivos específicos, se elabora el itinerario y se fijan las actividades y visitas seleccionadas. Se distribuyen entre los y las estudiantes los contactos y la coordinación de las visitas, la programación de escalas y lugares de alojamiento. El estudiantado se encarga de obtener todos los alojamientos y visitas pautadas en parques nacionales, establecimientos agropecuarios e industriales, universidades, museos, estaciones experimentales del INTA, cooperativas, empresas recuperadas, espacios de la memoria, entre otros.

Charla con trabajadores de una explotación campesina de Cafayate, en 2024.
Sorrentinos geográficos
El viaje anual se realiza generalmente en noviembre. El domingo 23 de este mes, docentes y alumnos partirán, esta vez hacia el Noroeste. Pero los y las estudiantes pasan todo el año recaudando fondos para su concreción. Saben que la Universidad aporta el traslado en colectivo propio, el combustible, los viáticos de los choferes y una ayuda económica a los docentes, ya que el viaje es una actividad incluida en el plan de estudio de las carreras Profesorado y Licenciatura en Geografía.

Terminal de Ómnibus de Santa Rosa, con una de las delegaciones a punto de partir en el micro de la UNLPam.
Sin embargo, no están cubiertos todos los gastos. El estudiantado debe pagarse el alojamiento —siempre compartido con docentes y choferes— y sus comidas diarias, las visitas y demás gastos del viaje. Mientras cursan, estudian y rinden materias de la carrera, fabrican y venden sorrentinos. En largas jornadas de trabajo los estuidantes elaboran más de 600 docenas, que realizan de manera colectiva en el comedor universitario. Estas “sorrentineadas” se repiten todos los meses para poder cubrir los gastos del viaje. Esta actividad además de permitirles reunir el fondo común del viaje forja el sentido de pertenencia con la universidad pública y con la carrera de Geografía.

Estudiantes fabricando sorrentinos en el Comedor Universitario, para el fondo común del viaje.
De este modo, el trabajo colectivo fortalece la identidad del grupo, la pertenencia institucional con la Universidad Pública, el compromiso mutuo y la solidaridad estudiantil.
Experiencias únicas
“Para mí el viaje de geografía significa sacrificio ya que nosotros llevamos a cabo lo que es la elaboración de sorrentinos para recaudar dinero y costear los gastos del viaje; significa poder compartir no solo con los docentes y no docentes, sino también con el grupo, donde podemos acercamos a la realidad de cada uno, también significa la posibilidad de salir del aula y aprender en el territorio, sobre la identidad de cada una de las regiones, del contacto con las personas que enriquece mucho más el viaje y aporta mucho ya que podemos acercamos a la vida cotidiana y a las vivencias de las personas que habitan cada región”, comenta Leonela, una de las estudiantes de Geografía.

En el año 2010, en un viaje al NOA, los estudiantes pudieron conocer al histórico Boliche Balderrama, que inspiró la zamba "Balderrama" de Manuel J. Castilla y Gustavo "Cuchi" Leguizamón. Allí se fotografiaron con uno de sus fundadores, Juan Balderrama.
El recorrido en el territorio, a través del viaje regional, interactuando con los sujetos partícipes, junto con las explicaciones de informantes clave y nuestras propias discusiones, promueve la construcción de saberes socialmente significativos sobre las regiones argentinas, reconociendo similitudes, diferenciaciones y problemáticas.

Charla con investigadores y puesta en común en Tilcara (2024).
Durante los días de viaje se realizan puestas en común con la lectura de documentos, relacionando lo recorrido con la bibliografía del taller. A veces estos intercambios se realizan en pasillos de alojamientos, en patios, en el micro, en veredas públicas esperando que se arregle algún desperfecto del colectivo o en cualquier sitio en que se puedan realizar esas actividades. Son numerosas las ocasiones en las que los habitantes de las regiones visitadas han elogiado al grupo de estudiantes pampeanos por su comportamiento, su organización y manejo, y se sorprenden de la forma de trabajo y el compromiso con la tarea.

Un niño de la Escuela Hogar de Camboetá, cerca de Goya, tocando la guitarra para los visitantes pampeanos. Este año se visitará nuevamente la zona, con nuevos estudiantes.
El viaje también tiene un sentido solidario ya que en todos los recorridos se visitan escuelas rurales y barrios vulnerables, en los que los estudiantes entregan donaciones de ropa, útiles escolares y libros. Esta actividad, surgida de una iniciativa estudiantil, se viene realizando desde hace diez años y es muy gratificante para todos.

Los estudiantes entregan donaciones en un refugio para chicos de la calle de La Plata, 2023.
Luego del viaje el grupo estudiantil realiza un trabajo final que es presentado a comienzos de año, en una disertación grupal y ahí finaliza formalmente el viaje y el taller.

Presentación de los trabajos finales en la Universidad, en marzo de 2025.
A cuarenta años del primer viaje de estudios, y en un contexto difícil para las Universidades Nacionales, reivindicamos esta práctica ya que es una instancia inigualable de enseñanza, investigación y extensión en Geografía de la Universidad Nacional de La Pampa, que estimula la construcción crítica de saberes, fortalece el trabajo colaborativo, fomenta la identidad y la pertenencia institucional e invita al descubrimiento de nuevas problemáticas, realidades y prácticas, ligadas a la diversidad de los territorios de nuestro país.
*María Eugenia Comerci, Oscar Fomer y Melina Ardusso
son docentes del Departamento de Geografía de la UNLPam.
