Nuevo 1° de Octubre es una publicación mensual y gratuita de la CPE.
85 AÑOS DE UNA EPOPEYA POPULAR

Algunos hitos sociales representan verdaderas vueltas de página de la historia. Santa Rosa los tiene. Y la CPE, como construcción social es un símbolo y una realidad de esos hitos. Seguramente quienes en su momento los protagonizaron, los vivieron como un desafío de gran envergadura ante la circunstancia, ante la necesidad, pero probablemente sin tener conciencia plena de la trascendencia histórica que podía llegar a tener.

La CPE cumple este 1º de octubre 85 años desde aquel precioso instante en que empezó, con lo que había a mano, con imaginación y con mucha convicción, a producir y distribuir energía eléctrica al pequeño poblado.

Pero, ¿quién dio el primer paso para soñar en una cooperativa eléctrica?, ¿a quién se le ocurrió lo de las trilladoras?, ¿de dónde salió el primer discurso, seguramente apasionado, que alentó la pelea contra la Sudam?, ¿quién dijo primero, que la municipalidad tenía que jugar a favor del grupito de vecinos?, ¿qué energía los terminó envolviendo como grupo social para ir al frente?

Nos quedan grabados los relatos periodísticos, las investigaciones académicas, las actas cooperativas. Nos quedan los cuatro nombres ilustres de los pioneros que firmaron el acta fundacional: Octavio Gazia, Juan Humberto Palasciano, José Fiscella y Marcos Molas. Son fuentes valiosas e ineludibles para construir relatos que nos identifican como comunidad. Pero seguramente, muchas otras voces, acciones, actitudes y empeños, por su humildad o su simpleza, han quedado a un costado de esos relatos conocidos.

Nuestro mejor homenaje a aquellas ilustres vecinas y vecinos, conocidos y no conocidos, es no traicionar su esfuerzo y coraje. Ellos sí que pusieron todo y alumbraron una historia a fuerza del “Leña Savioli”, que es símbolo mucho más allá de los límites locales y provinciales.

La CPE siglo 21, ha recorrido un largo, rico y complejo camino, no exento de dificultades y errores, pero su fortaleza más profunda reside en aquella concepción fundacional: autogestionar como vecinos todos los servicios posibles para el bien común, con honestidad y haciéndonos cargo de que muy rara vez algo será fácil.